El extraño caso del súper yate embargado de Arantxa y Santacana vuelve a los juzgados
La juez concluyó que Santacana se había quedado el barco de la extenista y ordenó su embargo. Ha aparecido un tercer interesado que asegura habérselo comprado al exmarido
Arantxa Sánchez Vicario, en los juzgados, junto a su abogado. (Europa Press)
La guerra judicial entre Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana ya no se circunscribe solo al condado de Miami. El enfrentamiento vuelve a estar vivo en Barcelona. Este verano supimos que los tribunales habían dictado el embargo de un superyate que el exmatrimonio poseía de forma conjunta y que desapareció del puerto de Barcelona cuando se anunció su separación.
Según los autos, la embarcación estaba a nombre de Santacana a través de una sociedad, y se ordenó su embargo para cubrir parte de la deuda con el Banco de Luxemburgo. Vanitatis publicó en exclusiva que el barco fue localizado en el puerto de Roses, bajo custodia judicial y con acceso restringido únicamente a los agentes designados.
El súperyate Ra, atracado en el Puerto del Fórum de Barcelona. (S.T.)
Sin embargo, el caso se ha complicado: un tercer interesado -una persona anónima- ha reclamado ante el juzgado que se levante el embargo, alegando haber comprado el yate a Santacana en su momento y, por tanto, ser su legítimo propietario. Este nuevo frente judicial se resolverá este martes en los juzgados de Barcelona, según ha podido saber Vanitatis.
Lo que defiende la extenista, a través de su abogado Borja Vives Iborra -quien logró que Arantxa eludiera prisión-, es que Santacana se quedó con el patrimonio y la fortuna de Sánchez Vicario. Así pues, en Estados Unidos esperan que el juez aflore la fortuna que, según Arantxa, Santacana le sustrajo.
Y el caso del superyate se ha convertido, para su defensa, en un ejemplo claro del desvío de patrimonio que la deportista atribuye a su exmarido. Porque además, ella siempre destaca su voluntad de pagar y saldar la deuda.
Un auto cristalino
El auto del Juzgado de lo Penal número 25 de Barcelona es cristalino: “Josep Santacana fue condenado como cooperador necesario de un delito de alzamiento de bienes e insolvencia punible grave”. Se refiere así a la causa promovida por el Banco de Luxemburgo contra la pareja, que concluyó con un acuerdo de conformidad: Arantxa evitó la prisión y Santacana fue condenado a tres años y tres meses de cárcel, además del pago de una responsabilidad civil de 6,6 millones de euros.
La expareja Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana, en su yate RA en Ibiza en 2014. (EFE)
La magistrada subraya, además, que Santacana fue declarado insolvente en octubre de 2021, aunque sigue siendo titular —a través de una compleja red de sociedades interpuestas— del yate RA, actualmente amarrado en el puerto de Roses. Por ese motivo, decreta su embargo preventivo.
Según el auto, fechado el 8 de mayo de 2025, “la parte solicitante ha aportado documentación que acredita, sin perjuicio de lo que pueda resultar de ulterior prueba, la titularidad del yate RA por parte de Josep Santacana Blanch, a través de la sociedad interpuesta Blue Moon Marine Services LLC, cuyas acciones detenta un testaferro, Jonathan Eckhard”. La embarcación, añade la jueza, “está gravada con una hipoteca de la sociedad All Reserve LLC, igualmente vinculada a Santacana”.
Precinto y embargo
En consecuencia, la jueza ordenó “el inmediato precinto de la embarcación RA, de forma que no pueda salir del puerto ni ser desplazada de su actual amarre”. Nadie ha podido acceder a ella salvo quien haya sido expresamente designado por el juzgado. El embargo se establece como garantía de la responsabilidad civil impuesta a Santacana, que supera los seis millones de euros.
Cuando Josep Santacana presentó la petición de divorcio ante los juzgados del condado de Miami, Arantxa Sánchez Vicario llamó a su familia —con la que se había reconciliado a raíz de la separación— preocupada por el superyate. La extenista pensó que el barco desaparecería. Y así fue. Estaba en el Port Fórum de Barcelona —ubicación que publicó Vanitatis en 2018— y, a los pocos días, desapareció.
Y no hablamos de una embarcación cualquiera: son 25 metros de eslora. Cierto que la fecha de construcción, en 1989, la convierte en una embarcación casi vintage, pero lo suyo ha costado. En total, entre la compra y la remodelación, el coste del yate fue de un millón de euros. Este martes, pues, las partes tienen una cita en los juzgados de Barcelona en una semana en la que la extenista está en la ciudad porque el jueves pasado participió en un acto de recuerdo a los Juegos Olímpicos de Sídney.
La guerra judicial entre Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana ya no se circunscribe solo al condado de Miami. El enfrentamiento vuelve a estar vivo en Barcelona. Este verano supimos que los tribunales habían dictado el embargo de un superyate que el exmatrimonio poseía de forma conjunta y que desapareció del puerto de Barcelona cuando se anunció su separación.
Según los autos, la embarcación estaba a nombre de Santacana a través de una sociedad, y se ordenó su embargo para cubrir parte de la deuda con el Banco de Luxemburgo. Vanitatis publicó en exclusiva que el barco fue localizado en el puerto de Roses, bajo custodia judicial y con acceso restringido únicamente a los agentes designados.