El Rey emérito llega al puerto de Sanxenxo para entrenar con el Bribón

Acompañado de un bastón, luciendo una gorra y junto a su amigo Pedro Campos, que es el que le ha trasladado desde su domicilio a pocos minutos del puerto después de desayunar cruasanes y tarta de queso de una panadería local, como desvelaba TVE, el Rey emérito ha llegado al pantalán de Sanxenxo para participar en un entrenamiento de cara a la regata que afrontará con sus compañeros de tripulación, formada por sus amigos más cercanos, este fin de semana en el velero Bribón.

Flanqueado por sus personas de confianza que le acompañan desde su desplazamiento procedente de Londres, el padre de Felipe VI planea repetir el éxito que el año pasado consiguiera en la Copa del Rey de vela en la que se hizo con el triunfo. Las primeras imágenes nos han permitido ver al emérito situado al frente del timón del barco, emplazado en el sitio especial diseñado para él. Debido a sus problemas de movilidad, la idea de Juan Carlos I, de 85 años, es reposar y entrenarse con la tripulación del Bribón con vistas a la regata que se va a celebrar el sábado y el domingo. Se espera que la jornada de hoy sea más corta que la de ayer, que duró unas dos horas y media.

A falta de agenda oficial, no se sabe con exactitud cuándo regresará el emérito a Abu Dabi, aunque se especula que podría permanecer en Galicia hasta el lunes. Pero sí sabemos que este domingo no habrá entrega de premios como sí hubo el año pasado, ya que esta prueba se compone de una serie de regatas que aún no han concluido. Tampoco ha trascendido si le veremos en nuevas pruebas de esta competición durante este año.

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Sara Castellanos

Este es el segundo entrenamiento de Juan Carlos I, que ya salió a navegar este jueves por primera vez en la que es su segunda visita a España desde su marcha a Abu Dabi en agosto de 2020. La expectación marcó la jornada, con decenas de vecinos, fotógrafos y periodistas en guardia desde primera hora de la mañana en el paseo del puerto. Algunos de los lugareños presentes comenzaron a gritar “¡Majestad!” y, ya en las proximidades del pantalán, don Juan Carlos les saludaba con la mano.

Como esta mañana, también entonces Juan Carlos I lució gorra y bastón antes de estrechar la mano a la tripulación del Bribón y dirigirse a la zona de embarque, necesitando a varios acompañantes tanto para bajar la escalinata como para acceder al propio barco, donde se ha habilitado una plataforma portátil para facilitar su subida.

La previsión es que su estancia en Galicia esté marcada por la discreción, después del malestar que causó en el Gobierno su publicitada visita anterior y su negativa a dar explicaciones por su comportamiento personal motivado por las irregularidades fiscales que cometió en los últimos años de su reinado.