La tristeza de Meghan Markle en Texas por las víctimas del tiroteo en la escuela

Es difícil que uno no se revuelva con lo que sucedía el pasado martes en la ciudad estadounidense de Uvalde, cuando un joven de 18 años irrumpía en un colegio rifle en mano para acabar con la vida de 19 niños y dos profesoras. Por eso, tampoco nos debería extrañar que muchas celebrities hayan querido mostrar su pena y cariño hacia las familias, incluso algunas, como la duquesa de Sussex, yendo en persona hasta el pueblo donde tuvo lugar. Allí Meghan Markle pudo ofrecer su particular homenaje a las víctimas del tiroteo en la escuela de Texas.

A pesar de que llevaba una gorra para intentar pasar desapercibida, no lo logró y algunas cámaras pudieron captar esos momentos de reflexión frente al memorial instalado por esos 19 niños y dos de sus maestras, que perdieron la vida prácticamente en el acto. Una Meghan Markle muy seria y al borde de las lágrimas depositaba un ramo de flores blancas atadas con una cinta morada. Un portavoz de los Sussex aseguraba que la exactriz había hecho esta visita "en su capacidad personal como madre, para ofrecer sus condolencias y apoyo en persona a la comunidad que está experimentando un dolor inimaginable".

Meghan paseó entre las cruces que se han colocado en memoria de todas las víctimas, con el nombre de cada uno de los fallecidos. Con la cabeza baja y visiblemente triste, no cruzó una palabra con nadie y dedicó esos minutos a reflexionar en silencio sobre lo sucedido y sus consecuencias. El trágico suceso ha generado reacciones en todo el país, además de haber avivado el eterno debate sobre la ley de la posesión de armas en Estados Unidos, un tema ante el que los duques de Sussex siempre se han posicionado en contra.

La propia Meghan ha utilizado en numerosas ocasiones sus apariciones públicas para denunciar tanto este tema como la violencia en general en el país que la vio nacer. A los pocos meses de regresar a California para instalarse junto al príncipe Harry, participó de forma virtual en la ceremonia de graduación de final de curso de su antiguo colegio, con unas palabras tajantes contra este tipo de situaciones, que tan tristemente se han repetido en Estados Unidos en los últimos años: "Siento que tengáis que crecer en un mundo donde esto está todavía presente. Deberíais conocer eso como un capítulo de la historia, no como una realidad. Siento que no os hayamos conseguido el mundo que merecéis tener", decía.

Son, desde luego, unas imágenes completamente diferentes y mucho menos festivas a las que se espera que protagonice Meghan Markle la semana que viene, cuando se la volverá a ver en público en Reino Unido después de más de dos años. La duquesa de Sussex viajará en unos días a Londres para participar en los cuatro días de celebraciones por el Jubileo de Platino de la reina Isabel, aunque aún no está del todo claro cuándo será esa primera y esperada aparición. Tampoco cuándo podremos ver a sus dos hijos, Lilibet Diana y Archie, para los que será su gran debut en una cita familiar.

Otras reacciones

Como decíamos, el tiroteo del pasado martes en esta escuela de Uvalde, en Texas, ha conmocionado a todo el país. Lógicamente, uno de los primeros en hacer público su pesar fue el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien además puede ponerse en el lugar de los padres que han perdido a sus hijos en esta masacre, puesto que él mismo ha sufrido lo mismo en dos ocasiones: "Perder a un hijo es como si te arrancaran un trozo de alma. Hay un vacío en el pecho, te sientes como si te absorbieran", dijo el actual ocupante de la Casa Blanca en un mensaje televisado a sus compatriotas.

El presidente habló visiblemente enfadado mientras la primera dama, Jill Biden, permanecía con rostro serio a su lado, dirigiéndose a estos padres que "nunca tendrán a sus hijos saltando en la cama y abrazados a ellos". Y volvía a poner sobre la mesa el debate sobre la posesión de armas que mencionábamos anteriormente: "¿Cuándo, en nombre de Dios, vamos a enfrentarnos al lobby de las armas?", preguntaba, recordando otro tiroteo en una escuela que tuvo lugar hace diez años, cuando era vicepresidente de Barack Obama, y que se cobró 28 vidas.