Por qué modelos e influencers aman los bolsos personalizados

Chiara Ferragni acaba de hacer otro tour virtual por su vestidor y lo primero que nos ha llamado la atención es la cantidad de bolsos de marca que tiene personalizados. Nada más entrar, un imponente baúl de Louis Vuitton nos adentra en un armario en el que su nombre y sus siglas se repiten como si se trataran del nuevo logotipo. Es imposible que no hayas visto a las influencers lucir su logo Embroidered Canvas Book Tote de Christian Dior personalizado. Su precio oscila entre los 2.200 y 2.400 € y celebrities como Jessica Alba, Rihanna y la influencer española Blanca Miró -por no mencionar a Dulceida y a Chiara Ferragni, que hay veces que sentimos que nos tendrían que dar un euro cada vez que las nombramos- ya tienen sus modelos personalizados.

Los clutches personalizados de Edie Parker son otro de los motivos recurrentes en la alfombra roja, donde Lily Aldridge y Nicky Hilton son solo algunas de las que desde que en 2012 la marca comenzara a ofrecer la posibilidad de elegir qué letras/nombres poner en sus modelos más conocidos, no han dudado en presumir en la red carpet de modelos pensados para ellas. Suponemos que tiene que ser gratificante: ante la pregunta “¿De quién es tu bolso?”, responder un “De Edie Parker para mí”. Por cierto, hace tiempo, la mismísima Meghan Markle diseñó uno de los modelos personalizados de la marca.

Pelayo Díaz y Lady Amelia Windsor tienen sus bolsos trenzados de Bottega Veneta con sus iniciales, demostrando que nada da más likes en las redes que un modelo único. Las marcas que nacieron con alma viajera llevan la personalización en la sangre. Por ello Goyard y Louis Vuitton entienden este servicio a la perfección, pues antaño los baúles de la nobleza se personalizaban para distinguirse de los del resto. Fendi y Valentino se han apuntado también a la moda de la personalización al ofrecer el servicio de termoimpresión para poner tu nombre en sus flagship stores a algunos de sus bolsos y accesorios.

Personalizar no es ya algo limitado a las marcas de lujo. Rebeca Minkoff ha sabido acercar el servicio a la clase media al ofrecer a través de su Monogram Shop la posibilidad de poner dos iniciales en una pequeña selección de bolsos. Por si fuera poco, cuenta con una línea de tote bags sencillos y bolsos que tienen una inicial de base para que encuentres la tuya. Lo sabemos, este servicio de personalización, en realidad, no lo es, pero los que acceden a él se sienten más especiales que comprando un bolso al uso.

Pero ¿por qué este furor por ese 'Di mi nombre' tan Rosalía? A la contradicción existente entre el lujo y los bestsellers, pues cuando un modelo de una marca de renombre comienza a venderse demasiado pierde ese halo de exclusividad que define al lujo, se suma la predominancia de las compras online. Esa es la razón por la que Chanel sigue apostando por sus ventas físicas, porque cree que la experiencia de la compra es tan lujosa como la compra per se. Sin embargo, las grandes marcas han encontrado en la personalización un servicio online que permite a sus compradores gastar miles de euros en sus páginas webs mientras se sienten especiales. Tal y como asegura una investigación de McKinsey, las compras de lujo online se habrán triplicado en 2025 y el que los millennials estén cada vez más dispuestos a pagar por servicios y productos personalizados demuestra que ese el mejor aliado del lujo para mantener su exclusividad en el universo 2.0.