Las 20 fotos más icónicas de Carmen Ordóñez en el 20º aniversario de su muerte
Es difícil resumir en imágenes la intensa vida de 'La Divina', la madre de Paquirri, Cayetano Rivera y Julián Contreras, a la que recordamos en el 20º aniversario de su prematura muerte
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Heredera de dos dinastías muy conocidas de nuestro país, cada una por lo suyo, Carmen Ordóñez fue famosa desde la cuna y lo sigue siendo hoy, 20 años después de su muerte. La del "estoy divinamente", la del "a mí plin, yo soy Ordóñez Dominguín" o 'La Divina', como la conocían cariñosamente en la prensa rosa, fue una mujer que disfrutó, vivió, se enamoró y quiso, quiso mucho. Una mujer generosa, cariñosa y divertida, según los que la conocieron.
Una vida plena que acabó a los 49 años, después de haber protagonizado muchas historias de amor, alguna que otra polémica y tres bodas, y siempre acaparando titulares, daba igual el motivo. Este martes, con motivo del 20º aniversario de su muerte, repasamos la vida de Carmen Ordóñez con 20 fotos icónicas.
1. La boda con Paquirri
Si ya era famosa desde la cuna, su boda con el torero de moda en la época, Francisco Rivera 'Paquirri', la catapultó como una de las protagonistas del mundo del corazón, en el que nunca estuvo incómoda.
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Pocas novias son tan inolvidables como ella. Los más de mil invitados del enlace pudieron admirar a una espectacular novia, con un diseño de Herrera y Ollera confeccionado en seda con bordados y pedrería. Para el recuerdo, el tocado de estilo lituano que hizo del look nupcial de Carmen uno de los más recordados de la historia 'couché' de nuestro país.
2. El nacimiento de su primer hijo
No se había cumplido el año de su vida como casados cuando nació el primer hijo de la pareja, Francisco. Carmen se convirtió en madre a los 18 años. Tres años después, llegaría Cayetano.
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Pero la imagen de familia feliz no duraría mucho más: la pareja se separaría en 1979, dando lugar a uno de los divorcios más sonados en el mundo del corazón.
3. El otro hombre de su vida, su padre
Hasta su boda, dos nombres femeninos, el de su madre y su hermana, marcaron la vida de Carmen. Después, fueron muchos los hombres que la marcaron, con tres hijos a los que adoró y varias parejas por las que se desvivió. Y en los dos mundos, su padre, con el que tuvo una relación que era mezcla de muchas cosas: fascinación, respeto y amor.
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Porque Carmen, la mayor de las hermanas Ordóñez Dominguín, era el ojito derecho de Antonio Ordóñez, calificado como 'maestro de maestros' en el mundo del toro. Un hombre recto por el que sentía devoción, pero de cuyas normas y educación quiso escapar. La vía para hacerlo fue su boda, a unos jovencísimos 17 años.
No quiso seguir los deseos que el torero había pensado para sus dos hijas, como tampoco su hermana Belén. Querían divertirse y vivir la vida y no dudaron en hacerlo tres sus respectivos divorcios, en el año 1979 y con apenas unos meses de diferencia.
4. Marruecos
Y en esa vida de disfrute, no puede faltar Marruecos, donde Carmen Ordóñez fue muy feliz e hizo gala de esa generosidad con sus amigos y todos aquellos que la acompañaron en sus noches más divertidas.
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Tanto Marrakech como Tánger se convirtieron en lugares de referencia para ella. De hecho, algunas de estas espectaculares e icónicas fotos tienen distintas localizaciones de Marruecos como escenario.
5. Belleza de portada
Carmen fue un personaje recurrente de las revistas del corazón, especialmente '¡Hola!', que consiguió algunos de sus más bonitas imágenes, casi siempre tomadas por uno de sus fotógrafos de confianza y de la mano de una de sus agencias amigas, un vínculo que ha heredado su hijo mayor, Francisco Rivera.
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6. Su hermana, su pilar
Carmen y Belén tuvieron vidas prácticamente paralelas. Escapando de ese control familiar, las dos se casaron a los 17 años con toreros, un mundo que habían mamado desde pequeñas por el contexto familiar.
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Las separaba apenas un año de diferencia y siempre fueron amigas y cómplices, lo que demostraron en esos posados familiares de los que Belén no era especialmente amiga. Difícil pasar por esto esta imagen de ambas, también en Marruecos.
