El superyate de Jeff Bezos ya está en Palma: una goleta de tres palos de 500 millones de dólares

La goleta de tres palos de Jeff Bezos ya está en Palma de Mallorca. Koru, nombre con el que fue bautizada esta lujosa embarcación, navega desde hace unas horas en las cristalinas aguas que rodean la isla balear a la espera de que sus propietarios lleguen para disfrutar de unos días de sol, playa y gastronomía mediterránea a bordo.

Considerado el mayor velero del mundo, el fundador de Amazon lo adquirió el año pasado en un conocido astillero holandés con sede en Róterdam. Una construcción que no estuvo exenta de polémica. Una vez que estuvo terminado, existió el riesgo de tener que desmontar uno de los puentes más antiguos de los Países Bajos, el puente Koningshaven, construido en 1878. Había dudas acerca de que su gran envergadura pudiera impedirle salir del puerto.

Finalmente no hizo falta hacerlo, a pesar de la oferta de Bezos de sufragar todos los gastos derivados. Según publicó la prensa local, el imponente velero fue remolcado por cuatro barcos de madrugada a lo largo de 38 kilómetros hasta Greenport, desde donde por fin pudo poner rumbo hacia aguas españolas.

Salvado ese pequeño escollo, su goleta de 500 millones de dólares ya navega majestuosa por la bahía de Palma con su tripulación compuesta por unas 40 personas y sus velas completamente desplegadas en la que ha sido su travesía inaugural.

Desde luego, no ha pasado inadvertido. Este espectacular yate cuenta con 127 metros de eslora y un aspecto clásico con su imponente casco azul que ha enamorado a los amantes del mundo náutico. No nos extraña.

Cuenta con tres palos (de 120 metros de altura cada uno), dos cubiertas y una piscina de varios metros de profundidad, donde el tercer hombre más rico del mundo y sus acompañantes disfrutarán de grandes momentos de asueto de una punta a otra del planeta.

También tiene sala de cine, varios jacuzzi, helipuerto y un muelle auxiliar para una embarcación más pequeña, más cómoda para llegar a puerto, y varias motos de agua para diversión de su propietario.

Sus casi 3.300 toneladas están propulsadas por la energía cinética generada por las velas, pero como la mayoría de los yates de vela, hasta los de una envergadura muchísimo menor, también cuenta con una considerable potencia de motor para cuando las corrientes no acompañen.

El coste anual de mantenimiento ronda los 25 millones de dólares y en popa ondea la bandera de las Islas Caimán, el segundo estado de bandera más popular para superyates, con unos 1.300 yates registrados, según informa EFE.

Con una fortuna estimada en 125.100 millones de dólares según Forbes, no hay frontera que se le resista.