La boda en Córdoba de Rosalía y su vestido de novia de satén con cuello nido de abeja y mangas bordadas
Descubre todos los detalles del delicado traje nupcial de Rosalía ideado por Tamara Vázquez, de Romancera, y cómo fue su boda en Córdoba
A Rosalía, la novia protagonista de hoy, y a mí nos unen dos cosas. La primera, nuestra profesión. Ella y su ya marido, Jaime, son periodistas. Y la segunda, la admiración hacia el trabajo de Tamara Vázquez como diseñadora de novias de la marca Romancera. Sus trajes se salen de lo común y, en ese universo particular, el romanticismo y el cuidado por los detalles son sus señas de identidad. "Todos sus vestidos son especiales por algo. Sabía que el proceso de crear mi traje de novia se lo tenía que dejar a ella y que saldría algo maravilloso", explica Rosalía.
Para llegar aquí y antes de conocer a la creadora del vestido más importante de su vida, los caminos de Jaime y de Rosalia, madrileño y cordobesa, debían cruzarse: "Los dos somos periodistas y nos conocimos en 2018 trabajando en la tele, aunque no comenzamos a salir hasta mediados de 2019".
La petición de mano tuvo lugar dos años después: el 29 de junio de 2021. "La petición no fue nada espectacular, pero sí perfecta. Un martes por la noche en el salón de nuestra casa, los dos en pijama y cenando comida china. Jaime sacó un anillo de detrás del cojín del sofá. No me acuerdo lo que nos dijimos en ese momento de los nervios que teníamos los dos", confiesa la novia.
El periodista le hizo a Rosalía la tan esperada pregunta con un anillo de la joyería Conrado Más, una pieza de oro blanco con diamantes engarzados y, en el centro, un zafiro azul.
Desde ese día, la pareja esperó algo más de un año para darse el 'sí, quiero'. Jaime y Rosalía se casaron el 1 de octubre de 2022 en su ciudad natal, en Córdoba, ayudados por el equipo de wedding planners de Bianca Weddings. La ceremonia religiosa en la iglesia Santa Marina de Aguasantas, y el banquete y la fiesta, en el cortijo Santa Rosa. El templo, ubicado en el centro, es el más antiguo de la ciudad, data de la época visigoda y por fuera tiene aspecto de fortaleza.
La periodista se vistió en casa de sus padres. Del look beauty se encargó Yaiza López: "La conocía de antes y sabía que estaba en buenas manos. Fue una de las mejores elecciones de ese día: tanto el maquillaje como el peinado aguantaron intactos hasta las siete de la mañana. También maquilló y peinó a mi madre"
Para impactar el día de su boda, Rosalía se decantó por un impoluto moño bajo con raya en medio y un maquillaje tan natural como favorecedor que puso el foco de atención en su mirada. "No estuve nada nerviosa durante la mañana. Parecía que la cosa no iba conmigo", relata.
Como manda la tradición, la novia y su padre atracaron juntos y en coche a las inmediaciones de la iglesia:"Al llegar al altar estaba supertranquila, pero fue escuchar el Ave María de la Escolanía de los Palacios y ponerme a llorar. La música durante la misa fue de las cosas más especiales para nosotros".
Coincidiendo con su bajada del coche, el vestido de novia de Rosalía quedó expuesto. Como hemos avanzado el principio, Tamara Vázquez, de Romancera, fue su artífice: "La primera vez que fui a ver a Tamara no tenía una idea clara en mi cabeza del vestido que quería. Le comenté que no sabía con exactitud lo que quería, pero sí lo que no quería. Como, por ejemplo, el escote, que prefería que fuese cerrado y que el protagonismo estuviese en las mangas".
Rosalía dejó libertad total a Tamara y confió en ella ciegamente cada pequeña parcela del proceso de creación: "Lo hace todo muy fácil. Verla trabajar y ver cómo funciona su cabeza es un privilegio. Le pone una ilusión y una dulzura en cada llamada para contarte cómo avanza el traje que solo deseas que llegue el día de la siguiente prueba".
La periodista continúa con su relato. "El primer día, Tamara me enseñó miles de telas preciosas y me preguntó qué sensaciones tenía al tocarlas y verlas en movimiento. La selección de tejidos es algo a lo que ella le da muchísima importancia, y después de llevar un vestido suyo, entiendo bien por qué. En la siguiente cita, me presentó un boceto. Cuando entré en el estudio y lo vi sobre la mesa quería llorar. Era la primera propuesta que tenía y, aun así, sabía que era ese. Desde ese dibujo, hasta el vestido final, prácticamente no cambiamos nada".
La propia Tamara nos explica los detalles del vestido de novia de Rosalía. "Es una obra cuidada y artesanal. En su confección se utilizaron 7 tejidos distintos para crear esa armonía tan especial".
"Es un vestido de crepé satén de seda con muselina de seda que tamiza el brillo. Las mangas interiores estaban construidas con una organza rústica de seda que generaba textura y se intuía a través de la muselina que la velaba. El volante de las mangas también de muselina con bordados en los hombros, al igual que los puños y el cuello, con un acabado de nido de abeja creado a mano con incrustaciones de tiras bordadas de hilo de seda tipo crochet. Un proceso manual y artesanal en el que intervino la bordadora y artista Flor Arias", señala la diseñadora de Romancera.
