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Vittoria de Saboya, una royal influencer para una reina sin reino
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Vittoria de Saboya, una royal influencer para una reina sin reino

La Casa Real de Saboya anuncia que abole la ley sálica vigente en su familia durante 1.000 años. La joven Vittoria, de 17 años, será un día la 'virtual' reina de Italia

Foto: Vittoria de Saboya, en una imagen de sus redes sociales. (@vittoria.disavoia)
Vittoria de Saboya, en una imagen de sus redes sociales. (@vittoria.disavoia)

Una Casa Real sin tierra. Una operación de marketing para renovar 1.000 años de viejas normas. Una cadena de restaurantes por abrir en todo el mundo con marca Saboya. Un gesto de los nuevos tiempos para modernizar una institución añeja. Una niña de 17 años declarada futura reina de un no reino, cuando toque, que su padre está aún en espera. Todo eso ha conseguido salir en los más importantes periódicos internacionales, como el 'New York Times' o el 'Washington Post', siempre fascinados por esa costumbre tan europea de jugar a princesas y castillos. Las monarquías del siglo XXI pueden enfrentarse a la paradoja de alcanzar la igualdad de género para acceder al poder, como sucede en este caso, cuando el poder ya no se ostenta.

El anuncio de Emanuele Filiberto de que la casa Saboya deroga la ley sálica en su familia, vigente durante diez siglos, y su hija mayor, Vittoria de Saboya, pasa a ser la heredera al 'no trono' de Italia ha conseguido el objetivo buscado, que no parece tanto un cetro como un montón de titulares en prensa. Ya se sabía que se iba a producir ese cambio igualitario, los medios italianos lo habían anunciado ya hace tiempo, pero hasta salir en la prensa americana la operación no era redonda ya que los principales negocios están en EEUU.

Ella, nacida el 28 de diciembre de 2003 en Ginebra, Suiza, que fue nombrada en 2020 por su polémico abuelo, Víctor Manuel, princesa de Carignano y marquesa de Ivrea, pasa ahora a ser la futura jefa de una Casa Real que pega un brinco a la nada de diez siglos. De fondo, el debate de otras monarquías sí vigentes, como la española, donde aún tiene prevalencia el varón sobre la fémina.

placeholder Víctor Manuel de Saboya y su mujer, en una imagen de archivo. (Getty)
Víctor Manuel de Saboya y su mujer, en una imagen de archivo. (Getty)

Vittoria es aún una adolescente, tiene 17 años, con una vida similar a la de cualquier joven adinerada a la que añadir la peculiaridad de tener encima algunos focos. Vive en París, donde estudia, por influencia de su madre, la actriz francesa Clotilde Courau. Sus padres viven en Montecarlo y ella, en Italia, se deja ver de vez en cuando en una casa familiar en la región de Umbría.

La definen en los medios italianos como una 'royal influencer' por su actividad en redes sociales, no más frecuente, en todo caso, que la de otros jóvenes de su edad. Vittoria ha participado últimamente en manifestaciones en las calles de París con sus compañeros de escuela. Se quejaban de que el Gobierno galo cambiaba las condiciones escolares para los estudiantes de escuelas privadas para graduarse de secundaria, sin poder hacerlo a distancia, como los alumnos de la escuela pública. En Instagram, donde tiene 36.000 seguidores -y creciendo según pasan las horas-, publicó un vídeo donde se dirigía directamente al presidente Macron. El periódico 'Repubblica' reseñaba este hecho, la llamaba de forma, parece, irónica 'revolucionaria y pasionaria' y se hacía eco de algunos comentarios que hablaban de un chica capaz de llamar a una revuelta para reconquistar Italia. Un eufemismo, como su posible reinado, en un país en el que en 2020, según una encuesta, solo el 15% apoyaba el retorno de la monarquía. Nada que su familia no sepa: el último rey de su estirpe, Humberto II, su bisabuelo, es conocido como el rey de los 33 días, que es lo que duró su reinado entre el 9 de mayo y el 12 de junio de 1946.

El exilio y el retorno de los Saboya

Italia, recién acabada la II Guerra Mundial y derrocado el fascismo, no olvidó el apoyo de la Casa Real Saboya al fascismo de Mussolini y, en el referéndum del 2 de junio de 1946, votó por abolir la monarquía y convertirse en una república. El sur votó a favor de la realeza y el norte a favor de la república. A partir de la nueva Constitución de 1948, y hasta 2002, los varones de la casa Saboya tuvieron prohibido su ingreso en Italia en un largo exilio. Las féminas sí podían hacerlo. La mediación del papa Juan Pablo II ante las altas autoridades italianas parece que consiguió que se levantara aquel veto.