7. A cara lavada
Difícil pasar por alto esos posados con turbante y a cara lavada, en los que solo le hacía falta esos rasgos raciales tan característicos para llenar el objetivo. Fue considerada como una de las mujeres más guapas de su época y mantuvo esa belleza hasta el final.
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8. Con Alberto de Mónaco
El hecho de que su nombre fuera uno de los más cotizados en las publicaciones del mundo del corazón, hizo que también se pusiera del otro lado, en el de entrevistadora y colaboradora de televisión.
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Una de las imágenes más icónicas de esta etapa es esta, la que protagoniza con Alberto de Mónaco, que se encontraba en Oviedo como parte del jurado de los Premios Príncipe de Asturias, presididos entonces por don Felipe. El hotel Reconquista sirvió en 1989 para un encuentro entre el príncipe y su particular entrevistadora, que publicó la revista '¡Hola!' solo unos días después.
9. Dos reinas de corazones
En este repaso a su vida a través de las imágenes más icónicas de Carmen Ordóñez, no podemos pasar por alto esta, junto a Isabel Preysler, con la que 'rivalizó' en el número de portadas que una y otra protagonizaban.
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Dos mujeres guapas que ocuparon toda la actualidad rosa, especialmente por sus matrimonios y sus avatares amorosos, que en el caso de Carmen, además, no fueron pocos, ya que además de sus tres matrimonios, tuvo varios noviazgos que no terminaron en boda.
10. Amistades peligrosas
Su relación con Lolita y Charo Vega, que ha querido rendir un homenaje a su amiga a través de Vanitatis, traspasó los límites de una simple amistad, ya que consideró a ambas dos hermanas.
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Cierto es que, en los últimos años Lolita y Carmen se distanciaron un poco. Fue la cantante quien hace un par de años reveló el motivo, confesando que su amiga le había pedido que declarara en el juicio contra Ernesto Neyra, al que había acusado de malos tratos, sin que se llegara a sentar en el banquillo, ya que la jueza no consideró que la madre de Francisco Rivera obedeciera a la 'imagen de mujer maltratada'.
11. Actos sociales
Carmen se movía en muchos ambientes. Desde esas fiestas interminables y del pueblo llano con, entre otros, 'El Chuli', 'El Pai', 'El cabra', que se volvió viral antes incluso de que existiera ese concepto, hasta los saraos más exclusivos, como este con los barones Thyssen.
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12. La familia
Si de algo presumía Carmen Ordóñez, era de sus tres hijos: Francisco, nacido en 1974, y Cayetano, nacido en 1977, de su matrimonio con Paquirri; y Julián, que nacía en 1986, como fruto de su enlace con el cantante Julián Contreras.
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El más pequeño de los tres contaba solo 18 años cuando tuvo que afrontar la prematura muerte de su madre. Actualmente está bastante distanciado de sus hermanos y ha pasado por ciertas vicisitudes económicas y laborales que no han hecho que su vida sea precisamente fácil.
13. Belén y 'Belencita', dos más
Sus tres hijos constituían sus tres pilares fundamentales, pero consideró a su sobrina Belén casi otra hija más. Los problemas de salud que tuvo su hermana durante toda su vida, hizo que cuidara de la joven de forma especial. Hoy en día, Belén Ruiz vive completamente alejada de los medios, muy al contrario que sus tres primos.
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Belén siempre habló de su "mala salud de hierro". Un enfisema pulmonar que deterioró mucho su salud acabó con su vida en 2012, dejando a su hija completamente huérfana, ya que su padre había fallecido en 1982, curiosamente el mismo año en el que moría Carmen Dominguín, la madre de las hermanas Ordóñez.
14. Su gran amor
Carmen y Julián se enamoraron perdidamente y no dudaron en darse el 'sí, quiero' hasta dos veces. La primera, en Miami en 1984. La segunda, por la iglesia y con su hijo Julián, de apenas dos años, como testigo, al igual que los hijos mayores de Carmen.
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Lo suyo no fue eterno, ya que se separaron en 1994, diez años después de su primera boda. Pero Julián permaneció leal a ella y siempre fue uno de sus grandes apoyos, convirtiendo la pasión en una inquebrantable amistad.
Incluso unos años después, en un programa de televisión, el entonces cantautor aseguró que separarse de Carmen había sido uno de los grandes errores de su vida. Estaba siendo en ese momento entrevistado por ella misma, como colaboradora en el programa 'A tu lado'.
