El extraño trasquilón en la impoluta y ultrabrillante melena de Sofía

Siempre hemos admirado los maravillosos cabellos de Leonor y Sofía, tienen sendas melenazas con mucha cantidad de pelo y un envidiable y natural color rubio.

Pero en la lectura de 'Don Quijote de la Mancha' de las dos Infantas en conmemoración del Día del Libro nos llamó la atención un detalle inusual en las cabelleras de estas pequeñas. De hecho, fue la de Sofía. El detalle es el siguiente:

No sabemos si será la típica travesura infantil de mientras hacía deberes cogió la tijera y marcó un ángulo recto en su maravillosa melena o un perfeccionamiento materno, sí, ese al que estamos sometiendo las madres a nuestros hijos durante el confinamiento. Para quienes quieran atreverse con una tijera, recordamos que en Vanitatis tenemos consejos de expertos para estas lides.

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Sin embargo, tanto en un caso como en el otro, la característica que comparten sus melenas es el brillo. No se trata de un brillo casual, resultado de un último cosmético que se aplique sobre el cabello para mejorar su peinado, sino que se percibe a simple vista que nace del cabello. Esto solo es posible con una correcta nutrición conseguida con los productos adecuados, la visita regular a salones de peluquería para tratamientos de saneamiento y el correcto uso de agua. El secreto real está también a tu alcance.

La reina Letizia ha hecho saltar nuestras alarmas capilares. ¿Cómo puede haber logrado ese nivel de brillos? La Reina ha ido oscureciendo su cabello de forma paulatina para conseguir un tono en que el daño del pelo parezca menor. Es un hecho que las melenas chocolates actúan como un camuflaje de las puntas abiertas y el cabello dañado.

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Pero ese plus de brillo no es solo resultado de un tinte vegetal que no sea tan agresivo, la respuesta pude estar en el bótox capilar. Igual que ocurre con la toxina botulínica que infiltramos en la piel, su finalidad es la de reestructurar el cabello, pero aquí no hay pinchazos, se trata de un tratamiento tópico que se aplica sobre el cabello en los centros de estética. Desde Llongueras, sus expertos explican que este tratamiento le devuelve al cabello brillo y sedosidad a través de ingredientes naturales.

El saneamiento regular de las puntas también es un aspecto bastante importante. Aunque se corta solo el final del cabello, esto mejora su movimiento, así como el aspecto homogéneo de la melena, no se ven las puntas secas y la raíz está hidratada, todo es más uniforme.

Pero no solo de tratamientos capilares vive la Casa Real, la rutina diaria tiene mucho pero que mucho que ver. A los reglamentarios champú, acondicionador y mascarilla, hay que matizarles los ingredientes para apostar en especial por el brillo.

Los expertos del cabello siempre apuntan a la importancia de cepillar el cabello y desenredarlo por completo antes de mojarlo para el lavado, ya que evitamos su rotura, además de cepillarlo antes del acondicionado y de la mascarilla. Y es que de la correcta absorción de esta última -encargada de hidratar y mejorar el brillo dependiendo del producto elegido-, conseguiremos un efecto u otro.

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Para que actúe al máximo, hay que escurrir el agua con una toalla y aplicar la mascarilla de medios a puntas sobre el cabello húmedo, que no mojado. Dejarla reposar de 3 a 5 minutos y retirarla. Pero aquí viene el truco que puede estar detrás del indudable brillo en las melena de Letizia, Leonor y Sofía. La temperatura del agua.

Aunque durante todo el momento de la ducha el agua debería estar tibia, que levante la mano el primero que diga que no agradece unos graditos de más al entrar en la bañera. Sin embargo, el agua caliente es enemiga de los cabellos hidratados y como consecuencia del brillo. Para evitar que el cabello se estropee, hay que aclararlo con agua fría. Precisamente a esa temperatura el agua actúa sellando la cutícula y evitando que se dañe, y además deja el cabello ultrabrillante.

Es fácil comprobar cómo las agresiones externas también influyen directamente en el brillo del cabello de Leonor y Sofía. Después del verano sus melenas estaban mucho más rubias, pero se veían más estropeadas y encrespadas. Con la menor incidencia del sol, una correcta rutina capilar y el saneamiento de las puntas, ahora el cabello de todos los miembros de la Casa Real está verdaderamente brillante y con movimiento.

Pero tampoco perdemos de vista los tratamientos top que consiguen devolver esa luminosidad al pelo. Aceites muy nutritivos, partículas de oro o keratina pueden colarse en las fórmulas de champús, acondicionadores y mascarillas para conseguir un brillo inmediato y darle al cabello luminosidad día tras día. Por supuesto, los aceites sublimadores y los sérums capilares son aliados que tener en cuenta.

Comienza lavando el pelo con un champú con keratina. Extreme Caviar Champú Cabellos Rubios y Plateados de Miriam Quevedo (c.p.v.) repara el cabello más dañado y lo revitaliza con sus ingredientes botánicos. Mejora la hidratación y devuelve el brillo y la suavidad. Este en concreto es perfecto para cabellos rubios al llevar pigmentos violetas, además de para los cabellos dañados, secos y rizados.

A la hora de elegir el acondicionador también hay que mirar los ingredientes para asegurarnos un tratamiento más intensivo. Las partículas doradas ayudan a mantener ese matiz brillante. Un ejemplo es Forever Shine Conditioner de Philip B (90€), cuyos resultados son visibles al instante. Aporta un plus de suavidad, ayuda a redefinir la forma del cabello, da cuerpo al cabello y, por supuesto, le otorga un brillo a la melena que resiste al paso de la mascarilla y no se va hasta el siguiente lavado. Es como sentirse Campanilla.

La mascarilla es el último paso de la higiene capilar y por ello, para conseguir un brillo despampanante, hay que centrar los esfuerzos en una mascarilla muy nutritiva y reparadora. La mascarilla Masque Fleurs de Jasmin de Leonor Greyl (44,80€) con aceites vegetales, aminoácidos y proteínas, hidrata, suaviza, facilita el peinado y no apelmaza. Especialmente indicada para cabellos finos, aporta mucho cuerpo y deja una sensación de profunda hidratación.