La madre de Isabel Pantoja, doña Ana, abandona el hospital y se traslada a Cantora

Isabel Pantoja ya puede disfrutar de la compañía de su madre en la finca de Cantora después de que doña Ana haya abandonado el hospital en el que estaba ingresada desde que el pasado 3 de octubre sufriera un ictus.

Durante diez días la tonadillera ha tenido bloqueada su agenda y sus obligaciones profesionales para mantenerse al lado de la mujer que lo ha sido todo en su vida. Las caras de preocupación, tanto de la cantante como del resto de la familia, han sido una tónica en las instalaciones de la clínica privada Puerta del Sur de Jerez de la Frontera, a la que doña Ana fue trasladada después de ser ingresada en un primer momento en Cádiz.

La abuela de Kiko e Isa P era llevada al hospital tras sufrir un ictus que se le repetía horas más tarde. Tras su ingreso, doña Ana era sedada.

Ahora, once días después, la madre de la tonadillera ha sido trasladada a Cantora, el refugio familiar. Aunque se encuentre recuperada y haya recibido el alta, doña Ana deberá permanecer controlada bajo recomendaciones médicas.

La noticia era adelantada por el programa 'Cazamariposas', que relataba como sus reporteros habían podido contemplar una ambulancia que llevaba a doña Ana desde el hospital de Jerez a la finca de Pantoja.

Los problemas de salud de doña Ana llegaban en un momento familiar delicado para Isabel Pantoja. Su hija Isa mantiene un distanciamiento con ella y con Kiko Rivera, una guerra en la que el resto de la familia se ha posicionado al lado de la tonadillera y el DJ.

Tal vez, el susto médico de la matriarca y el proceso de recuperación que ahora comienza en el hogar sirvan para acercar posiciones en el entorno de Isabel Pantoja.

De Triana al mundo

Son ya varios los años que doña Ana lleva luchando con su delicada salud. La vida en el campo le ha sentado bien y su familia se ha reunido en torno a ella en Cantora. Madre de cuatro hijos, Bernardo, Juan, Isabel y Agustín, tiene tres nietos, Anabel, Kiko e Isa, y cuatro biznietos. La matriarca de los Pantoja ha ejercido también casi como una madre para sus nietos mayores, Anabel y Kiko, que adoran a su abuela. Su presencia al lado de su hija en toda su carrera ha sido constante y fue la primera en creer en sus cualidades artísticas.

Ana estaba casada con Juan Pantoja, cantaor que pertenecía al grupo Los Gaditanos, que falleció muy joven, y ella se hizo cargo de una familia numerosa que vivía en Triana en el barrio de El Tardón. Una placa en la casa en la que vivió lo recuerda, en la calle Juan Díaz de Solís, que inauguró la propia Isabel acompañada de su madre y sus hijos. Ana nunca volvió a casarse ni a tener pareja, dedicada plenamente al cuidado de sus hijos y centrada en la carrera artística de Isabel.