15. Madrina de lujo
Carmen pudo ejercer de madrina en las primeras bodas de sus dos hijos mayores. La de Francisco, en 1998, unía de nuevo a dos apellidos muy conocidos de nuestro país; cuatro, si tenemos en cuenta el de la propia Ordóñez y que la madre de la novia era nada menos que la duquesa de Alba.
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Aquel histórico enlace, que incluso retransmitió en directo Televisión Española, nos regaló la imagen de Carmen Ordóñez con un diseño en azul klein de Victorio y Lucchino, a juego con una mantilla que rompía todos los protocolos. Para la historia, sus lágrimas en mitad de la ceremonia.
16. Otra boda que no le convencía
"Yo con mi hijo me arreglo en diez minutos. La que me preocupa es la otra". Así contaba Carmen su pequeño rifirrafe con su segundo hijo, Cayetano, al haber compartido en el programa 'A tu lado' algunas de las novedades de la pareja. No hace mucho, Francisco Rivera admitió que, antes de casarse con Eugenia, su madre le dijo que le iba a traer más problemas que alegrías. Y parece que la boda de Cayetano con Blanca Romero tampoco le convencía del todo a Carmen.
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Pero en la puerta de la iglesia, llegó y venció, rompió con la imagen más racional de la boda de su hijo mayor, luciendo esta vez un diseño de Valentino en color rosa, que coronó con un voluminoso tocado con motivos naturales.
17. Un tira y afloja con sus hijos mayores
"Yo no soy mi madre", dijo en un momento de mucho enfado Francisco Rivera a los reporteros y fotógrafos que seguían sus pasos. Siempre se dijo que había echado numerosas veces a Carmen en cara su relación con los medios, que él no compartía.
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Aun así, y con esos rifirrafes maternofiliales nada extraños en una familia, siempre se sintió muy orgullosa de los tres. Los que la conocían saben que se le llenaba la boca hablando de Francisco, Cayetano y Julián y no dudaba en demostrarlo ante quien hiciera falta.
18. Isabel Pantoja como gran enemiga
La relación de Isabel Pantoja con el padre de sus hijos mayores, el prematuro fallecimiento de Paquirri y los problemas con la herencia hizo que la relación entre Francisco y Cayetano y Kiko Rivera no fuera especialmente estrecha. La propia Carmen siempre contaba que hizo todo lo posible porque pasaran tiempo juntos y achacaba a la cantante que no lo hicieran. La situación se solucionó años después.
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De ahí que esta imagen de Carmen, junto a su hijo pequeño y Kiko Rivera en el bautizo de su nieta Cayetana, fuera tan icónica, como representación del acercamiento de posturas de dos mujeres que quisieron al mismo hombre.
19. Tana Rivera, su alegría
La única hija de Francisco Rivera y Eugenia Martínez de Irujo contaba solo cuatro años cuando su abuela falleció, por lo que los recuerdos que tiene de ella no son muchos. Pero al menos, la hemeroteca deja claro lo feliz que hizo a Carmen Ordóñez convertirse en abuela. "Es una Ordóñez pura", decía con orgullo.
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Y para muestra, esa fotografía en la que 'La Divina' salía del cumpleaños de Tana. La misma felicidad que habría tenido de conocer al resto de nietos, que nacieron años después de su fallecimiento: Carmen y Curro, los dos hijos de Francisco Rivera y Lourdes Montes, y Cayetano, fruto del matrimonio de Cayetano Rivera y Eva González.
20. Su gran afición, el Rocío
Para el recuerdo también han quedado las imágenes que Carmen protagonizó en El Rocío, punto de referencia para sus encuentros con amigos. Cómo olvidar ese vídeo lavándose los pies con un botellín o sus looks rocieros, a los que le daba siempre un toque especial.
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Son solo 20 fotos, en paralelo con el vigésimo aniversario de su muerte, escogidas para este repaso de su vida. Pero es imposible resumir su vida con solo unas pocas imágenes. Una vida que absorbió, que disfrutó y en la que hizo oídos sordos a todo y todos. "A mí plin, yo soy Ordóñez Dominguín".
Heredera de dos dinastías muy conocidas de nuestro país, cada una por lo suyo, Carmen Ordóñez fue famosa desde la cuna y lo sigue siendo hoy, 20 años después de su muerte. La del "estoy divinamente", la del "a mí plin, yo soy Ordóñez Dominguín" o 'La Divina', como la conocían cariñosamente en la prensa rosa, fue una mujer que disfrutó, vivió, se enamoró y quiso, quiso mucho. Una mujer generosa, cariñosa y divertida, según los que la conocieron.