En ese tiempo, el abuelo de Vittoria, Víctor Manuel, se convierte en el jefe de una Casa Real decadente y en el exilio. Primero fueron a Portugal y después a Suiza. Su figura está llena de escándalos, entre los que figura un tiroteo en Córcega en el que murió una persona, una oscuro caso de corrupción y hasta una sonada pelea a puñetazos con su primo Amadeo de Aosta en 2004, en Madrid, en los festejos del enlace de los Príncipes de Asturias. El altercado ocurrió en medio de un cóctel con el resto de casas reales europeas, que desde entonces no les invitan juntos a bodas, bautizos y comuniones. Dicen las crónicas que la propia reina Sofía dijo que “nunca más en mi casa”, según recoge un artículo de la revista 'Rolling Stone' Italia.

placeholder Filiberto, Víctor Manuel y Maria Doria, en su regreso a Italia, en 2003. (Getty)
Filiberto, Víctor Manuel y Maria Doria, en su regreso a Italia, en 2003. (Getty)

La realidad es que la disputa entre los primos viene de lejos. Los Aosta impugnan el reinado del bisabuelo de Vittoria, Humberto II, tras un matrimonio inválido según las normas de la propia Casa Real, y ellos creen que su rama es la legítima heredera al no trono. Casi todas las biografías, en todo caso, afirman que Humberto II, un católico casi fanático, era en realidad un homosexual lleno de remordimientos que vivía entre salir del armario y entrar al confesionario.

Esos escándalos le han valido un cierto ostracismo a los Saboya. El abuelo ha pasado a un segundo plano y el padre de Vittoria, Emanuele Filiberto, otro de los aspirantes a monarcas a la espera de que el papá ceda el puesto, se ha convertido en el mediático representante de la Casa Real.

La vocación de la joven Vittoria de llamar la atención en redes sociales es nada con la capacidad de su padre de hacerse un hueco de cualquier forma en los medios. En 2005, Emanuele forma un partido político que concurre en 2008 a las elecciones italianas por la circunscripción extranjera de Europa. Obtiene un 0,4% de los votos. El príncipe entiende entonces que en las urnas la cosa se complica y prueba a mejorar cifras con los telemandos de las televisiones. Se presenta y gana la edición de 2009 del programa de la RAI 'Bailando con estrellas' con un 75% de los votos, el mayor porcentaje de votos cosechado por su familia en toda la historia. Además, participa en 2010 en el festival de San Remo de 2010 quedando en una meritoria segunda posición. La lista de programas y anuncios desde entonces es larga y hasta participa en un programa de la televisión francesa en el que aparece travestido interpretando a la fallecida cantante gala Dalida.

Su último gran éxito ha sido el de apuntarse el tanto de revocar la ley sálica en los Saboya. ¿Por qué lo ha hecho? El 'Corriere della Sera', periódico conservador italiano, pone sobre la mesa un dato: 50 restaurantes para el príncipe. Emanuele Filiberto primero abrió un food truck en Los Ángeles y el periódico italiano recuerda ahora que el príncipe abrirá 50 locales en EEUU y otros lugares del mundo bajo la marca Prince of Venice. La publicidad no viene mal. El periódico, además, afirma que el padre reconoce que su hija, a la que llama 'rock and roll princess', "nunca gobernará".

Una Casa Real sin tierra. Una operación de marketing para renovar 1.000 años de viejas normas. Una cadena de restaurantes por abrir en todo el mundo con marca Saboya. Un gesto de los nuevos tiempos para modernizar una institución añeja. Una niña de 17 años declarada futura reina de un no reino, cuando toque, que su padre está aún en espera. Todo eso ha conseguido salir en los más importantes periódicos internacionales, como el 'New York Times' o el 'Washington Post', siempre fascinados por esa costumbre tan europea de jugar a princesas y castillos. Las monarquías del siglo XXI pueden enfrentarse a la paradoja de alcanzar la igualdad de género para acceder al poder, como sucede en este caso, cuando el poder ya no se ostenta.

Rey Felipe VI Reina Sofía
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