Una de las premisas fundamentales de la periodista -"que el protagonismo del traje recale en las mangas"- se convirtió, en palabras de Vázquez, "en el alma del vestido. El trabajo de bordado de los hombros fue muy importante y aunque lo planteamos primero en papel e hicimos algunas pruebas, Rosalía no sabía cómo iba a quedar hasta que vio las piezas terminadas en el propio vestido. Esa sorpresa fue única y una parte muy bonita del proceso".
Rosalía lo recuerda tal y como lo explica Tamara: "Dejamos en el aire el bordado de los hombros porque yo no estaba muy convencida. Ella me dijo: 'Confía en mí. Lo hacemos y si no te gusta te prometo que no paramos hasta dar con la opción B'. Un día me mandó una foto de cómo iba el bordado cuando aún estaba en el taller y me encantó".
El diseño lo completaron la falda y el escote de la espalda. "Cuando la novia vino a conocerme, quería que la espalda mostrase algo de piel, pero que fuese dulce. Realizamos un trabajo de ondas satinadas para enmarcar esa zona. Era justo lo que necesitaba un vestido tan elaborado y cerrado. La falda tenía una silueta muy natural, con caída, y al mismo tiempo, con movimiento en los costados y la cola, gracias a unos cortes laterales que aportaron una sensación de ligereza a la pieza", cuenta Tamara Vázquez.
No fue hasta la última prueba en el atelier de Romancera (dos semanas antes de la boda) cuando novia y diseñadora decidieron incluir el velo al conjunto. Fabricado con un tejido de seda natural, ese accesorio creó la tan deseada imagen de "novia velada con magia", apunta Tamara.
A la hora de escoger el calzado nupcial, la indecisión se apoderó de Rosalía: "Quería que fuesen del color del vestido y muy sencillos. Miré algunos modelos con Tamara y al final encontramos unos que eran perfectos de Saint Laurent. Los pedí en una tienda online y cuando me llegaron, Tamara me pidió que fuese a probarlos con el vestido. A las dos nos encantaron. Eran de un color crema precioso". Tipo sandalias, abiertos por delante, con una pala ancha, pulsera al tobillo y tacón ancho, los zapatos encajaron a la perfección con el traje.
El ramo de Santa Marta Floristas estaba formado por claveles reventones en rosa empolvado atados con una cinta a tono con el vestido. "Soñaba con una flor única, pero hasta un par de semanas antes no dimos con el color que queríamos", confiesa la novia.
En cuanto a las joyas, Rosalía cuenta que "llevé el anillo de compromiso que me regaló Jaime y el anillo de pedida que me regalaron sus padres, todo de Conrado Más. Las joyas familiares fueron una pulsera de mi tía abuela y unos pendientes de mi abuela".
Convertidos en marido y mujer, y acompañados de sus familiares y amigos, Jaime y Rosalía se trasladaron hasta el cortijo Santa Rosa, una preciosa finca colonial con varios salones, patio central y amplios jardines para celebrar un enlace por todo lo alto. El menú fue servido por el catering Charlotte.
"Queríamos montar una boda con todos nuestros amigos, con mucha gente joven y cero compromisos. Había veces que miraba a mi alrededor y pensaba: 'Qué fuerte, ¿qué hace aquí toda esta gente?'. Y a pesar de estar rodeados por nuestros seres queridos, también tuve la oportunidad de pasar mucho tiempo con Jaime, que era algo que me preocupaba. Pudimos hablar y compartir sensaciones, fueron momentos solo para nosotros".
Como detalle 'handmade', destacar la papelería de toda la boda. "Fue pintada en acuarela por mí. Era una colección de bichitos que hice durante los meses de confinamiento y que luego incluimos en los meseros, en las minutas y en la invitación. Fue un proceso un poco desesperante, ninguna prueba que hacíamos me gustaba porque soy muy perfeccionista y no iba a estar contenta hasta que fuese como yo había imaginado, pero luego cuando nos llegó la muestra final y lo vimos materializado resultó increíble".
Jaime y Rosalía no se olvidaron de sus testigos y quisieron sorprenderles con un obsequio especial: "Jaime regaló a sus amigos unos gemelos con su inicial y yo, a mis testigos, les hice su inicial con las flores secas de nuestra pedida".
El grupo Reflejos del Sur amenizó con sus canciones el cóctel, y para la fiesta, gracias al DJ Xite & Co, sonaron los grandes hits del momento.
"Antes de llegar el gran día, como consejo, me dijeron que lo disfrutase, que pasaba rápido. Hoy miro atrás con la sensación de que conseguí disfrutarlo muchísimo porque intenté estar presente en todo momento. Daría un consejo que me dio una muy buena amiga y que me ayudó muchísimo: no lleves el ramo de micrófono y en cuanto veas al novio al final de la iglesia, céntrate solo en él".
A Rosalía, la novia protagonista de hoy, y a mí nos unen dos cosas. La primera, nuestra profesión. Ella y su ya marido, Jaime, son periodistas. Y la segunda, la admiración hacia el trabajo de Tamara Vázquez como diseñadora de novias de la marca Romancera. Sus trajes se salen de lo común y, en ese universo particular, el romanticismo y el cuidado por los detalles son sus señas de identidad. "Todos sus vestidos son especiales por algo. Sabía que el proceso de crear mi traje de novia se lo tenía que dejar a ella y que saldría algo maravilloso", explica Rosalía.