Elon Musk: la extremadamente extraña vida del (ahora sí) nuevo dueño de Twitter
Es excesivo y controvertido, opaco y exhibicionista, extravagante y divertido, un ganador que siempre tiene una sombra de derrota o quizás de flaqueza...
Revolviendo el gallinero. Así ha entrado Elon Musk en Twitter, donde tras confirmar definitivamente la compra de la red social "por el futuro de la civilización", como primer orden del día ha despedido a varios de sus principales ejecutivos. El millonario adquiría Twitter cuando quedaban poco más de 24 horas para que expirara el plazo que le había dado una jueza para abrir un proceso si no se formalizaba la compra.
El propietario de Tesla y SpaceX emitía un mensaje destinado "a los anunciantes" de Twitter en el que quiso explicar las razones que lo llevan a comprar la red y cita en primer lugar que "es importante para el futuro de la civilización tener una plaza digital común donde pueda debatirse de manera sana un amplio espectro de creencias". El magnate dice que, según su visión, "no puede convertirse en un infierno gratis para todos, donde puede decirse cualquier cosa sin consecuencias", sino que debe "respetar las leyes".
Entering Twitter HQ – let that sink in! pic.twitter.com/D68z4K2wq7
— Elon Musk (@elonmusk) October 26, 2022
Hace unos meses, el 'New York Times' publicó una entrevista con Walter Isaacson, el autor que está trabajando en la biografía de Elon Musk. Tras haber realizado más de 200 entrevistas y haber pasado horas y horas con el hombre más rico del mundo, estas fueron sus palabras para describir el proceso: “Es como tratar de tomar notas mientras bebes de una manguera de bomberos”. Tomando como ejemplo la semana que termina, el fuerte chorro informativo que ha generado el empresario sudafricano salía en varias direcciones.
Por un lado, ha dado la campanada de hacerse con la red social Twitter por 44.000 millones de dólares, desatando de paso un debate mundial sobre la libertad de expresión, la competencia desleal y el efecto que esto tendrá sobre la política. ¿Readmitirá a Donald Trump? Por otro lado, ha visto su masculinidad en entredicho por su papel colateral en el juicio del año, el de Johnny Depp y Amber Heard.
Por un momento, hasta se rumoreó que acudiría como testigo en calidad de expareja de la actriz de 'Aquaman' (película en la que, por cierto, realizaba un cameo), pero aun sin estar presente, los titulares llevaron su nombre cuando ella se refirió a su relación con el empresario como un noviazgo “para llenar el hueco” (cuando él había confesado que se había enamorado de la actriz) y Depp mencionó que Heard y Musk habían hecho un trío con Cara Delevingne en la cama matrimonial. No contento con eso (o quizá descontento con eso), el multimillonario decidió vender un buen puñado de sus acciones de su empresa Tesla por 12.500 millones de dólares (4.000 antes de comprar Twitter y 8.500 después), provocando el desplome de las cotizaciones de la compañía. ¡Todo eso en menos de siete días! Imagínense los otros 50 años restantes…
Así es Elon Musk: excesivo y controvertido, opaco y exhibicionista, ganador que siempre tiene una sombra de derrota o quizás de flaqueza. Y, sobre todo, adicto al giro narrativo de una vida que construye casi al peso. Ahora tiene 246.200 millones de dólares, según 'Forbes', pero desde que nació, el 28 de junio de 1971 en Pretoria, le ha dado tiempo a ser un niño rico de Sudáfrica (su padre, el ingeniero electromecánico Errol Musk, decía que tenían tanto dinero que no les cabía en la caja fuerte), pero también a ser un adolescente en serios apuros económicos en Canadá después de que su madre, la modelo y dietista Maye Musk, demandara a su padre por maltrato.
Le ha dado tiempo a viajar al espacio, a vivir en mansiones de 17 millones de dólares o en casas de 50.000 dólares, incluso llegó a no poseer ninguna casa a pesar de su vasta fortuna. ¿Contradictorio o excéntrico? En sus declaraciones le ha declarado la guerra a los títulos universitarios (él, licenciado en Físicas, salió escopeteado del doctorado en Stanford dos días después de empezar), se opuso a las vacunas de covid y todo ello mientras creaba, vendía, compraba, arruinaba y remontaba innumerables empresas.
Actualmente, su puesto de trabajo se divide entre ser director general de Tesla (conocida por sus coches eléctricos), director general de SpaceX (fabricante de cohetes), presidente de SolarCity Corporations (dedicada a la energía solar), copresidente de OpenAI y de Neuralink (ambas empresas de inteligencia artificial) y director general de The Boring Company (carreteras, puentes y túneles). Ahora, claro, sumemos dueño y señor de Twitter. Siete empresas de diferentes palos, que se han convertido en sus carísimos juguetes para cumplir sus sueños de niño millonario. “Ya somos ciborgs. Tu teléfono y tu ordenador son extensiones de tu cuerpo, pero la interfaz funciona con el movimiento de los dedos o con el habla, lo cual es muy lento”, aseguró para justificar su apuesta por la inteligencia artificial. Igual que dijo que le parecería “deprimente” que el futuro de la humanidad no pasara por vivir fuera de la tierra. Sueños que él mismo ha acercado a la realidad con sus loquísimas propuestas. “Prefiero ser optimista y equivocarme que pesimista y estar en lo cierto”, llegó a decir.
