Ana Rosa Quintana habla de su etapa más complicada: del shock del diagnóstico al papel de su familia

El pasado mes de octubre, Ana Rosa Quintana volvía a ponerse al mando de su programa matinal tras casi un año alejada de la vida pública, debido a un cáncer de mamá que le diagnosticaron en noviembre de 2021.

La periodista, que actualmente se encuentra bien, ha concedido una entrevista a la revista '¡Hola!', donde hace balance de la enfermedad y del año complicado que ha pasado recuperándose. La reina de las mañanas ha afirmado que ha sido un año de valoración y reflexión

“Ha sido un año, por una parte, para olvidar y, por otra, para pensar en lo bueno. Hace exactamente un año, yo estaba comenzando con la quimioprofiláctica y hoy ni me podía imaginar estar así”, ha dicho la periodista.

“Cuando empiezas un tratamiento de estos, es todo incertidumbre. Entras en shock”. Ana Rosa ha explicado que lo que más miedo le daba era pensar en sus hijos y en cómo podría afectarles a ellos la noticia: “Te entra mucha pena por tus hijos. Álvaro ya es mayor y tiene su vida hecha, pero a los pequeños todavía les queda mucho por vivir. Me daba mucha pena no ver su evolución, no verlos crecer. Es lo que más agobia. Ya no es tanto pensar en ti”.

La comunicadora ha comentado cómo fue el proceso desde el diagnóstico hasta la recuperación, y cómo lo afrontó con mucha decisión y de la mano de diversos especialistas: contó con un naturópata que le dio una dieta muy estricta y suplementos para mantenerse fuerte y contrarrestar la medicación, además de una entrenadora licenciada en Ciencias del Deporte con doctorado en Oncología para mantener fuerte la musculatura y acelerar la curación.

Todo esto ha sido fundamental: “Intento ir andando a todos los sitios. Eso ha sido fundamental. Importantísimo. No solo físicamente, también para la cabeza”, explicaba. “Lo he llevado bastante bien, porque no me he metido ni un solo día en la cama. De repente, ha pasado un año y no me puedo creer cómo me encuentro. Por eso, doy gracias a Dios todos los días”.

En cuanto a cómo se encuentra a día de hoy, ha asegurado estar perfectamente, pero ha confesado que, aun así, sigue haciéndose revisiones rutinarias: “Me hago una analítica cada mes y una prueba de imagen cada tres meses y, de momento, pues va bien, pero es verdad que hay que ser muy consciente de que en una revisión pueda ocurrir algo, aunque yo me encuentre bien”.

A pesar de que no puede considerarse “totalmente recuperada hasta dentro de cinco o seis años”, está volviendo a su vida normal y “tratando de disfrutar de su día a día”.

Otro de los temas que ha tratado en la entrevista ha sido la precaución que ha tenido para no contagiarse de covid: “He tenido muchísimo cuidado para no contagiarme. Toda la familia tenía un cuidado tremendo. Juan y yo hemos comido con nuestros hijos en la otra esquina de la mesa porque, claro, los chicos van al colegio, salían…, pues haciendo vida normal”.

Ana Rosa ha querido destacar también el papel fundamental que ha tenido su familia durante la enfermedad, que han estado apoyándola en todo momento “como si no pasara nada, con total normalidad”.

“Juan me hacía sonreír en todo momento, siempre de buen humor, divertido, con bromas… Me ha acompañado a todas las quimios, a todas las radios, a todas las intervenciones”. Además, ha explicado que no paraba de hacerle cumplidos cuando tuvo que afeitarse la cabeza: “Él me encontraba ideal y yo hasta me enfadaba con él. “¿Pero cómo puede ser?”, le preguntaba, a lo que él me respondía: “Es que tienes la cabeza preciosa. Estás estupenda”.

Durante la entrevista ha contado que “no le falló la intuición" cuando conoció a Juan en Sevilla, y ha asegurado estar feliz y enamorada: “Dentro de nada vamos a cumplir casi veinticinco años juntos”. También se ha mostrado orgullosa de sus tres hijos, que, por el momento, prefieren mantenerse alejados del foco mediático y no han heredado la vena periodística de su madre. Lo mismo ha dicho de sus compañeros de programa, que durante todo el año estuvieron pendientes mandándole mensajes todos los días.

Para Quintana, pasar por esta enfermedad ha sido una lección de vida y asegura que, por ahora, no ha tenido ningún momento de bajón: “La gran lección ha sido saber que eres vulnerable”. La periodista ha confesado que al principio no sabía cómo iba a enfrentar la vuelta al trabajo debido a las horas que supone el programa y a los madrugones, pero nada más empezar fue como si nunca se hubiera ido: “No me he cansado nada”.

Por último, ha querido hacer un balance echando la vista atrás a sus comienzos: “Supongo que habré cambiado mucho, ¿no? Gracias a Dios, vivo con despreocupación de muchas cosas, aunque siendo consciente de que, desgraciadamente, mucha gente lo está pasando mal y tiene preocupaciones en ese sentido”.

Ana Rosa Quintana está más fuerte que nunca y dispuesta a afrontar esta nueva etapa con optimismo e ilusión, sin perder la cercanía que la caracteriza y siendo fiel a su audiencia y a su programa.