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Lady Di, el duque de Edimburgo y las diferencias entre sus testamentos
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Lady Di, el duque de Edimburgo y las diferencias entre sus testamentos

Las últimas voluntades del marido de Isabel II permanecerán en secreto durante 90 años y se desconoce oficialmente quiénes son los beneficiarios. El legado de la princesa fue público

Foto: El duque de Edimburgo y Diana de Gales, en 1982. (Cordon Press)
El duque de Edimburgo y Diana de Gales, en 1982. (Cordon Press)

Han pasado 24 años desde la muerte de la princesa de Gales y cinco meses de la de su suegro, y sus historias siguen siendo antagónicas después de su partida, como lo fueron en vida. Tras la última y sorprendente noticia que afecta al legado del marido de Isabel II, comparamos los testamentos del duque de Edimburgo y de Lady Di, y encontramos notables diferencias, marcadas ya desde el inicio por su diferente posición con respecto a la familia real. La primera y principal es que parece que no sabremos nada de las últimas voluntades de Felipe Mountbatten por mucho tiempo, mientras sí conocimos casi todo lo referente a las de Diana. En Gran Bretaña, por ley, los testamentos son un documento público, con excepciones en el caso de la realeza.

Foto: El duque de Edimburgo. (EFE)

Por ello, el Tribunal Supremo de Reino Unido ha dictaminado que las últimas voluntades del duque de Edimburgo permanezcan selladas y en secreto para proteger la dignidad de la reina. Durante los próximos 90 años solo se podrá abrir en privado, lo que significa que tampoco serán objeto de inspección pública. De este modo, la Corona se protege de litigios y escándalos como los que estamos tan acostumbrados a ver en el mundo de los famosos, y también en los royals. Es costumbre que al fallecer un miembro de la familia real los tribunales sellen sus últimas voluntades y no sean documentos públicos como sucede con el resto.

El juez Andrew McFarlane, presidente del juzgado de familia del Tribunal Superior, es el encargado de custodiarlo, pero ni siquiera él conoce el contenido del documento, solo sabe la fecha en la que se ejecutará y la identidad de quién ha sido designado para hacerlo. “Acepto la premisa de que, aunque existe la curiosidad por saber las decisiones que un miembro de la familia real ha tomado en su testamento, no tiene interés público que la gente conozca su información privada”, ha declarado.

placeholder El duque de Edimburgo, en 2015. (EFE)
El duque de Edimburgo, en 2015. (EFE)

Nada que ver con lo que sucedió con la herencia de Diana de Gales. Tras su trágica muerte, el 31 de agosto de 1997 en París, se conoció que dejaba una fortuna de unos 25 millones de euros a repartir por partes iguales entre sus dos hijos. Tras pagar los impuestos correspondientes, alrededor del 40% como establece la ley británica, la cantidad resultante se quedaría en unos 15 millones… Se establecía además la condición de que ambos hermanos, que tenían 15 y 12 años cuando sucedió el triste deselance, cumplieran 25 para poder acceder a su fortuna. Luego un tribunal elevaría esta edad hasta los 30. Precisamente ha sido el dinero que le dejó su madre, al que accedió en 2014, el que ha ‘salvado’ económicamente al duque de Sussex tras su salida de la familia real británica. "Tengo lo que me dejó mi madre y sin eso no hubiéramos podido hacer esto", le contó a Oprah Winfrey en su ya mítica entrevista.

placeholder La princesa Diana y Harry, en 1995. (Reuters)
La princesa Diana y Harry, en 1995. (Reuters)

Del patrimonio que deja el duque de Edimburgo nada se sabe oficialmente, aunque se rumorea que podría ascender a 35 millones de libras que podrían ir a parar íntegramente a la reina Isabel II. El motivo es que la ley británica permite ahorrarse el impuesto de sucesiones en dos situaciones, cuando la herencia pasa del consorte del soberano al propio soberano, que sería el caso, o de soberano a soberano, que sería, por ejemplo, de la reina Isabel al príncipe Carlos. Esto les permite no tener que pagar al tesoro público un 40% de la fortuna.

Aun así, hay un detalle que podría conectar el testamento del duque de Edimburgo y el de Lady Di, ya que en ambos casos habría beneficiarios que no pertenecen a la familia. Parece que el marido de Isabel II habría incluido en sus últimas voluntades a su secretario privado, el brigadier Archie Miller-Bakewell, y a dos pajes, William Henderson y Stephen Niedojadlo. Los tres formaron parte del cortejo fúnebre durante su funeral, el pasado 17 de abril en el castillo de Windsor. La princesa de Gales también incluyó a personas cercanas a ella, como su mayordomo, Paul Burrell, a quien dejó cerca de 60.000 euros. Además, sus 17 ahijados obtuvieron un regalo a elegir entre "un cuarto de sus posesiones personales" .

Han pasado 24 años desde la muerte de la princesa de Gales y cinco meses de la de su suegro, y sus historias siguen siendo antagónicas después de su partida, como lo fueron en vida. Tras la última y sorprendente noticia que afecta al legado del marido de Isabel II, comparamos los testamentos del duque de Edimburgo y de Lady Di, y encontramos notables diferencias, marcadas ya desde el inicio por su diferente posición con respecto a la familia real. La primera y principal es que parece que no sabremos nada de las últimas voluntades de Felipe Mountbatten por mucho tiempo, mientras sí conocimos casi todo lo referente a las de Diana. En Gran Bretaña, por ley, los testamentos son un documento público, con excepciones en el caso de la realeza.

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