Bodas, misas y cumpleaños: las invitaciones royal que Letizia sí ha aceptado (y las que no)

Tiaras, vestidos de noche y muchos royals. Una cita con todos los ingredientes que nos gustan en Vanitatis, para qué negarlo. Hablamos de la cena de gala que tendrá lugar el próximo viernes en el Palacio Real de Oslo con motivo de la mayoría de edad de la princesa Ingrid Alexandra, que tuvo que posponerse el pasado enero por la pandemia. Una cita a la que estaban invitados tanto los Reyes como la princesa Leonor y la infanta Sofía. Aunque se daba por hecho que la Princesa de Asturias no podría por coincidir con su último día de clases y al ser menor tampoco lo haría su hermana, quedaba en el aire si los Reyes harían acto de presencia. Y la respuesta es que el Rey sí irá, pero no la Reina, algo que empieza a ser habitual. Por eso, hemos querido hacer un repaso a esas invitaciones royal que Letizia sí ha aceptado en los últimos años. Y también las que no, que por supuesto las hay.

Ignoramos el motivo, pero los Reyes de España tienen fama de no hacer mucha vida social con sus homólogos europeos. Ni cuando eran Príncipes ni una vez en el trono. Y es verdad que las ausencias siempre se notan más que las presencias, pero lo cierto es que hay todo tipo de citas organizadas por otros reyes a las que don Felipe y doña Letizia no han faltado. La última, por ejemplo, el servicio de acción de gracias que tuvo lugar en memoria del duque de Edimburgo el pasado marzo en la abadía de Westminster. Es la más reciente, pero no la única.

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Cómo olvidar, por ejemplo, el que fue el gran debut de la entonces princesa Letizia -aunque en ese momento no lo era aún- ante el Gotha. Cómo olvidar ese vestido rojo de Lorenzo Caprile y esas ondas al agua con las que se presentó en la boda de Federico y Mary de Dinamarca. Y cómo olvidar el impacto que causó no solo en nuestro país, sino también fuera de nuestras fronteras. Sería la primera aparición estelar de muchas, en las que -como siempre- los looks de Letizia siempre han acaparado grandes titulares, aunque pocos como esta boda danesa que tuvo lugar dos semanas antes de la suya.

Nos vamos ahora hasta 2010, cuando tuvo lugar la boda de Victoria de Suecia y Daniel Westling en Estocolmo. Es, precisamente, una de esas citas en las que el estilismo de Letizia ha acaparado titulares no tan positivos. Su vestido de Varela con apliques de flores en tono nude dio mucho que hablar. Acudieron en calidad de homólogos de los novios y no se perdieron nada de los festejos que se habían organizado desde la Casa Real, puesto que la noche previa al enlace disfrutaron del concierto de Roxette con el resto de invitados reales. Para el recuerdo, el vestido rojo que Letizia lució durante la velada.

Pero no fue la única boda a la que asistieron ese año, aunque la siguiente, la de Nicolás de Grecia y Tatiana Blatnik, fue más por el vínculo familiar que por su rango real. Se celebró a finales de agosto en la isla griega de Spetses y sería la última vez que los entonces príncipes de Asturias se mostrarían junto al resto de los Borbón-Grecia como una familia unida y feliz. Cuatro años después, celebraron el 50º aniversario del fallecimiento del rey Pablo de Grecia, el padre de la reina Sofía, en el palacio de Tatoi. Además de que Iñaki Urdangarín ya no era considerado persona grata para ellos, las tensiones con la infanta Cristina eran evidentes.

Llegaron en 2011 otras dos citas inolvidables, como también lo fue su ausencia en una de ellas. El 29 de abril de 2011, la abadía de Westminster sirvió de escenario para el enlace del príncipe Guillermo y Kate Middleton, actuales duques de Cambridge. Tanto Felipe y Letizia como la reina Sofía viajaron a Londres para asistir a la que fue la boda del año, con permiso de la de Alberto de Mónaco y Charlène Wittstock, que tuvo lugar dos meses después y con presencia de la mayoría de casas reales europeas.

Y decimos 'casi todas' porque, efectivamente, Felipe y Letizia fueron los grandes ausentes. De hecho, no hubo nadie de la Casa Real española. La explicación -no oficial, claro- que se dio en su momento fue que no había gustado que Alberto de Mónaco pusiera en duda la seguridad de nuestro país de cara a una posible celebración de los Juegos Olímpicos en Madrid. Los motivos por los que no estuvieron invitados o bien declinaron la invitación solo ellos lo saben. Pero que su ausencia en el enlace fue recordada durante años es un hecho.

