El Príncipe, tenso y contrariado en la misa de Pascua de Palma

La Reina, los príncipes de Asturias con sus hijas, Leonor y Sofía, y la infanta Elena han sido los únicos miembros de la Familia Real en cumplir con la tradición de presidir la misa de Pascua, celebrada este domingo en la catedral de Palma y oficiada por primera vez por el nuevo obispo de Mallorca, Javier Salinas. Éstos se han convertido en el ‘núcleo duro’ de los Borbón. Aquellos miembros de la Primera Familia que se han librado de las diversas polémicas que azotan la institución durante los últimos meses y que constituyen la imagen visible de la Corona, junto a un Rey don Juan Carlos todavía convaleciente por su reciente operación.

Pese a mantenerse ajenos –en la medida de lo posible- a las polémicas, también es cierto que en ocasiones son la diana de la ira del pueblo, como así ocurrió a la entrada a la catedral de Palma. A su llegada, la multitud comenzó a jalear consignas sobre uno de los ausentes, Iñaki Urdangarin, que parece no contar con la estima de los españoles. Esto contrarió en cierta manera al Príncipe Felipe que, incómodo por la situación, intentó acelerar el proceso de saludo a las autoridades eclesiásticas, olvidándose de posar con tranquilidad ante los gráficos congregados. Los fotógrafos le pidieron que rectificara su actitud y el Heredero lo hizo, pero torció el gesto, afligido por los gritos antimonárquicos. 

La Reina Sofía, acompañada por sus hijos, su nuera y sus nietas, llegó minutos antes del mediodía al portal principal del templo gótico, donde les esperaban el presidente del Govern balear, José Ramón Bauzá, la presidenta del Consell de Mallorca, María Salom, y el prelado Salinas acompañado del cabildo catedralicio. Tras ser recibidos por las autoridades civiles, los miembros de la Familia Real saludaron al obispo y al resto de dignatarios eclesiásticos antes de posar durante un par de minutos para las decenas de fotógrafos y cámaras de televisión que cubrían este acto ya tradicional.

 

En los alrededores del templo, medio millar de personas, entre residentes y turistas, se congregaron para contemplar la llegada a la misa de Pascua de una Familia Real que, año tras año, está formada por menos integrantes en esta foto, una radiografia anual de su situación. Desde la salida de la estampa familiar de Jaime de Marichalar en 2008, provocada por el “cese temporal de la convivencia” de la Infanta Elena, las bajas a las puertas de la catedral de Palma han sido constantes.

 

En 2009 se cayeron de la idílica imagen de familia unida los duques de Palma y sus cuatro hijos, que comenzaban una nueva vida en Washington. Por este mismo motivo, la familia de la infanta Cristina tampoco posó ante los medios en la misa de Pascua en Palma en 2010 ni 2011. Pero tampoco lo hizo su hermana Elena, quien prefirió deslizarse ladera abajo por las pistas de Baqueira Beret.

 

Con ello, en 2012 la fotografía a pie de catedral se redujo a los Reyes, los príncipes de Asturias y sus dos hijas, aunque la infanta Elena volvió a hacer acto de presencia en tan señalada tradición familiar. Este año, la foto vuelve a reproducirse, eso sí, con la inestimable ausencia del Monarca, que todavía se recupera de la operación a la que fue sometido a principios de este mes y que le mantiene alejado de las actividades de la Casa.