La deslumbrante reaparición de Paloma Cuevas en Starlite tras su divorcio de Ponce

La gala Starlite que se celebra desde hace doce años en el auditorio de la cantera de Nagüeles de Marbella ha vuelto a ser el centro social del verano. Una fiesta que se celebró la noche del domingo y que tiene una vertiente solidaria: todo lo que se recauda va a las fundaciones Lágrimas y Favores, de Antonio Banderas y a Niños en alegría, de Sandra García-Sanjuan, creadora e impulsora de Starlite.

Esta edición postpandemia ha reunido a caras conocidas del mundo de la política como Andrea Levy o la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto. Ambas están pasando unos días de vacaciones en Marbella y quisieron apoyar con su presencia esta iniciativa solidaria. La ministra ha compaginado el descanso con encuentros con representantes del sector turístico y hotelero. Posó en el photocall y contó que no sabía de qué firma era el vestido que llevaba: “Lo eligió mi hija”, dijo.

Llegó con su marido y se entretuvo charlando con otros invitados hasta el comienzo de la cena donde compartió mesa con Paloma Cuevas. Era la primera aparición pública de la empresaria tras su divorcio. Acudió con sus padres, Victoriano Valencia y Paloma Díaz, y sus hijas que estaban felices de acompañar a su madre en una noche muy especial. Paloma Cuevas fue una de las asistentes que recibió un reconocimiento por su labor solidaria. Forma parte de la fundación Starlite y siempre ha estado muy implicada con la ONG Niños en Alegría. Ha viajado en varias ocasiones a México donde se han abierto varías escuelas a lo largo de los años con el dinero que se recauda en esta gala. Otra de sus aportaciones ha sido recibir en su finca La Cetrina a varios de los niños y jóvenes becados de estas escuelas.

Nuevo curso, nueva vida

En septiembre presentará junto a Rosa Clará, también premiada por su contribución solidaria, su colección de doce vestidos de fiesta. Será su vuelta a la normalidad después de lo que ha supuesto su complicada separación matrimonial con una exposición pública por parte de Enrique Ponce que amigos y conocidos han considerado innecesaria. La noche del domingo lució uno de estos diseños en gasa blanca y pedrería que formaran parte de la nueva estrategia comercial.

Bertín Osborne, Susanna Griso, Georgina Rodríguez y el doctor Iván Mañero fueron otros de los invitados que también tuvieron su reconocimiento solidario. Esa noche también tuvo su premio Javier Banderas, recién llegado de Palma donde ha participado en la Copa del Rey de Vela.

La cena de gala estaba prevista que comenzara a las diez de la noche y se cumplió el horario. A las siete y media de la tarde llegaban los primeros invitados que a continuación entraban en el recinto decorado como un bosque encantado y donde se sirvió el cocktail hasta que comenzó la gala propiamente dicha presentada por Valeria Maza. Uno de los atractivos de la fiesta fue la subasta.

Antonio Banderas, Sandra García-Sanjuán y María Casado ejercieron de maestros de ceremonias junto a Cristina del Rey, directora de comunicación de Ford y Antonio Chicote. La firma de coches es patrocinadora de Starlite y cede uno de sus modelos, en este caso un Mach-E eléctrico de última generación, para que el actor estampara su nombre ante la prensa convocada. Se hizo como todos los años y Banderas recordó que en las once ediciones anteriores ya se habían recaudado más de tres millones de euros. Una cantidad a la que habría que añadir las cifras de este evento como el precio del cubierto (entre setecientos y mil euros) y la subasta en la que hubo de todo para pujar: desde una semana en Abu Dabi (adjudicada por 60.000 euros), cuadros personalizados por 25.000, reloj de firma a 20.000 euros o un capote de Sebastián Castella cuya puja alcanzó la cifra de 30.000 euros. Una noche mágica donde los invitados demostraron su generosidad.

Para animar la noche hubo actuaciones musicales de José Mercé, Carolina Cerezuela y Jaime Anglada, Juan Peña y Beret.