La cuarentena de Kate Moss y el conde Nikolai von Bismarck: Mozart y puzles

“No ha vuelto a beber. Está completamente limpia. Está plenamente asentada y feliz con su nueva pareja”, declaraba hace unos años a 'The Mail on Sunday' Lottie, la hermana del conde Nikolai von Bismarck, el novio de la turbulenta supermodelo Kate Moss, trece años más joven que ella.

Ahora, una entrevista del aristócrata con 'The Telegraph' nos aporta detalles de cómo están viviendo ambos estas semanas de confinamiento. Y resulta que su cuarentena es de lo más intelectual.

Además de confesar que ha estado tratando de dejar de fumar –ha bajado a 13 cigarrillos al día–, el hijo del conde Leopold von Bismarck-Schöunhausen y de la condesa Debonnaire von Bismarck, mentora y amiga desde hace muchos años de Kate Moss, asegura que matan el tiempo completando un puzle de un barco pirata y jugando al dominó. Hasta ahí, todo normal. Ahora llega la parte más cultural.

Von Bismarck es un apasionado del cine clásico y sus recomendaciones van desde 'El hombre que pudo reinar', protagonizada por Sean Connery y Michael Caine, a la saga de comedias cinematográficas de detectives que interpretaron los actores William Powell y Myrna Loy en los años 30.

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Sin embargo, el descubrimiento del que se siente más orgulloso es la breve serie de relatos de viajes alrededor del mundo de Orson Welles, en la que el actor y director viaja por todo el mundo visitando a Jean Cocteau en París, siendo testigo de las corridas de toros en Madrid y más tarde regresa a Viena, siete años después de haber rodado allí su exitosa película 'El tercer hombre'.

En cuanto a la música, los gustos eclécticos del noble hacen que la pareja escuche "un poco de reggae por la mañana y algo de blues o country por la tarde, a veces un poco de jazz, sobre todo King Curtis y el gran Duke Ellington". Aunque el estallido de la pandemia le hizo aficionarse a piezas más dramáticas, como el 'Réquiem' de Mozart.

Nikolai, fotógrafo de profesión, ha trabajado para grandes como Mario Testino, íntimo de su novia, o Annie Leibovitz. La prensa británica, que por su juventud le califica de ’toy-boy’, le ha dado también el apelativo de ‘el vampiro’. El motivo: en su día afirmó haber bebido sangre de vaca cuando estaba haciendo un reportaje a una tribu africana en Etiopía.

Aunque su relación parece marchar ahora viento en popa, ambos han pasado momentos peliagudos, como en 2016, cuando Kate amenazó a su chico con que si este no ingresaba de inmediato en una clínica de desintoxicación rompería la relación definitivamente. Según informaba entonces el diario británico 'The Sun', la modelo tomó la decisión al comprobar cómo los hábitos de su novio estaban poniendo en peligro su salud, ya que el joven llegó incluso a saltar desde una ventana víctima de unas fuertes alucinaciones provocadas por el exceso de alcohol.