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Beatriz de York y el feliz aniversario empañado por una gran tristeza
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FAMILIA REAL BRITÁNICA

Beatriz de York y el feliz aniversario empañado por una gran tristeza

La vida y la muerte de dos seres a los que la princesa adora se entremezclan hoy como la luz y la sombra. Su hija cumple un año un día antes del funeral de Isabel II

Foto: Beatriz de York. (Getty)
Beatriz de York. (Getty)

Hoy debería ser un día de completa felicidad para la princesa Beatriz de York y su marido, el aristócrata Edoardo Mapelli. Este domingo 18 de septiembre, su hija Sienna cumple su primer año de vida, un aniversario que ha quedado marcado irremediablemente por la muerte de Isabel II. El destino ha querido que esta fecha tan especial para la princesa anteceda a un día muy triste para toda la familia real británica, el del funeral de Estado de la reina.

Foto: Eugenia y Beatriz de York, en una imagen de archivo. (EFE/Facundo Arrizabalaga)

El nacimiento de Sienna supuso un acontecimiento muy especial en la vida de la monarca. Quizás nunca imaginó que a su avanzada edad llegaría a conocer a la que se convirtió en su duodécima bisnieta, Sienna Elizabeth Mapelli Mozzi. Ese año, 2021, ya había visto nacer a tres bisnietos antes de que Beatriz diera a luz: August Brooksbank, Lucas Tindall, Lilibet Mountbatten-Windsor. Pero la energía y vitalidad con las que siempre contó Isabel II hasta casi los últimos días de su vida le permitieron vivir para poder ser testigo de una nueva alegría: la llegada al mundo de un miembro más a la familia.

placeholder Beatriz de York, junto a su marido. (Instagram/@princesseugenie)
Beatriz de York, junto a su marido. (Instagram/@princesseugenie)

Son muchos los nietos de la reina Isabel que han querido rendirle homenaje a través de los nombres de sus hijas y con Sienna no se hizo una excepción, un motivo más de orgullo para la monarca, además de que se trataba del nacimiento de la nieta del que, aseguran, siempre fue su hijo favorito, el príncipe Andrés. Hay que añadir que Sienna se convertía, con su nacimiento, en la bisnieta más joven de la reina y en la última que conocería.

La vida y la muerte de dos seres a los que Beatriz de York adora se entremezclan hoy, como la luz y la sombra. Su hija es la persona más importante para ella, pero su relación con su abuela, Isabel II, fue también imprescindible en su vida y marcó los momentos más destacados de la misma.

Ya desde el nacimiento de Beatriz, Isabel II tocó con su cetro de monarca la cabeza de su nieta. A su abuela le debe, de hecho, su nombre. El príncipe Andrés y Sarah Ferguson habían pensado en llamarla Annabel, pero se encontraron con la oposición de la reina, quien consideró que dicho nombre no contaba con el peso suficiente para representar toda la importancia de un miembro de la realeza. Fue la propia reina la que sugirió que la llamaran Beatriz. Así, la princesa recibió el nombre de Beatriz Elizabeth Mary. El primero, en honor a Beatriz, hija de la reina Victoria y Alberto de Saxe Coburgo; el segundo, en homenaje a la propia soberana británica; y el tercero, en homenaje a su tatarabuela, la reina María de Teck.

placeholder Beatriz de York, junto a la reina Isabel II, en una imagen de archivo. (Getty)
Beatriz de York, junto a la reina Isabel II, en una imagen de archivo. (Getty)

Otro de los momentos más importantes en la vida de Beatriz de York fue la celebración de su boda con Edoardo Mapelli. Los planes del enlace, que prometía celebrarse por todo lo alto y convertirse en uno de los eventos royal más sonados del año, se truncaron tras el escándalo que vinculó al príncipe Andrés con el caso de abuso sexual a menores del magnate Jeffrey Epstein.

El enlace se convirtió en una patata caliente, un problema para la institución, que en aquel momento exigía discreción. La pandemia hizo el resto. La fecha de la boda se fue retrasando para tristeza de Beatriz de York. Pero su abuela era consciente del malestar de su nieta y supuso un gran apoyo para ella. La monarca dio luz verde a la celebración del casamiento a pesar de todos los impedimentos.

El 17 de julio de 2020, Beatriz de York se casaba con Edoardo Mapelli Mozzi en una ceremonia privada en la que, una vez más, Isabel II tuvo un gran gesto de complicidad con su nieta.

Celebrada en la Capilla Real de Todos los Santos, en Royal Lodge, en Windsor, a la boda asistieron 20 personas, entre los que no faltó la reina.

Lo más destacado fue el look nupcial de la novia: un vestido vintage que pertenecía a su abuela. Diseñado por Norman Hartnell, Isabel II lo había lucido durante un viaje de Estado de 1961 y cinco años después durante la apertura del parlamento, momento de gran relevancia en la historia política de Reino Unido.

Otro detalle que simbolizaba el gran apoyo de la reina a su nieta en el look de boda de Beatriz de York fue la tiara de la novia: la misma que utilizó la soberana en su boda con Felipe de Edimburgo en 1947.

Muy apenada pudimos ver a Beatriz junto a su hermana, Eugenia de York, y su padre el pasado 10 de septiembre en las inmediaciones del castillo de Balmoral. De riguroso luto, el príncipe Andrés y sus dos hijas caminaron juntos y se pararon a leer algunos de los mensajes que los ciudadanos habían dejado en las puertas del castillo donde descansaban los restos mortales de Isabel II. La tristeza en sus rostros era evidente y el duque de York tuvo incluso que consolar a sus hijas en más de una ocasión, desbordadas por la emoción. Esta tristeza tardará en disiparse y convierte, de manera irremediable, en agridulce el día del cumpleaños de su pequeña Sienna.

Hoy debería ser un día de completa felicidad para la princesa Beatriz de York y su marido, el aristócrata Edoardo Mapelli. Este domingo 18 de septiembre, su hija Sienna cumple su primer año de vida, un aniversario que ha quedado marcado irremediablemente por la muerte de Isabel II. El destino ha querido que esta fecha tan especial para la princesa anteceda a un día muy triste para toda la familia real británica, el del funeral de Estado de la reina.

Príncipe Andrés Isabel II
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