Esta apretadísima agenda empresarial ha sido combinable a su vez con otros nueve hijos (sin contar al primero de todos, que perdió de muerte súbita a los 10 meses de nacer) y a los últimos de los cuales (los que tiene con su última pareja, Grimes) ha llamado como si fueran nuevos modelos de su gran buque insignia, la fábrica de coches eléctricos Tesla: X Æ A-12 (X para los amigos) y la pequeña Exa Dark Sideræl (a la que llaman Y). Los dos recientes hijos con Grimes, cantante canadiense, no representan precisamente que el corazón de Musk haya encontrado la paz y formado un hogar estable.
De hecho, la llegada de la última hija el pasado diciembre solo se dio a conocer cuando un paparazzi escuchó su llanto fuera de la casa de Grimes, que casi anunció la llegada de la niña y una nueva separación a la vez. Ya habían pasado por una ruptura, reconciliación y embarazo subrogado en tiempo récord. Teniendo en cuenta que la relación con Amber Heard ocurrió en 2018, Grimes se ubica prácticamente como su acompañante en tiempos pandémicos, aunque al menos su relación actual parece buena. Y la nueva pareja de la cantante es nada menos que… ¡Chelsea Manning! Veremos cómo lleva el nuevo dueño de Twitter que su ex esté ahora con una de las grandes filtradoras de WikiLeaks. Las bromas en la red social ya se han disparado.
La vida sentimental de Musk ha tendido más a las rupturas escandalosas. Se puede resumir, quizá, con la anécdota sucedida durante su primer matrimonio, entre 2000 y 2008, con Justine Musk. Mientras iban en el avión dispuestos a disfrutar su luna de miel en Australia, sus compañeros de PayPal (la empresa de pagos electrónicos de la que era presidente ejecutivo entonces) fraguaron su destitución. Y al enterarse al aterrizar, tomó un avión de vuelta para recuperar su cetro empresarial, sin concesiones al romanticismo. Esto, junto con su nefasta experiencia con una malaria que lo puso a las puertas de la muerte tras un viaje a Brasil y Sudáfrica, le hizo pronunciar su famosa frase de que “las vacaciones pueden matarte”.
De los matrimonios ha hablado menos, pero el suyo con Justine se desmoronó después de cinco hijos varones en común. “Tuve que pasar por algo de ira hacia Elon por hacerme sentir tan desechable, pero también hacia mí misma, por comprar el cuento de hadas”, diría ella, con la que, con el tiempo, ha logrado una relación más cordial y con la que comparte la custodia de los hijos. Parece que en lo único que realmente brilla Musk es en su adicción al trabajo, que le ha salido mucho más rentable, aunque no le ha ahorrado disgustos. Desde la explosión de algunos de sus cohetes a los altibajos de, sobre todo, Tesla.
Pero en todos los campos de su vida, no solo en el empresarial, Elon Musk ha sido de darse segundas oportunidades, pues de sus tres matrimonios, dos fueron con la actriz Talulah Riley, al más puro estilo Melanie Griffith y Don Johnson (o, si se quiere, Elizabeth Taylor y Richard Burton). La primera ronda duró de 2010 a 2012 y la segunda, de 2013 a 2016. Una vez más, el recuerdo de la actriz sobre su relación con el magnate no lo dejaba en buen lugar. “Me convertí en una mujer florero”, dijo. “Me empujaba a ser cada vez más rubia”, fue una de las acusaciones más estrafalarias que vertió contra él.
Y esta es solo una parte de la vida de Musk, así que no queremos ni imaginar cuántas páginas y capítulos tendrá esa biografía en proceso. Isaacson ya realizó la biografía de Steve Jobs y de Benjamin Franklin. Y aunque no tiene todavía claro el enfoque, sí que adelanta que, entre tanto delirio, parece haber algo de coherencia. “No es tan aleatorio como parece”, aseguró. ¿Ustedes qué creen?
Revolviendo el gallinero. Así ha entrado Elon Musk en Twitter, donde tras confirmar definitivamente la compra de la red social "por el futuro de la civilización", como primer orden del día ha despedido a varios de sus principales ejecutivos. El millonario adquiría Twitter cuando quedaban poco más de 24 horas para que expirara el plazo que le había dado una jueza para abrir un proceso si no se formalizaba la compra.