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El documental de Felipe de Edimburgo: una última broma, dos ausencias y mucha intimidad
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El documental de Felipe de Edimburgo: una última broma, dos ausencias y mucha intimidad

La cadena inglesa BBC saca a la luz al Felipe más privado con testimonios de primera mano de Guillermo, Harry y hasta el príncipe Andrés. Ni Meghan ni Kate participaron

Foto: Felipe de Edimburgo. (Vanitatis)
Felipe de Edimburgo. (Vanitatis)

Fiel a su estilo, el duque de Edimburgo no pudo resistir una última broma el día antes de morir. El príncipe Carlos le llamó para preguntarle qué le gustaría hacer para su centésimo cumpleaños, atreviéndose a sugerir una fiesta tan solo para molestarle cariñosamente, consciente de que él no quería grandes celebraciones. No logró escucharle bien. Tenía ya desde hace tiempo problemas de sordera. Fue entonces cuando su primogénito alzó un poco más la voz: “Estamos hablando de tu cumpleaños… Y si habrá una recepción”. El príncipe Felipe respondió con brusquedad, sin perder el ritmo: “Bueno, tengo que estar vivo para eso, ¿no es así?”. Charles le replicó: “¡Sabía que dirías eso!”. No hay más detalles. Pero quizá fueran las últimas palabras intercambiadas entre los dos. El 9 de abril, el duque fallecía en paz a los 99 años en el castillo de Windsor.

La emotiva anécdota sirve como punto de partida en el documental titulado 'El príncipe Felipe: Recuerdos de la familia real', emitido por la BBC en la noche del miércoles. La cadena pública llevaba desde principios de este año trabajando en el especial. En un principio, iba a emitirse el junio, con motivo de su cien cumpleaños. Pero debido a las circunstancias se retrasó con nuevas entrevistas a sus hijos y nietos para rendir homenaje al consorte real, pero también al padre, abuelo... y de alguna manera al marido, porque aunque Isabel II no aparece, las referencias a su historia de amor son constantes.

La monarca ha cedido para la ocasión algunas de las imágenes de los vídeos de la colección privada. La mayoría de ellos están grabados en Balmoral (Escocia), el refugio donde los royals siempre pudieron actuar como una familia normal. En uno de los momentos, se ve al duque en un triciclo con sus hijos mientras Isabel II corre detrás de ellos.

“Nunca he considerado que estoy ejecutando un papel para impulsar la imagen de la Corona”, llegó a explicar Felipe en una antigua entrevista rescatada en el documental donde le preguntan cómo se siente en el rol de marido de la reina. “Yo no soy ningún relaciones públicas. No tengo un rol o estoy ejecutando un papel. Sencillamente, esto es una manera de vida. Y haces o dices lo que crees que es mejor en cada momento según las circunstancias que te rodean”, matizó.

placeholder Isabel II y el duque de Edimburgo, con el matrimonio Kennedy en Buckingham. (Cordon Press)
Isabel II y el duque de Edimburgo, con el matrimonio Kennedy en Buckingham. (Cordon Press)

Andrés y el despacho

Narrar algún detalle nuevo del hombre que durante 73 años estuvo al lado de la soberana más longeva de la historia del Reino Unido era tarea complicada. Pero los hay. Siempre gastaba la misma broma a sus nietos (y siempre caían) manchando todo de mostaza cada vez que hacían barbacoas, escribió un libro sobre extrañas especies de pájaros, pintaba paisajes, comenzó ya en los 60 a concienciar a la gente para proteger al medioambiente, le encantaba contar cuentos a sus hijos antes de dormir y tenía ordenado su despacho como la “sala de mandos de un barco”. La navegación siempre fue una de sus grandes pasiones.

La definición de su escritorio la explica el príncipe Andrés. Apartado de la vida pública desde 2019 tras el escándalo por su amistad con el pedófilo Jeffrey Epstein, su participación en el documental era una de las grandes incógnitas. Pero finalmente aparece. Aunque sea brevemente, el que dicen que es el ojito derecho de la reina está ahí. Pero no se le incluye en el tráiler.

El despacho del duque sigue a día de hoy intacto, con el marco doble de Fabergé con las fotografías de Jorge VI y la difunta reina Isabel, la reina madre, que sus suegros le entregaron como regalo el día de su boda en 1947. En el alféizar de la ventana hay una estatua de bronce de Isabel II a caballo en Trooping the Colour, obra de la escultora Doris Lexey Margaret Lindner. Y también está la colección de figuritas de políticos de los años cuarenta y cincuenta.

