Jaime Martínez-Bordiú y Marta Fernández nos hablan de su nuevo proyecto: 'Aüa Playa'

“Aüa Playa”, diseñado por Joaquín Torres, es el nuevo reducto empresarial de Marta Fernández, la esposa del nieto de Franco, que se ha apuntado a la moda de muchas celebrities de negocio en playa con chiringuito chic.

El viernes, la empresaria hizo una puesta en escena para sus amigos a la que no faltó su esposo, Jaime Martínez-Bordiú. El nieto del caudillo manifestó a Vanitatis estar encantado con esta nueva andadura de su mujer: “Lo va a hacer fantástico porque Marta lo tiene todo y es muy trabajadora”.

Entre los asistentes a la inauguración estaban, arropando al matrimonio, sus amigos Raquel Bernal y Javier Tudela, exmarido de Makoke y padre de su hijo, Paloma Segrelles o los empresarios Israel Bayón y Dionisio Hernández Gil, dueño del emporio de Trocadero.

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La empresaria gallega concedió una entrevista a Vanitatis en la que resaltó el excelente momento de vida que esta atravesando: “Jaime y yo nos hemos venido a Marbella todo el verano. Siempre pasamos las vacaciones aquí. Así que esta vez he aprovechado para involucrarme en este proyecto que me está aportando mucho. Será un lugar perfecto de reunión para la gente de siempre. Cuando los amigos de Madrid veníamos a Marbella, estábamos un poco dispersos. Y este local es magnífico para reunirnos. Sera un añadido más a la oferta de ocio tan variada que hay en Marbella”.

“Aüa Playa” une el diseño minimalista con materiales naturales en un entorno mediterráneo. Marta nos cuenta que: “El diseño conceptual del chiringuito es del arquitecto Joaquín Torres, de A-Cero, en Madrid. Ha combinado diferentes materiales y líneas y hace que este chiringuito sea único y atractivo”. Pero la apuesta estrella de Marta pasa por sus “Jueves de Flamenco”: “Nos vamos a tirar a la piscina. Soy gallega, pero me apasiona el flamenco. Me fascina. Voy siempre que puedo a recibir clases de baile y lo vivo. En Madrid hay mucha afición por este arte y ahora aquí e Andalucía, lo vamos a demostrar (ríe). Todos nuestros amigos están rechiflados de tener un lugar donde venir a pasar el día. Aquí en “Aüa”, la gente podrá tomarse unos espetos, tumbarse en las hamacas, ver espectáculo y sentirse sobre todo entre amigos”.

Una boda que espera su fiesta tras la pandemia

Marta está exultante con su nuevo proyecto y se le nota. Ha cambiado hasta su forma de vestir. En la inauguración lucia muy “sexy y elegante” con el fucsia tan de moda. “Me arreglo en un momento”, nos dice. “Hemos alquilado una vivienda aquí, frente del mar, al lado del negocio. Cuando a algo le metes ganas e ilusión, siempre resulta. Estoy encantada en este sitio, que era el antiguo “Pureta”. Antonio Ordóñez tenía su casa donde ahora vivimos nosotros. Y toda esta zona está impregnada de esa energía. Sé que vamos a hacer de “Aüa Playa” el nuevo restaurante más moderno de la Milla de Oro”.

Mientras Marta habla con Vanitatis, Jaime hace las veces de anfitrión recibiendo a los amigos. La pareja lleva doce años juntos. Desde su flechazo en una fiesta en Joy Eslava, no se han separado. Marta lo dejó todo por el amor: de empresaria en Vigo, su vida dio un vuelco de ciento ochenta grados al conocerle y se trasladó a Madrid para iniciar una vida en común con el nieto de Franco. “Estamos en un momento estupendo. No ha cambiado nada nuestra relación desde que nos casamos. Ya llevábamos muchos años juntos y lo de la boda lo decidimos un día, así, de sopetón. En principio quisimos hacerlo en secreto, pero al final nos pillaron y decidimos dar una exclusiva. Éramos pareja de hecho desde hacía mucho tiempo. Lo de la firma del notario solo fue un trámite. En realidad, estábamos siempre buscando fecha”.

Jaime y Marta tomaron la decisión de legalizar su unión después de varios retrasos: primero por la muerte de la duquesa de Franco, luego la exhumación del caudillo y más tarde por la pandemia. “Estamos esperando a que acabe la pandemia y el año que viene vamos a hacer la fiesta de la boda que en su día no pudimos celebrar. Eso es lo que más me apetece. Aún no sabemos si la haremos en Madrid o Marbella”.

De momento, Marta dice que no van a ampliar la familia: “No pensamos en bebés (ríe). No tengo yo mucho instinto maternal porque no soy nada niñera“.

Jaime, su esposo, ya tiene un hijo con la empresaria y modelo Nuria March.

Jaime su mejor apoyo

Marta siempre ha admirado de su pareja, la valentía con la que se ha enfrentado a la vida. Jaime superó un duro proceso de desintoxicación que ahora le ha edificado como un “hombre nuevo que saborea cada segundo y cada momento”.

Ayer, el nieto de Franco, con su vaso de agua en la mano, nos decía a Vanitatis que está feliz de ver a Marta tan ilusionada: “Ella es una gran emprendedora y yo la voy a apoyar en todo. Mira, hoy han venido ya bastantes amigos y este verano esperemos que este sea un lugar de referencia en Marbella”.

Una de las mejores amigas de Marta, Raquel Bernal, no se quiso perder el evento y apareció con su nueva pareja. De hecho, Raquel fue la encargada en República Dominicana de organizarle a Marta una fiesta de despedida de soltera en su casoplón del Caribe. La amistad de los Martínez-Bordiú con la pareja es tal, que el empresario Javier Tudela, (ayer también estaba arropándoles en la inauguración), fue una de las personas que firmaron como testigo en la notaría donde se celebró en la intimidad el enlace civil del nieto de Franco y Marta Fernández.

El séptimo hijo de Cristóbal Martínez-Bordiú y Carmen Franco tuvo el detalle de mandar mensajes de agradecimiento a todas las personas que le habían enviado felicitaciones por su nuevo estado civil. Siempre ha sido el miembro de la familia más accesible a la prensa. Estudió en el colegio del Pilar siguiendo la tradición familiar de los varones Villaverde.

Cuando había algún tema polémico, complicado o incluso festivo, el pequeño de la tribu respondía a los reporteros de calle o por teléfono para aclarar noticias relacionadas con él o con alguno de sus hermanos.

Formaba con Arancha, la sexta, el tándem de los pequeños. Estuvieron muy unidos e incluso decidieron retocarse la nariz con el doctor Vilar-Sancho en la misma fecha.

En la casa familiar del barrio de Salamanca, Jaime se quedó con Luis Alfonso, que vivía en casa de los abuelos maternos, a la muerte del duque de Cádiz. El tío Jaime fue su gran apoyo y quien reportaba a su hermana el estado emocional del adolescente.