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El futuro de Beatriz y Eugenia de York tras el último mazazo público al príncipe Andrés: ¿qué pasará con sus títulos?
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FAMILIA REAL BRITÁNICA

El futuro de Beatriz y Eugenia de York tras el último mazazo público al príncipe Andrés: ¿qué pasará con sus títulos?

El monarca británico ha despojado de sus títulos y honores a su hermano Andrés. También deberá abandonar Royal Lodge, donde ha vivido durante las últimas décadas

Foto: Eugenia junto a su hermana mayor, Beatriz de York. (Getty)
Eugenia junto a su hermana mayor, Beatriz de York. (Getty)

El golpe de autoridad de Carlos III contra su hermano menor, el príncipe Andrés, marca un nuevo capítulo en la política de limpieza institucional que el monarca ha emprendido en los últimos meses. El royal británico ha sido despojado de sus títulos y tratamientos y pasará a ser conocido como Andrew Mountbatten-Windsor. Se trata de un gesto que simboliza su desvinculación, al menos pública, de la Casa Real. Además, a esto se suma su mudanza de Royal Lodge, donde reside junto a Sarah Ferguson, a una residencia más modesta. Esta decisión llega tras años de polémicas que han dañado su imagen y la de la monarquía.

Para muchos, la medida es una confirmación de que no hay retorno posible para el hijo de la difunta Isabel II en la vida pública. Su reputación quedó gravemente afectada por su vinculación con el caso Epstein y por el acuerdo extrajudicial que selló con una de las víctimas del financiero estadounidense. Desde entonces, su figura se volvió insostenible incluso para su madre, que lo protegió cuanto pudo. Carlos III, más pragmático, ha optado por mantenerle la dignidad personal, aunque le ha retirado todo lo que implique representación oficial.

placeholder El príncipe Andrés y Carlos III. (Gtres)
El príncipe Andrés y Carlos III. (Gtres)

Cuando trascendió la decisión del rey sobre el futuro de su hermano, se especuló con que Beatriz y Eugenia de York pudieran ser damnificadas colaterales. Sin embargo, su situación es distinta. Ambas son princesas de sangre real, título que no deriva de su padre, sino de la patente real firmada por el rey Jorge V en 1917, que concede el rango de Alteza Real a los hijos de los hijos del soberano. En aquel momento, esa norma afectaba a todos los nietos del monarca reinante; en la actualidad, se aplica del mismo modo. Por ello, su derecho no puede ser revocado simplemente por la situación de su progenitor, y ninguna de ellas ha protagonizado polémicas que perjudiquen a la Corona.

Otra de las que ha vuelto a acaparar titulares es Sarah Ferguson, que atraviesa una etapa especialmente delicada. Y no solo por el caso de Andrés. En las últimas semanas, se ha divulgado un correo electrónico enviado en 2011 a Jeffrey Epstein, en el que la exduquesa lo calificaba como un “amigo fiel, generoso y supremo”, pese a haber declarado públicamente que había roto toda relación con él. Un portavoz de Ferguson explicó después que el mensaje se escribió “para apaciguar” una amenaza del propio Epstein. Tras la filtración, varias organizaciones benéficas británicas han roto sus vínculos con ella, lo que agrava aún más su pérdida de influencia en el entorno de Windsor.

placeholder Sarah Ferguson junto a sus hijas, Beatriz y Eugenia de York. (Cordon Press)
Sarah Ferguson junto a sus hijas, Beatriz y Eugenia de York. (Cordon Press)

En definitiva, los últimos movimientos de Carlos III prueban su determinación de recortar privilegios y reducir el peso de los escándalos en la realeza británica. Así, mientras Andrés asume su caída definitiva -no le queda de otra-, Sarah Ferguson vuelve a quedar fuera del círculo de influencia y las princesas Beatriz y Eugenia mantienen su estatus gracias al derecho que les ampara desde su nacimiento. Esta última decisión del monarca también deja claro su criterio: solo quienes no comprometan la credibilidad de la institución seguirán formando parte visible de ella.

El golpe de autoridad de Carlos III contra su hermano menor, el príncipe Andrés, marca un nuevo capítulo en la política de limpieza institucional que el monarca ha emprendido en los últimos meses. El royal británico ha sido despojado de sus títulos y tratamientos y pasará a ser conocido como Andrew Mountbatten-Windsor. Se trata de un gesto que simboliza su desvinculación, al menos pública, de la Casa Real. Además, a esto se suma su mudanza de Royal Lodge, donde reside junto a Sarah Ferguson, a una residencia más modesta. Esta decisión llega tras años de polémicas que han dañado su imagen y la de la monarquía.

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