Es noticia
Menú
Matador, un club exclusivo y de lujo con mucho sabor
  1. Gastronomía
experiencias gastronómicas

Matador, un club exclusivo y de lujo con mucho sabor

Matador es un exclusivo club formado por distinguidos socios a los que gusta rodearse de arte, cultura y gastronomía

Foto: Foto: Esteban Capdevila
Foto: Esteban Capdevila

En uno de los edificios señoriales del barrio de Salamanca, ajeno al ruido de los cláxones, del trasiego de calles comerciales en época de rebajas y de los 40º a la sombra de la capital, habita un selecto y exclusivo club formado por distinguidos socios a los que gusta rodearse de arte, cultura y gastronomía. Una discreta puerta en un imponente paso de carruajes, estética de los históricos portales de la zona, antecede a una segunda que solo es franqueable con la huella digital de algunos privilegiados, o en nuestro caso, invitados.

Techos altos, maderas nobles y una cálida luz natural que atraviesa las vistosas vidrieras del gran recibidorotorgan un aire distinguido y elegantea la vez que acogedor a la estancia. Diferentes salones con distintos ambientes dan vida al bar en el que sirven aperitivos a cualquier hora del día o cócteles, a veces elaborados por grandes bar managers. Recorremos las estancias que reservan espacio para una sala de cine y biblioteca que, además de fotografías de los socios, atesoran la colección de la revista Matador. Un proyecto que nació para morir, dirigido por Alberto Anaut, con una publicación por año que por número lleva una letra del abecedario. El último ejemplar es S,y no sabemos qué vendrá después porque pocas preguntas tienen respuesta en este discreto y casi misterioso club.

En el salón ocupado por el restaurante se sirve una cocina española tradicional en la que predomina la calidad de las materias primas. Al frente está Yolanda Olaizola, una chef navarra con vocación culinaria desde niña que fue durante años jefa de cocina de Aldaba. Cada miércoles comparte fogones con un chef invitado y, en este caso, fue Carlos Durán, acompañado por Jonathan Rivera, su mano derecha, quien mostró a los socios algunos platos de su restaurante Charlie Champagne.

Unas deliciosas piparras fritas al punto de sal fueron el aperitivo perfecto para las tradicionales sopas del Club Matador. Durán acertó con un fresco terciopelo de tomate rosa con sorbete de cáscara de limón y coral de langostinos que precedió al tiradito de pez mantequilla con crema de zanahoria picante, huevas de tobiko-término japonés empleado para las huevas de pez volador-, salsa de soja y mezclum.

Es un plato nuevo de Durán en el que el suave y controvertido pez mantequilla, siempre presente en su carta, es un bocado exquisito por su sabor y textura que no dejó indiferente a ningún comensal.Llegó el turno de Yolanda y, obedientes a su cariñosa petición, hicimos hueco para probar sus platos. Fiel a su consigna de seguir los dictados del mercado, que pide cambiar la carta cada temporada,nos ofreció unas ricas alcachofas salteadas con foie y vinagreta de tomate, un plato de carta que no está en el menú del día y que se compone de entrante, primer plato y postre. Siguió con un bonito al Hosper -brasa de carbón- con tomate y albahaca para continuar con el plato estrella de la carta, un exquisito steak tartar,bien preparado por el equipo de sala.

La guinda fue el tatín de manzana que, al igual que el resto de platos, fue correctamente maridado por buenos vinos, algunos elaborados para el club por alguno de sus socios fundadores.

Una pena no disfrutar con frecuencia los menús de la chef Olaizola pero, por suerte, compensan los dos platos que Carlos Durán elaboró para la ocasión y queabrieron boca para degustar sus creaciones en Charlie Champagne.

Club Matador. Jorge Juan, 5. Madrid. Tfno: 91 060 98 83

En uno de los edificios señoriales del barrio de Salamanca, ajeno al ruido de los cláxones, del trasiego de calles comerciales en época de rebajas y de los 40º a la sombra de la capital, habita un selecto y exclusivo club formado por distinguidos socios a los que gusta rodearse de arte, cultura y gastronomía. Una discreta puerta en un imponente paso de carruajes, estética de los históricos portales de la zona, antecede a una segunda que solo es franqueable con la huella digital de algunos privilegiados, o en nuestro caso, invitados.

El redactor recomienda