Año y medio después, otra boda real. Esta vez la de Guillermo y Stéphanie de Luxemburgo, en ese momento sus homólogos, ya que don Felipe aún no había asumido el trono. Sería la última boda real en las que les veríamos, puesto que después no asistieron ni a la de Carlos Felipe ni a la de Magdalena de Suecia. Aunque en este caso no es que declinaran la invitación, sino que directamente no se encontraban en la lista de royals invitados por los novios.

En esta lista de eventos royals también hay coronaciones. En 2013 llegó la del príncipe Guillermo de Orange tras la abdicación de su madre, la entonces reina Beatriz. A diferencia de la propia entronización de don Felipe o la de Felipe de Bélgica, en 2013, a las que no asistieron otros royals por ser celebraciones mucho más austeras, los holandeses organizaron grandes fastos a los que no faltó ninguna Casa Real. Los propios Príncipes de Asturias -aunque les quedaba poco para dejar de serlo- asistieron tanto a la cena de gala previa como a la propia investidura del nuevo monarca.

Otra cita en la que sí se dejaron ver fue en 2015, cuando la reina Margarita de Dinamarca celebró su 75º cumpleaños. Letizia no dudó entonces en estrenar la tiara Princesa, que el rey Felipe le había regalado unos años antes y que hasta entonces había estado guardada en su joyero. Tras la cena de cumpleaños, volvió al mismo lugar y no se la hemos vuelto a ver en público.

Precisamente, también estaban invitados en 2020 a las celebraciones de los 80 años de la monarca danesa, aunque finalmente se tuvieron que cancelar por la pandemia. Y se da por hecho que también han recibido la correspondiente invitación para la celebración de su Jubileo de Diamante, previsto para el pasado enero, pero pospuesto por el mismo motivo sanitario.

Y tenemos que volver a hablar de un vestido rojo que causó sensación en otra cita royal a la que sí pudieron -y quisieron- ir. El rey Guillermo de los Países Bajos celebró sus 50 años con un montón de festejos durante todo un fin de semana. Y cierto es que la relación de las dos familias reales siempre ha sido especial, por lo que no era un evento al que pudieran decir que no. Así que no faltaron a la cena de gala que se organizó en el Palacio Noordeinde -antigua residencia del monarca antes del Palacio Huis ten Bosch- con fiesta posterior. Una cita para la que Letizia volvió a darlo todo, con un diseño asimétrico de Stella McCartney que también hemos visto en sus homólogas Máxima de Holanda y Charlène de Mónaco.

No tuvo tanta suerte Federico de Dinamarca, que celebró sus 50 años apenas un mes después. Porque los Reyes de España fueron los grandes ausentes en una cena de gala en la que el gran protagonista no fue el cumpleañero, sino el discurso que le dedicó su esposa, la princesa Mary. El motivo para la ausencia, la celebración del desfile de las Fuerzas Armadas. Y un par de semanas antes, tampoco asistieron al 80º cumpleaños del rey Harald, aunque sí lo hicieron los reyes Juan Carlos y Sofía, quizá por su conexión generacional y su amistad, que mantienen en el tiempo.

Y otra ausencia. La princesa Ingrid Alexandra celebraba su confirmación en agosto de 2019. Don Felipe, como su padrino de bautismo, tenía un papel importante en la ceremonia. Y sí, no dudó en viajar hasta Oslo para acompañar a uno de sus trece ahijados en la celebración de un día tan importante. Pero lo hizo solo, no le acompañaron ni su esposa ni sus hijas en lo que hubiera sido el primer encuentro internacional royal para Leonor y Sofía. Una imagen que se repetirá este viernes en la cena de gala por el 18 cumpleaños de su ahijada.

Aunque desde la confirmación de Ingrid no hubo que esperar mucho para verlos de nuevo juntos en una cita royal internacional. En octubre llegó otra coronación, la de Naruhito de Japón. Y don Felipe y doña Letizia asistieron tanto a la propia ceremonia que tuvo lugar en el Palacio Imperial como a la cena de gala que tuvo lugar por la noche. Es una imagen a la que hemos tenido que recurrir a menudo, puesto que fue la última vez que asistieron a un evento de estas características al desatarse meses después la pandemia y cancelarse todo lo que se había previsto.

No fue hasta el pasado marzo cuando pudieron formar parte de otra cita royal tan multitudinaria, la misa en memoria del duque de Edimburgo, ya que no pudieron ir a la boda de Philipos de Grecia al coincidir con los actos de los Premios Princesa de Asturias. Ahora, Letizia será una de las grandes ausentes en la celebración del 18º cumpleaños de Ingrid Alexandra de Noruega, a la que ya se ha confirmado la asistencia de miembros de prácticamente todas las casas reales europeas, incluyendo invitados tan jóvenes como Estelle y Oscar de Suecia o el pequeño Charles de Luxemburgo.