Los mejores restaurantes para comer junto al mar y ¡en nuestros paraísos veraniegos!

Nos chiflan los chiringuitos, esos sombrajos con encanto, varados cual sirenas de cuento en un mar de arena, y también su versión exclusiva y sofisticada, los beach clubs, que nos ofrecen la estampa prémium del verano, pero no podemos olvidarnos de estos restaurantes de altura que ofrecen la mejor gastronomía a orillas del mar y en nuestros paraísos veraniegos, es decir, en Mallorca, Ibiza, Formentera, Cádiz y Marbella, y que también nos enloquecen. Este periplo estival con mar de fondo es gastro y muy muy tentador.

49 Steps, en Palma de Mallorca

Mallorca es un destino preferente, para no equivocarse, vayas donde vayas, y sobre todo si recalas en la Tramontana y sus vueltas y revueltas. Pero en esta ocasión nos hemos quedado en la capital de la isla para deleitarnos con las delicias de este restaurante ubicado nada menos que en su puerto más exclusivo, el Moll Vell, además decorado por Lázaro Rosa-Violán con detalles marineros. No le falta terraza para las copas en plan sky bar a la que se accede por una escalinata de ¡49 peldaños! (no te asustes, también hay ascensor) y desde la que se ve la catedral, el castillo de Bellver y hasta Marivent.

Qué pedir: ensalada César de ostras rebozadas, gambas rojas de Mallorca salteadas, arroces y fideuás, pescado de roca crujiente en tempura y chuletón de vaca vieja finlandesa.

Dónde: Carrer del Moll, 6.

Duna Beach, en Sancti Petri

Al Duna Beach de Ángel León lo encontramos en la playa de La Barrosa, junto a su excelentísimo restaurante Alevante, que se aloja en el patio central del Gran Meliá Sancti Petri, territorio este de Chiclana de la Frontera, en el siempre deseado Cádiz, sirviendo su cocina más informal durante los meses de julio, agosto y septiembre, y haciendo verano con la gastronomía, esta vez desde un chiringuito. En Alevante, la cosa se pone más seria pero igualmente excitante (caballa en amarillo cuajada de erizo, plancton y huevas de esturión, puchero con babetas…). Puro arte. Y luego está su Aponiente, en El Puerto de Santa María.

Qué pedir: las noches del jueves, viernes y sábado, el Menú Neptuno (60 euros), que incluye embutidos marinos, su saam de camarones fritos, huevo y panceta, ajoverde con camarón rojo y encurtidos y la caballa ahumada con emulsión de adobo. Para terminar con su famoso plancton, que se degusta con su arroz cremoso, y su cerdo del mar, que es costilla de atún glaseada.

Dónde: C/ Amílcar Barca, s/n.

99 Sushi Bar, en Marbella

Este templo de la alta cocina japonesa está ahora también en el corazón de la Costa del Sol (es un clásico madrileño, en el Eurobuilding), nada menos que alojado en el lujoso Anantara Villa Padierna Palace Resort, presumiendo de la luz natural que atraviesa sus ventanales y de cierto clasicismo inglés que convive con piezas exóticas de procedencia varia. Hay barra de sushi, salón principal, salón privado, terraza y un lounge bar con vistas al mar, al lago y a sus campos de golf.

Qué pedir: tempura de langostinos tigre, bacalao negro de Alaska gratinado con dos capas de miso rojo o sus gyozas de pollo de corral con glasé de azafrán.

Dónde: Urbanización Los Flamingos Golf. Carretera de Cádiz, km 166.

Etxeko, en Ibiza

Este restaurante se lo debemos al chef de chefs Martín Berasategui (10 estrellas Michelin), que ha desembarcado este verano en la isla con su recién inaugurado Etxeko, que se aloja en el Bless Hotel, hermano del Etxeko del Bless Madrid, y cuyo nombre en euskera significa 'hecho en casa'. Por eso, el vasco propone al comensal viajar a la parte vieja de San Sebastián, aunque esto sea la Isla Blanca, a través de su cocina casera elevada a la categoría de cocina de autor.

Qué pedir: lo mejor es decantarse por el menú degustación (100 euros), compuesto de ocho platos. Milhojas caramelizado de foie, anguila ahumada y manzana verde, ensalada Lasarte, la que le gusta a Martín Berasategui (tal cual), merluza a la brasa albardada con tocineta ibérica sobre perlitas de hinojo, emulsión de berros, bombones de aceitunas y brotes frescos o el paisaje otoñal sobre un manto tibio de chocolate y café líquido, que va de postre.

Dónde: Av. Cala Nova. Es Canar. Santa Eulalia del Río.

Gecko, en Formentera

Forma parte del maravilloso Beach Club Gecko, que presume de 30 habitaciones, camas balinesas, relax total, programas de yoga, wellness para sentirse realmente bien, atardeceres increíbles y mar azul e infinito como escenario, el de la playa de Migjorn, un arenal gigantesco que ocupa todo el sur de la isla. Está a la orillita del mar, es mediterráneo a rabiar y ofrece cocina saludable y vegetariana. Y sorpresa: hacen espetos los martes y jueves en dos grandes barbacoas dentro de antiguas barcas. Y ello a la luz de la luna y con música en directo, bossa nova para ser exactos.

Qué pedir: gazpacho, paella de pescados y marisco, arroz meloso de , alcachofas y almejas con aceite ahumado o arroz con bogavante, caldereta de langosta, filete de rodaballo a la plancha sobre arroz negro de sepia o chuletón de buey gallego a la parrilla.

Dónde: Platja de Migjorn. Ca Mari.