Elastosis solar: el colágeno se degrada y lo puedes prevenir (y corregir) con estos activos
No basta con echarse crema después de haber tomado el sol. El sol degrada las fibras de colágeno y eso produce flacidez, manchas y arrugas, pero tiene solución
El sol en sí no es malo. En realidad, aporta muchos beneficios: fortalece el sistema inmune, reduce el estrés, mantiene los huesos fuertes y combate la depresión. Para ello bastan diez minutos al día, según los dermatólogos. El problema es cuando nos sobreexponemos a la radiación ultravioleta dejando a un lado la fotoprotección imprescindible. Es entonces cuando se altera la correcta estructura de nuestra dermis y se produce una degradación de las fibras de colágeno, lo que se traduce en descolgamiento.
Que este gesto aumenta las manchas y las arrugas lo teníamos claro, pero no tanto que hace lo propio con la tersura de la piel y que produce una textura como 'de cuero', de piel espesa, típica de las personas que están siempre morenas. Como apunta la doctora Mar Mira, de la clínica Mira+Cueto, esto, que se conoce como elastosis solar, es el único signo de envejecimiento cuya causa exclusiva es la exposición a la radiación ultravioleta.
“Aunque el astro rey juega un papel esencial en las manchas, estas no son solo producto de la exposición, pues intervienen también factores hormonales; ni lo son las arrugas, porque aunque el sol las acentúa, son sobre todo cosa de la gesticulación. La elastosis, en cambio, es un cambio dérmico que nace y se asienta únicamente por el exceso de sol”. A todas las pieles les afecta, pero ocurre más con las claras.
“Los fototipos más bajos, pelirrojos y rubios, se sabe que aguantan peor sus efectos nocivos; y es que el bronceado es una respuesta de la piel en defensa a la radiación ultravioleta, pero estos no son capaces de producir esa melanina protectora al mismo nivel que otros más altos, por lo que sería aconsejable que permanecieran lo mínimo indispensable al sol y nunca sin una buena fotoprotección. En fototipos más altos, a partir de III que sí responden bronceándose, aconsejo no estar más de 10 minutos al sol”, dice Mar Mira. Igualmente, influye mucho el tiempo de exposición y cómo es nuestro fotoprotector.
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Prevenir, más nos vale
¿Sabías que la elastosis solar se ve? Al microscopio, sí. Lo explica la dermatóloga Lidia Maroñas, colaboradora de Merz Aesthetics. “Puede observarse la degradación y compactación del colágeno y la elastina en la dermis. Clínicamente, esto se traduce en una piel con pérdida de elasticidad y luminosidad y venitas rojas y aparece en zonas crónicamente expuestas al sol como la cara, el escote o el dorso de las manos. Sin duda, la prevención y demora del proceso pasa necesariamente por una fotoprotección los 365 días del año”. Pero aquello de “si me quemo me pongo aftersun y listo” es un grave error. El producto para después del sol calma e hidrata, pero no contrarresta todo el daño que la dermis ha recibido.
Para eso está el fotoprotector, que además de usarse a conciencia, es decir, cada dos horas o después de cada baño y evitando las horas centrales del día, tiene que tener unas características especiales: siempre de amplio espectro (que cubra los ultravioleta UVA, UVB, los infrarrojos y la luz visible), preferiblemente de 50, y con activos capaces de prevenir la elastosis como la vitamina C, que según la dermatóloga, tiene la capacidad de activar la creación de nuevo colágeno y ralentizar el proceso. Puede aplicarse antes del fotoprotector, por ejemplo, en sérum, o incorporar uno de los que la incluyen.
Luego, si hay un activo que haya demostrado eficacia para neutralizar los radicales libres y reparar el daño en el ADN ese es el Polypodium leucotomos, que, por suerte, cada vez incorporan más líneas y que protege frente a los daños inmediatos en forma de quemaduras y ante los que surgen con el paso del tiempo, como manchas, arrugas, flacidez, pérdida de defensas, alergias e incluso cáncer cutáneo. La doctora Mira añade el beneficio de suplementar la dieta en verano con antioxidantes y betacarotenos, algo a lo que contribuye la fotoprotección oral en manera de cápsulas, y “tener la piel lo más hidratada y equilibrada posible. También conviene realizar un diagnóstico del estado cutáneo analizando la estructura de colágeno, la elasticidad, hidratación, la vascularización y el sebo”.
Reparar en consulta
Y si aunque hayamos puesto hincapié en la prevención, la elastosis solar ha hecho acto de presencia, entonces sí: un buen aftersun puede aliviar un poco los males, pero con la condición de que incluyan vitaminas A y C regenerantes y vitamina E cicatrizante, antiinflamatoria e hidratante. También podremos mejorarla con tratamientos de dermatología estética encaminados a inducir la generación de nuevo colágeno y fibras elásticas.
“Son lo que se conocen como técnicas de bioestimulación, que consisten en la inyección bajo la dermis de infiltraciones inductoras de nuevo colágeno y fibras elásticas, tales como la hidroxiapatita de calcio, y aún mejor si las combinamos con ultrasonidos microfocalizados para destruir el colágeno dañado por el sol”, aclara Maroñas. La doctora Mira sugiere hacer frente a la elastosis con IPL o luz pulsada intensa, fototerapia con láser semiablativo fraccionado para zonas concretas, y si hiciera falta reponer los daños a nivel profundo, la infiltración de ácido hialurónico más o menos reticulado para recuperar la textura y densidad.
Nuestra propuesta:
Unique Pink Collagen (77 euros). Este suplemento de la farmacéutica Meritxell Martí absorbe los nutrientes necesarios para el buen funcionamiento celular, impulsa la renovación, es antioxidante y mejora la elasticidad.
Advanced Brightening SPF 50 UV Defense de Skinceuticals (53 euros). Con niacinamida y ácido tranexámico que reducen la hiperpigmentación y ayudan a prevenirla.
Water Gel SPF 50 de Heliocare 360 (21,37 euros). Es ultraligero a la vez que hidratante, de amplio espectro y capaz de neutralizar los daños celulares gracias su tecnología Fernblock basada en el extracto de Polypodium leucotomos.
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El sol en sí no es malo. En realidad, aporta muchos beneficios: fortalece el sistema inmune, reduce el estrés, mantiene los huesos fuertes y combate la depresión. Para ello bastan diez minutos al día, según los dermatólogos. El problema es cuando nos sobreexponemos a la radiación ultravioleta dejando a un lado la fotoprotección imprescindible. Es entonces cuando se altera la correcta estructura de nuestra dermis y se produce una degradación de las fibras de colágeno, lo que se traduce en descolgamiento.