Adelanto exclusivo | José Andrés y familia, en HBO: "Tus hijas existimos gracias a Ferran Adrià"

Que una pelea te puede cambiar lo sabemos todos, pero que una pelea el pueda dar la vuelta a tu vida como a un calcetín le sucede a poca gente. Y eso le sucedió a José Andrés tras discutir fuerte con Ferran Adrià. Nos lo cuentan ambos, sentados juntos, riéndose y tratando de olvidar. Es en el documental ‘Jose Andrés y familia, en España’, una docuserie en la que el chef asturiano-catalán viaja por todo nuestro país, probando su comida y mostrándosela a sus hijas.

Son muchas las cosas que descubrimos en esta serie de seis capítulos que emitirá HBO a partir de este 27 de diciembre. Una de ellas es que José Andrés es catalán, no asturiano. Al menos así es como él se siente: nació en Asturias, cierto, pero a los seis años su familia se trasladó a Barcelona y él dice que es donde se crió y de donde se siente. Como muestra, habla con sus amigos en catalán, les habla sus hijas de su tierra y cuenta muchos detalles que muchos catalanes ni siquiera conocen.

Y entre esos amigos catalanes de José Andrés tenemos, evidentemente, a Ferran Adrià. Porque fue en el mítico El Bulli donde José Andrés y Adrià se conocieron. “Ferran es mi maestro, mi mentor y uno de mis mejores amigos”, dice Andrés. La experiencia de esta estrella internacional duró tres años en El Bulli, tres intensos años para un tipo rebelde y apasionado como él. Le costó seguir las reglas, estrictas en aquel establecimiento, y tras un fuerte encontronazo, Andrés se marchó.

Mentideros gastro

La pelea que tuvieron José Andrés y Ferran Adrià es muy conocida en los mentideros gastronómicos. Incluso ellos mismos se han referido a aquel día en alguna ocasión. Pero esta vez es José Andrés quien lo cuenta ante el asentimiento de Adrià y se fija, además, en lo que sucedió después de esa pelea. “Tres días después yo ya estaba en Nueva York, le llamé y le dije que no volvía”. Adría dice que “hay mucha leyenda en esa historia” y se ríe.

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Las dos hijas mayores de Andrés, Carlota e Inés, que son quienes le acompañan en el primer capítulo de la serie, escuchan emocionadas. Ellas estaban en las cocinas en 2012, cuando El Bulli sirvió su última cena y todos quienes habían pasado por los fogones volvieron para despedirse. Es más, desde aquel día, Adrià y Andrés no se habían vuelto a ver y cuando se encuentran, el abrazo es intenso. Al terminar el encuentro, Carlota e Inés, visiblemente emocionadas, le dicen a su padre: “Si no hubieras discutido con Ferran no habrías conocido a mamá y nosotras no existiríamos”.

De risa en risa

A lo largo de los seis capítulos, las hijas de José Andrés se ríen con su padre, disfrutan y hasta hacen bromas a su costa. En esta conversación, no es diferente, porque José Andrés suele irse por las ramas, se emociona en este viaje, y saca su carácter y su pasión desmedida ante las risas de sus hijas. De pronto, empieza hablar de la creatividad que lo unió a su mujer, una creatividad de la que salieron sus hijas, y ellas se parten de la risa. Carlota, la mayor, hasta se sonroja al escuchar a su padre.

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Esa es la tónica del documental: diversión, risas, abrazos y cariño. La vida exprimida al máximo a través de la comida, los amigos y la cultura. Cada cada capítulo sucede en un lugar distinto, como Andalucía -tierra de la mujer de Andrés- hasta Asturias -su lugar de nacimiento-, aunque es el que sucede en Cataluña el que es especialmente sentimental para Andrés.

"Quien eres ahora"

“Obviamente es importante donde naces, pero es más importante donde te crías. Esta comida, el idioma, el aire, la gente… eso es quien soy yo y en cierta manera, vosotras”, les dice a sus hijas tras una comida en el campo con la familia amiga. “Al traernos a este sitio donde te criaste hemos podido ver de dónde vienes y hemos conocido a la gente que ha hecho quien eres ahora”, le dice Carlota, la hija mayor y quien más habla. “Cataluña es única”, dice en un momento dado José Andrés, “tenemos nuestro propio idioma, nuestra bandera, nuestras propias costumbres…”.

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El chef pone tanta pasión en cada uno de los planos de esta docuserie que uno se llega a preguntar cuánto tiempo han tardado en rodarlo. Andalucía es una parada simbólica para todos, en especial para las hijas, porque es la tierra de su madre. Pero están más acostumbradas porque es donde pasan los veranos, desde hace años. También viajan a Madrid, donde prueban platos clásicos como el cordero a fuego lento, los churros y los dulces horneados originalmente para la monarquía. Y en Valencia, claro, buscan los secretos de la paella perfecta.

Además de gastronomía, la serie, muy enfocada a un público estadounidense, muestra costumbres y tradiciones como los castellers, volar en parapente entre paisaje volcánico de Lanzarote u ordeñar cabras para aprender cómo se elabora el queso especial en Asturias. En cada parada del camino, se encuentran con expertos locales, célebres chefs y viejos amigos, que les revelan secretos y tradiciones y cocinan platos exquisitos.