El cambio de año de Isabel II: del un horribilis 2021 a la amenaza que se cierne en 2022
El año que dejamos atrás ha sido una concatenación de desdichas para la monarca británica pero el que ahora comenzamos no está libre de trampas: el libro de su nieto, una de ellas
Isabel II ha sobrevivido a un año más, que en su caso es mucho decir, no solo por lo avanzado de su edad sino porque 2021 no fue un año especialmente grato para ella ni para la institución que representa. Entre los escándalos de su hijo mediano y los quebraderos de cabeza de su nieto el pelirrojo, la reina no ha tenido mucho tiempo de tregua. Si a eso le sumamos la pérdida del hombre que ha pasado junto a ella prácticamente toda su vida, el escenario del año que se fue ha sido el de la tormenta perfecta.
Pero lejos de clarear, 2022 viene con amenazas de filomenas, pandemias y asaltos a Buckingham Palace, si no literal (aunque a la vista de cómo está la seguridad en palacio tampoco nos extrañaría) sí de forma metafórica.
En el año que acabamos de arrancar se van a producir una serie de catastróficas desgracias que van a hacer temblar los sólidos cimientos de la corona inglesa. Sin haber dejado de escuchar los ecos del escándalo sexual de su hijo Andrés, ni las salidas de tono de Meghan Markle al otro lado del charco, la agenda de ‘alerta de escándalo’ viene cargada.
La nueva temporada de ‘The Crown’, la popular pero incómoda serie de Netflix, llega para volver a husmear en los interiores de los Windsor. De nuevo el foco volverá a centrarse en el personaje de Lady Di y además en esa recta final que dejó a la reina y su silencio tras la muerte de la princesa en muy mal lugar. El estreno coincide con el 25 aniversario de la muerte de Diana con lo que el fenómeno ‘revival’ es posible que suene con más fuerza que nunca.
Entre lo real y la ficción, los datos y la interpretación, el libro autobiográfico del príncipe Harry también verá la luz en 2022. “Escribo esto no como el príncipe que fui al nacer, sino como el hombre en el que me he convertido”, escribía el nieto de Isabel II cuando se supo la noticia. De eso han pasado ya 6 meses, pero lo peor está por llegar.
Y todo esto en el mismo año, el veintidós, en el que la reina debería celebrar sus 70 años como monarca. Se-ten-ta, que se dice pronto pero hay que vivirlos. El certamen del Jubileo de Platino de la reina Isabel será "el evento real más grande" que jamás se haya realizado, en palabras de los organizadores. Eso un libro, un escándalo sexual, el espíritu de una princesa o una nueva pandemia no lo impiden.
El 2021 que dejamos
Fueron las dos grandes noticias del 2021 que más afectaron a la Casa Real. Pasaron algunas cosas más, pero ninguna generaba tanto impacto mediático, desde luego. Ni los cuatro bisnietos a los que pudo dar la bienvenida, ni el supuesto tráfico de influencias del que se acusó a uno de los trabajadores más cercanos del príncipe Carlos, ni el hecho de que Barbados se convirtiera no hace mucho en una república y dejara de tener como jefa de Estado a la monarca británica. Todo influía y generaba titulares, pero, desde luego, no tantos como la entrevista de los duques de Sussex con Oprah Winfrey ni el fallecimiento del príncipe Felipe.
Eso sí, ni una cosa ni la otra hicieron a la reina Isabel cambiar su semblante hierático y esa media sonrisa que viene de serie con el cargo. En 2021, al menos hasta que la variante ómicron apareció en nuestras vidas, la situación de pandemia parecía mucho más controlada y pudimos ver a la monarca en diversas citas públicas. Y en ninguna de ellas dio la más mínima muestra de los disgustos. Los sentimientos, mejor dentro del castillo de Windsor, donde ha seguido instalada. Una filosofía que lleva poniendo en práctica casi siete décadas.
La entrevista con Oprah Winfrey
Y lo cierto es que tampoco nos hubiera extrañado que montara en cólera con ciertas declaraciones que tanto Meghan como Harry hicieron ante Oprah Winfrey. Especialmente las que afectaban más a la imagen de la Casa Real, como las acusaciones de racismo y que un miembro de la familia había mostrado su preocupación por el color que tendría el bebé, cuando supieron que la duquesa de Sussex estaba embarazada. La pareja también insinuó que los altos Windsor tenían celos de Meghan, comparándola con Diana y acusó directamente a Palacio de mentir sobre ella para proteger a otros miembros de la realeza, aludiendo a la discusión que tuvo con Kate Middleton y que la propia exactriz quiso aclarar en el programa.
Los datos de audiencia no dejaban lugar a dudas. En Estados Unidos la vieron varios millones de personas en el momento de su emisión, pero se emitía al día siguiente en Reino Unido con otro dato de audiencia espectacular, además de en varios países europeos, incluyendo España. Cifras que mostraron el enorme interés generado en todo el mundo y que coleó durante muchos días. Y parece que no habían dicho todo, porque además Harry participó en un par de podcasts acusando directamente a sus abuelos de no tratar bien a sus hijos y a su padre de hacer lo mismo con él.
