7 pasos para recuperar la energía pasados los 40 años
Es habitual sentirnos más fatigadas en épocas determinadas o conforme cumplimos años, sin embargo hay formas de recuperar la energía perdida y te las contamos
Es frecuente sentirnos cansadas y agotadas al finalizar el día, pero esto no quiere decir que tengamos que resignarnos. Hay muchas cosas que podemos hacer para evitar que este sea nuestro estado natural conforme avanzan los años. Sentir un cansancio mayor en determinadas épocas, con cargas de trabajo mayor o en situaciones que requieren más atención por nuestra parte es normal, pero nadie quiere que sea permanente.
Así, cuando te sientes cansado todo cuesta un esfuerzo mayor, cualquier actividad diferente requiere una mayor dedicación por nuestra parte, por eso tendemos a buscar soluciones, algunas de ellas funcionan a corto plazo, como tomarte un café para activarte por la mañana. Sin embargo, la mejor solución es aprender algunos consejos con los que frenar ese cansancio y de esta manera volver a sentirnos llenas de energía.
Hablamos de una situación habitual que viven la mayor parte de las personas pasados los 40 años, aunque varía según cada persona, una falta de vitalidad generalizada que requiere de algunos esfuerzos por nuestra parte si la queremos recuperar. Si el cansancio que sentimos es excesivo, lo primero es asegurarnos de que no está asociado a un problema de salud, por lo que consultarlo con un profesional puede ser una buena idea.
1. La importancia de la alimentación
Parece que solo prestamos atención a la alimentación cuando queremos perder peso, pero lo cierto es que es uno de los pilares básicos de una vida sana y equilibrada, también cuando lo que buscamos es sentir que recuperamos la energía perdida. Evita los alimentos grasos, disminuye la cantidad de azúcar que ingieres, así como la de sal, una buena solución es cambiarla por especias o hierbas aromáticas.
Intenta incrementar el consumo de frutas y verduras, así como de legumbres, que resultan muy sabrosas y saludables y recuerda consumir proteínas, que ayudan al cuero a construir y mantener masa muscular. Trata de que tu dieta contenga alimentos nutritivos, ricos en vitaminas y minerales y que sean lo más natural posible. La clave es buscar el equilibrio entre hidratos de carbono de calidad, proteínas magras y grasas saludables.
2. Recuerda beber agua
El agua es responsable de transportar los nutrientes por nuestro cuerpo, por lo que una correcta hidratación puede hacer que obtengamos mejores resultados. Además es esencial para el buen funcionamiento del cuerpo y no solo para sentir que recuperamos nuestra energía, favorece la función renal e intestinal, por lo que es conveniente consumir una cantidad suficiente al día. Esto nos ayudará a generar sensación de bienestar, pero también a sentir plenas nuestras facultades físicas y emocionales.
3. Una buena rutina de sueño
Este punto parece evidente, pero no está mal recordarlo de vez en cuando, si no duermes las suficientes horas, o el sueño no es de calidad, es normal sentirnos cansadas a lo largo del día. Lo habitual es que un adulto necesite dormir entre siete u ocho horas para recuperarse y sentir por la mañana que ha tenido un sueño regenerador.
Tampoco subestimes el poder de una siesta breve, unos 20 o 30 minutos serán suficientes para sentirnos con más energía, eso sí, las siestas están desaconsejadas para las personas a las que les cuesta conciliar el sueño por la noche. Adelanta la hora de la cena para poder acostarte antes, evita mirar la pantalla del móvil justo antes de acostarte y, si lo necesitas, haz ejercicios de relajación.
4. Evita la cafeína y otros estimulantes
Una buena noche de descanso es esencial, por eso consumir productos estimulantes puede jugar en nuestra contra. Un exceso de cafeína puede hacer que nos sintamos más cansadas en lugar de proporcionarnos ese chute de energía que buscábamos porque, al desaparecer del organismo, se ‘desbloquea’ la adenosina, causando una sensación de fatiga mayor. Otro de los motivos puede ser que el café es un diurético, lo que puede hacer que nos sintamos ligeramente deshidratadas.
5. Di ‘sí’ al ejercicio físico
La actividad física es importante en todas las etapas de nuestra vida, pero si queremos sentir que recuperamos la energía perdida, más todavía. A partir de los 30 años, aproximadamente, el cuerpo cambia y comienza a perder masa muscular, esto podremos frenarlo e incluso revertirlo gracias al ejercicio físico.
Aunque nos sintamos cansados, levantarnos del sofá y hacer cualquier tipo de ejercicio, como pasear por la calle, ya será una ayuda para activarnos, cuando más ejercicio realicemos, mejor nos sentiremos. Lo ideal es que empieces poco a poco hasta encontrar tu rutina y, una vez conseguido, no pares. Los beneficios del ejercicio físico son muchos, para nuestro cuerpo, pero también para nuestra mente, porque nos ayudará a tener una mayor concentración y sentirnos más tranquilas, relajadas y felices.
6. Dedica tiempo para ti
Encuentra un poco de tiempo en tu rutina para ti misma, para hacer cosas que te gusten y que disfrutas, como leer, bailar o ponerte al día con alguno de tus hobbies. Disfruta de tu tiempo libre con las personas que más quieres y que te ayudan a sentirte bien y huye de obligaciones y penas durante un rato. Este pequeño descanso es ideal para recargar pilas, pero también para liberar tu mente de preocupaciones constantes.
7. No te sobrecargues
Este punto está muy relacionado con el anterior porque, si bien realizar actividades de las que disfrutamos es estupendo, tener una agenda imposible puede producirnos el efecto contrario. Intentar hacer la mayor cantidad de tareas en el menor tiempo posible puede parecer tentador, pero también puede causarte una gran fatiga, física y emocional.
El estrés es contraproducente para mantener estables tus niveles de energía, intenta repartir las tareas a lo largo del día y no olvides comer, descansar y beber agua entre medias. Respeta tus tiempos, escucha a tu cuerpo y recuerda la importancia de cuidarte, por fuera y por dentro, lleva una alimentación equilibrada, haz ejercicio de forma habitual y no confíes en una única solución como fuente de energía.
Es frecuente sentirnos cansadas y agotadas al finalizar el día, pero esto no quiere decir que tengamos que resignarnos. Hay muchas cosas que podemos hacer para evitar que este sea nuestro estado natural conforme avanzan los años. Sentir un cansancio mayor en determinadas épocas, con cargas de trabajo mayor o en situaciones que requieren más atención por nuestra parte es normal, pero nadie quiere que sea permanente.