Carlos Alcaraz y su novia 'fantasma': habemus nuevo soltero de oro en el tenis español

Con Rafa Nadal casado y a punto de los 40, el público pedía carne fresca. Siempre lo hace. Y por ahí asomó hace unos años un joven de Murcia, con cara de simpático y con una derecha que rompía moldes. Carlos Alcaraz, la nueva promesa del tenis español, la nueva estrella a quien seguir los pasos. El soltero de oro del tenis patrio, podríamos decir también, porque a sus 19 años, este deportista no tiene pareja, tal y como ha podido confirmar Vanitatis.

Estos días está en Madrid, donde compite en el Mutua Madrid Open. Y sus partidos ya se han convertido en una de las grandes citas: todos quieren ver a Alcaraz. Sucedió lo mismo hace poco más de una semana, cuando el de Murcia ganaba su primer gran campeonato, el Torneo Conde de Godó, y su figura acaparaba portadas, también en la prensa del colorín. Y allí aparecía la imagen de una joven murciana de la que se informaba que era su pareja.

Son incontables los artículos que han ido apareciendo sobre la relación de Alcaraz con la citada chica, llamada María. Tal y como ha podido saber Vanitatis, en el círculo del tenista estas informaciones han provocado gran irritación. Porque, insisten, no tiene novia desde hace casi dos años, cuando él y la joven que aparece en las citadas informaciones dejaron de salir juntos.

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Es más, la misma chica tiene ahora otro novio. La citada María fue novia de Alcaraz, cierto, pero ya no. Se conocieron de pequeños, en el club murciano en el que ambos entrenan. Y mantuvieron una relación durante tiempo. Se siguen mutuamente en las redes sociales, y él le ha dado like a casi todas sus fotografías. Aunque María dejó de colgar imágenes el pasado verano, en julio de 2021. Es este punto el que confundió a algunos medios, que no sabían de la posterior ruptura y supusieron que la pareja seguía siendo pareja. Ahora Carlitos, como le llaman sus seguidores, vive centrado en su carrera, un camino que está siendo directo al estrellato y que no quiere desaprovechar.

Espontáneo y simpático

Con 1,85 metros de altura y unos 75 kilos de peso, Alcaraz es simpático y espontáneo. El tenista es conocido por sus chascarrillos en las ruedas de prensa, su naturalidad y su alegría. Hace años ya que despunta como uno de los mejores, aunque ni él ni su familia auguraban que llegaría tan lejos tan rápido. Él pretende seguir siendo como es, algo que ha convertido incluso en una declaración de principios.

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Lo dijo tras ganar el Godó en Barcelona: “Siempre he sido un chico normal de pueblo. No me asusta la fama. Voy a seguir siendo el mismo de siempre. No porque la gente me reconozca más voy a cambiar mi forma de ser. Me siento un jugador que puede ganar, la gente me anima, pero cuando vuelvo a casa soy el chico de siempre”.

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Todas sus declaraciones, que no son muchas por el momento, van siempre en la misma dirección. Quiere disfrutar del éxito que tiene ahora, sin creérselo demasiado, aunque sin parar ni un minuto. Y hacerlo todo cerca de su familia, sus raíces: “Al final estoy cumpliendo mi sueño. Lo tengo claro. Tengo claro también que tengo que seguir trabajando. Soy un chico muy cercano, de familia, amigos, de estar en casa, y ellos también me ayudan a tener claro que soy un chico de dieciocho años [cumplió 19 este mismo jueves] todavía, que cuando voy a casa quiero estar con los amigos, hacer lo de siempre, estar con la familia. No darle la importancia o más importancia que la que tiene”.

"Cabeza, corazón, cojones"

Con todo, Carlitos sí le da importancia a sus victorias. Su familia, en especial su abuelo, es quien le ha inculcado el valor de ganar. Carlos, que así se llama, fue el primer socio del club de tenis en el que entrena el joven de la mano de su padre. El abuelo Alcaraz colecciona todo lo que aparece de su nieto, y seguramente fue uno de los primeros en preguntar por esas fotografías que relacionaban a Carlitos con una chica. “Cabeza, corazón y cojones”, es el lema del abuelo, valores que ha inculcado al nieto y a todo su entorno.

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El mismo entorno que se irritó al ver que relacionaban al tenista con su expareja. La familia de El Palmar vive por y para el deporte de la raqueta, al estilo de los Sánchez Vicario, y no quiere ni oír hablar de la vida privada de su gran estrella. Su padre es el director de la escuela de tenis del Club de Campo y sus tres hermanos juegan al tenis y apuntan buenas maneras, sobre todo Jaime, que a sus 12 años ya impresiona.

Madridista de corazón, Alcaraz juega estos días en la capital y se ha llevado una alegría: el pase del Madrid a la final de la Champions. Él estaba en el Bernabéu (también estaba Rafa Nadal, su ídolo y ahora rival) para disfrutar de la victoria y un día después celebraba además su 19 cumpleaños. La vida le sonríe y no quiere que nadie le agüe la fiesta, menos con informaciones que no son reales.

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