Todas estas intervenciones en medios tuvieron sus correspondientes críticas, claro está, ya que los Sussex habían explicado su salida de la Casa Real buscando una privacidad que no concordaba mucho con esta exposición mediática. Lo cierto es que ellos querían marcar cuándo salir, dónde y qué contar. Y en esto los tribunales dieron la razón a Meghan, que ganó la demanda que interponía en 2019 contra el 'Daily Mail' por violar su privacidad.
La muerte del duque de Edimburgo
Pero a las ya de por sí polémicas declaraciones, hay que añadir el hecho de que Meghan y Harry grabaron esta entrevista mientras el duque de Edimburgo estaba hospitalizado, lo que les supuso numerosas críticas por no respetar un momento tan delicado para la reina. Tras un mes en el hospital y una vuelta a casa de la que quien más quien menos sabía los motivos, el príncipe Felipe fallecía el 9 de abril, dejando a Isabel II viuda después de 73 años de matrimonio. Su salud no era la mejor y su edad, 99 años, hicieron que su muerte no fuera trágica ni inesperada, pero sí casi el fin de una era. El duque de Edimburgo era despedido una semana después, con un espectacular funeral con honores militares que había dispuesto él mismo.
Esta fue, precisamente, la primera vez que vimos a Harry de vuelta a casa desde que, en marzo de 2020, el Megxit se hiciera efectivo. Había pasado más de un año sin ver a su familia en persona y con un vínculo que no era el más estrecho de su historia. Meghan Markle no asistió porque estaba embarazada y, según sus portavoces, los médicos le desaconsejaron viajar. Los más suspicaces pensaron que era solo una excusa para no dar la cara ante la familia real tras su polémica entrevista. El duque de Sussex no tuvo más remedio y, aunque se vio determinado acercamiento con su hermano y su cuñada, Kate Middleton, las informaciones que llegaron días después no decían lo mismo.
Los problemas legales del príncipe Andrés
No podemos hacer este repaso sin mencionar los problemas legales a los que se enfrenta el príncipe Andrés, más complicados aún desde que se conociera la sentencia condenatoria para Ghislaine Maxwell. En verano, Virginia Giuffre, quien acusa al duque de York de haber abusado de ella siendo menor, interpuso una demanda contra él, amparándose en la Ley de Víctimas Infantiles de Nueva York. Los abogados de Andrés presentaron una moción para desestimarla que precisamente se estudia esta semana en los tribunales. De su resultado dependerá que el ojito derecho de Isabel II tenga que sentarse en el banquillo o no.
Este asunto nos puede parecer el más grave de los que acontecieron a la monarca en 2021, pero no parece que haya afectado mucho en Buckingham -al menos de cara a la galería-. Al estar ya el príncipe Andrés retirado de sus funciones institucionales, no es mucho lo que se ha alterado en el día a día de la institución y, a nivel personal, el duque de York cuenta con el apoyo incondicional de la reina. De ahí que no podamos considerar ese espinoso asunto como uno de los grandes temas que han hecho tambalear la Corona.
Cuatro bisnietos más
Tampoco fue todo negativo para la reina Isabel en estos pasados 12 meses, en los que también dio la bienvenida nada menos que a cuatro bisnietos. El primero del año nacía en febrero. Era August Philip, primer hijo de Eugenia de York y Jack Brooksbank. Un mes más tarde, conocíamos la llegada al mundo de Lucas Philip -otro homenaje al duque de Edimburgo-, el tercer hijo de Zara y Mike Tindall. Tres meses más tarde, el más esperado, al menos por los medios de comunicación. Hablamos de Lilibet Diana, la hija de Meghan y Harry, que nacía el pasado 4 de junio y que presentaban hace muy poco, a través de una felicitación navideña. Hubo que esperar hasta septiembre para dar la bienvenida al que hasta ahora es el miembro más pequeño de la familia Windsor, la hija de Beatriz de York y Edo Mapelli. La princesa no quiso ser menos que su hermana y sus primas, y también homenajeó a los abuelos a través del nombre de la pequeña, Sienna Elizabeth.
Lo mejor que le trajeron los más mayores de esta nueva generación de bisnietos es que Isabel II pudo disfrutar de una nueva reunión familiar gracias a ellos. Y es que, a finales de noviembre, Eugenia y Zara bautizaron a sus pequeños en una celebración conjunta y privada, que se repetía por primera vez en muchos años.
Con estos cuatro grandes acontecimientos, la verdad es que el resto de miembros de la familia pasaron mucho más desapercibidos en 2021. Los duques de Cambridge y los condes de Wessex mantuvieron un perfil bastante lineal, dando la imagen más amable de la Corona. No podemos olvidarnos del décimo aniversario de boda del príncipe Guillermo y Kate, que quisieron celebrar con un vídeo en familia que consiguió un aplauso unánime. Pero ni este ni otros éxitos 'made in Cambridge' sirvieron para olvidar los grandes problemas a los que tuvo que enfrentarse Isabel II en el año que se recordará por la entrevista de Meghan Markle y la muerte de su marido.
Isabel II ha sobrevivido a un año más, que en su caso es mucho decir, no solo por lo avanzado de su edad sino porque 2021 no fue un año especialmente grato para ella ni para la institución que representa. Entre los escándalos de su hijo mediano y los quebraderos de cabeza de su nieto el pelirrojo, la reina no ha tenido mucho tiempo de tregua. Si a eso le sumamos la pérdida del hombre que ha pasado junto a ella prácticamente toda su vida, el escenario del año que se fue ha sido el de la tormenta perfecta.