“Desde la perspectiva de mi abuela, tener a alguien así a tu lado durante 73 años de matrimonio, no hay nada mejor que eso”, dice Harry en una de sus intervenciones. Se trata de su primera aparición junto a la monarquía -quitando el funeral de su abuelo- desde que se separó de la Firma, como el propio duque llamaba a la familia real.

Entre abuelo y nieto siempre existió un vínculo especial. Quizá el que nunca hubo entre el duque con su primogénito. De hecho, el príncipe Harry había asumido el título de capitán general Royal Marines de Felipe en 2017, pero tras salir de la familia real para comenzar una nueva vida en Los Ángeles le fueron retirados todos los honores militares.

No se sabe exactamente dónde fue grabada la entrevista con Harry porque con todos los participantes aparece el mismo fondo gris. Quizá para dar continuidad. Quizá para evitar más tiranteces entre los dos hermanos. Hay opiniones para todos los gustos.

Harry y Guillermo -segundo en la línea de sucesión- habían aparecido anteriormente juntos en entrevistas para programas de homenaje, incluido el 70 cumpleaños del príncipe Carlos. Pero también han filmado regularmente por separado, como es ahora el caso.

Las anécdotas de los nietos

Entre el gran tributo a la figura como consorte, militar y promotor de la monarquía, el príncipe Guillermo también desveló alguna anécdota graciosa. Un día, cuando iba con su abuelo, este paró su coche para conversar con un grupo de jóvenes caminantes en Escocia que participaban en el programa Duque de Edimburgo, creado para que los estudiantes se pongan a prueba y disfruten de la naturaleza. “Uno de ellos le dijo 'piérdete' y él se volvió hacia mí encantado y comentó: "¡La juventud de hoy!".

Por su parte, su nieta Zara Tindall, hija de la princesa Ana, desvela que, a pesar de que le encantaban todos los gadgets tecnológicos, siempre acababan escuchándole de lejos maldiciéndolos porque no conseguía hacerlos funcionar. “Uno nunca está realmente preparado para perderlo porque siempre estaba ahí”, matiza.

Otro de los momentos más emotivos en los que la princesa Eugenia -hija de Andrés- no puede reprimir las lágrimas al recordar a su abuelo fue cuando le comunicaron que había puesto a su hijo, nacido el pasado 21 de febrero, el nombre de August Philip en su honor.

placeholder Kate Middleton y Meghan Markle, en Wimbledon. (Getty)
Kate Middleton y Meghan Markle, en Wimbledon. (Getty)

De las que no hay ni rastro es de Kate ni por supuesto de Meghan. Pero tampoco llama la atención porque no hay ningún consorte de los nietos o bisnietos. La BBC asegura que el documental es “un retrato incomparable de un hombre con un lugar único en la historia real, por aquellos que mejor lo conocieron”.

La cadena pública dijo el mes pasado que había “lecciones que aprender” después de que su cobertura de la muerte del duque generase un número récord de quejas. Casi 110.000 personas mostraron su disconformidad ante la cadena pública por quitar parte de su programación para emitir una serie de especiales sobre el marido de la reina. Por lo tanto, en esta ocasión, el documental, pese a su gran importancia, pasó más desapercibido. Como la propia figura de Felipe, el hombre que, pese a su gran labor ante la Corona, siempre supo estar dos pasos por detrás de la reina.

Fiel a su estilo, el duque de Edimburgo no pudo resistir una última broma el día antes de morir. El príncipe Carlos le llamó para preguntarle qué le gustaría hacer para su centésimo cumpleaños, atreviéndose a sugerir una fiesta tan solo para molestarle cariñosamente, consciente de que él no quería grandes celebraciones. No logró escucharle bien. Tenía ya desde hace tiempo problemas de sordera. Fue entonces cuando su primogénito alzó un poco más la voz: “Estamos hablando de tu cumpleaños… Y si habrá una recepción”. El príncipe Felipe respondió con brusquedad, sin perder el ritmo: “Bueno, tengo que estar vivo para eso, ¿no es así?”. Charles le replicó: “¡Sabía que dirías eso!”. No hay más detalles. Pero quizá fueran las últimas palabras intercambiadas entre los dos. El 9 de abril, el duque fallecía en paz a los 99 años en el castillo de Windsor.

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