La estilista de Isabel II, la piedra en el zapato de Meghan, en su boda: “Me hizo temblar”
El príncipe Harry ofrece detalles del momento en el que la reina le prestó una tiara a la duquesa, pero Angela Kelly, la estilista de Isabel II, puso muchos problemas
El libro autobiográfico del príncipe Harry, ‘Spare’, tiene para todos. Parece que son pocos los que se libran de las críticas en él y la estilista de la reina Isabel II, una de sus máximas personas de confianza, de nombre Angela Kelly, no es una de ellas.
"Lo que Meghan quiere, lo consigue". Esta es la famosa frase que, según se ha filtrado durante mucho tiempo desde fuentes cercanas a Palacio, les espetó el príncipe Harry a sus trabajadores de Kensington Palace cuando su entonces prometida estaba organizando la boda.
Ahora, el hijo pequeño de Carlos III ha negado que alguna vez dijera esto o nada parecido ni a Angela Kelly, la modista de su abuela, ni a nadie.
Según la versión de Harry, la estilista tuvo un comportamiento que llevó a los Sussex a la exasperación. El motivo: una de las tiaras de Isabel II.
El hermano del príncipe Gillermo asegura en su libro que las hermanas de su madre le habían ofrecido a Meghan una de las tiaras de Lady Di.
Cuenta que Meghan estaba “conmovida” y que pasó “horas y horas” con el diseñador de su vestido de novia para que los bordes festoneados de su velo combinaran con la tiara de Spencer. Pero poco antes de la boda, celebrada en mayo de 2018, Harry asegura que la reina "se acercó" a la pareja y le ofreció a Meghan acceso a su colección de tiaras. "Incluso nos invitó al palacio de Buckingham para probárselas". "Venid", recuerda que dijo ella, refiriéndose a su difunta abuela.
Harry afirma que aquella fue "una mañana extraordinaria". Él y Meghan fueron conducidos al vestidor privado de la reina, al lado de su dormitorio, un lugar donde ni el propio Harry había estado antes. Recuerda que Isabel II estaba de pie junto a un experto en joyería que conocía la historia de cada piedra de la colección real.
También en la habitación estaba Kelly, la estilista de la monarca que se había convertido, con el paso de los años, en su confidente personal y a la que los cortesanos conocían como 'AK-47' debido a su fuerte personalidad.
Harry dice que la reina le pidió a Meghan que viera cinco impresionantes tiaras, incluida una con esmeraldas y otra con aguamarinas. "Las tiaras te quedan bien", asegura Harry que le dijo su abuela su futura esposa.
Después de que Meghan eligiera una tiara, la reina le aconsejó que se probara la pieza con su peluquero personal antes del día de la boda.
Pero Harry cuenta que cuando trató de comunicarse con Angela Kelly más tarde para conseguir la tiara y llevarla a la sesión de peluquería, la estilista no respondió. Cuando finalmente la localizó, la Sra. Kelly le dijo que sacar la tiara del palacio para una cita con el peluquero de Meghan "no se puede hacer" porque requeriría un asistente y un oficial de policía para protegerla.
Harry confiesa que la actitud desafiante de Kelly logró sacarles de quicio y que finalmente la estilista "apareció de la nada" en el palacio de Kensington para hacerle firmar un formulario de autorización antes de entregarle la tiara. “Me clavó una mirada que me hizo temblar. Pude leer en su rostro una clara advertencia. Esto no ha terminado”, escribe en sus memorias.
Markle usó la tiara bandeau de diamantes de la reina Mary, cuya pieza central es un broche de 10 diamantes que Mary de Teck recibió como regalo de bodas, del condado de Lincoln, en 1893.
La historia de la tiara fue solo una de las muchas dificultades que se dice que Meghan tuvo que soportar cuando trataba de preparar su estilismo nucial.
Por ejemplo, Harry afirma que "hubo discusiones enérgicas en los pasillos traseros del palacio sobre si Meghan podía, o debía, usar un velo. Que una divorciada llevara un velo era, para algunos cortesanos, inadmisible”. Después aclara que "los poderes fácticos, inesperadamente, mostraron cierta flexibilidad" y cedieron.
El relato de la historia de la tiara demostraría el desconocido poder que Angela Kelly ejercía dentro de Palacio, hasta el punto de poner trabas a los deseos manifiestos de la reina.
Kelly llegó por primera vez a la Casa Real como ayudante de vestuario, pero se abrió camino y se le confiaron las llaves de la incalculable colección de joyas de la reina. Sirvió a Isabel II durante casi 30 años y se cree que la reina otorgó una provisión real para permitir que la Sra. Kelly permaneciera en su casa por el resto de su vida, incluso después de su fallecimiento.
La tiara Spencer, que según afirma Harry se planteó lucir Meghan en su boda en un primer momento, la usó la princesa Diana en su boda con el príncipe Carlos en 1981 y después, en numerosas ocasiones. Se trata de una reliquia familiar que también usaron todas las hermanas de Diana en sus enlaces matrimoniales.
El libro autobiográfico del príncipe Harry, ‘Spare’, tiene para todos. Parece que son pocos los que se libran de las críticas en él y la estilista de la reina Isabel II, una de sus máximas personas de confianza, de nombre Angela Kelly, no es una de ellas.