Las joyas de Lady Di que han heredado sus nueras, Kate Middleton y Meghan Markle: ¿quién tiene más?

Las joyas de Kate

1. El anillo de pedida

Es, sin duda, la pieza más emblemática del joyero de Diana y Kate Middleton no se lo quitó durante años desde que anunció su compromiso con el príncipe Guillermo luciéndolo en su mano izquierda. El anillo está formado por un zafiro de 12 quilates rodeado de 14 diamantes solitarios. Tras vérselo de nuevo a Kate la pieza se convirtió en un objeto de deseo para muchas, siendo imitado por infinidad de joyerías. Desde que le diagnosticaron el cáncer, la princesa de Gales ha preferido dejar de lado esta sortija, optando por una nueva, también de zafiros.

2. Pendientes Mar del Sur

Son unos aretes de diamantes y perlas que eran una de las joyas favoritas de Diana y que su nuera escogió para su aparición estelar en la edición de 2019 de los Bafta, aunque para ello eligió unas perlas más pequeñas que las de su suegra, conservando el enganche.

3. Pendientes de zafiro y diamantes

Son una de las piezas más recurrentes en los actos públicos de la duquesa de Cambridge. Originalmente, fueron un regalo de bodas del príncipe heredero Fahd de Arabia Saudita para la princesa Diana. Kate los recibió tras su compromiso con Guillermo y decidió modificar ligeramente el diseño, haciéndolos colgantes. Van a juego con su anillo de compromiso.

4. Pulseras de perlas de tres soportes

Diana estrenó estas joyas de Nigel Milne en 1988 y Kate Middleton las rescató tres décadas después para un viaje oficial a Alemania junto al príncipe Guillermo, aunque decidió lucir tan solo una, a diferencia de la madre de su marido, quien siempre llevaba una en cada muñeca.

5 y 6. Tiara Cambridge Lovers Knot y pendientes Collingwood

Era una de las diademas favoritas de Diana, pero no se la había vuelto a ver desde la separación de los príncipes de Gales hasta 2015, cuando Kate la rescató del joyero real para convertirse también en una de sus piezas preferidas. Con 19 diamantes, brillantes y perlas, es una de las piezas con más historia del ‘cofre de los tesoros’ de Isabel II. La propia Diana llegó a decir que el movimiento de las perlas le producía dolor de cabeza.

Por su parte, los pendientes Collingwood son unas perlas en forma de lágrima que Diana recibió como regalo de boda y que lució en numerosas ocasiones. La duquesa de Cambrige los ‘heredaba’ en 2017, precisamente para una cena de gala en honor de los reyes Felipe y Letizia, cuando realizaron una visita de Estado al Reino Unido.

7. Gargantilla de perlas de cuatro vueltas

Es otra de las piezas que pertenecen a la reina Isabel y que han usado Diana de Gales y la duquesa de Cambridge, aunque con varias décadas de diferencia. La última vez que Kate lo lució fue en 2017, durante el 70º aniversario de boda de Isabel II y Felipe de Edimburgo.

Las joyas de Meghan

1. Anillo de aguamarina

Aunque para la ceremonia en la iglesia no hubo ningún guiño a su suegra en forma de joya, Meghan sí quiso homenajearla en la recepción, recuperando un espectacular anillo de aguamarina talla esmeralda que la princesa Diana estrenó en junio de 1997 en una subasta de su propia ropa en Christie's. El anillo forma parte de un conjunto de aguamarinas que también cuenta con un brazalete con cinco perlas. Fue un regalo de su amiga Lucia Flecha de Lima y dicen que Diana utilizaba este anillo como el sustituto del de compromiso tras su ruptura con el príncipe Carlos.

2. Pendientes de mariposa

Para su primer acto tras la noticia del embarazo, que coincidió con el inicio de su tour por Oceanía, Meghan Markle quiso rendirle un homenaje a su suegra luciendo una de sus joyas, en concreto unos pendientes de mariposa con pequños diamantes en blanco y negro. Lady Di lució llevó estos pendientes en un viaje a Canadá en 1986, unos meses después de dar a luz al príncipe Harry.

3. Pulsera dorada

Junto a los pendientes de mariposas, Meghan lució por primera vez una pulsera tipo esclava que combina oro amarillo y detalles negros. Solo tenemos constancia de una ocasión en la que Diana llevó dicha pieza: en septiembre de 1990 en una visita a un centro de mayores.