"La atención médica no está al alcance de todos": hablamos con famosos y expertos sobre salud mental
Con ocasión del Día Mundial de la Salud Mental, que se celebra cada año desde 1992 este 10 de octubre, hemos querido acercarnos mínimamente a un mundo muy amplio con los que más saben del tema
¿Qué es la salud mental? Si nos vamos a la definición de la OMS, vemos que es un "estado de equilibrio entre una persona y su entorno socio-cultural que garantiza su participación laboral, intelectual, las relaciones para alcanzar un bienestar y calidad de vida". Algo que parece tan sencillo, no lo es. Y menos cuando de manera histórica ha existido un estigma para aquellas personas que han padecido algún tipo de enfermedad mental. Son muchos los matices y recovecos que tiene el ámbito del bienestar emocional; tantos, que es difícil enumerar unos cuantos sin quitar importancia a los demás.
Es muy difícil abordar este amplio mundo sin ser profesional. Por eso precisamente, con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, una fecha que lleva celebrándose desde hace 30 años, hemos querido acercarnos un poco a este amplio mundo, orientándonos con aquellos que más saben del tema. Por un lado, esos profesionales que dedican su día a día a intentar que aquellos que lidian con problemas y enfermedades mentales tengan una calidad de vida al menos aceptable. Por otro, caras muy conocidas que han hablado abiertamente de los problemas que en algún momento han padecido. Famosos y expertos que nos hablan de la salud mental, un ámbito en el que queda aún mucho camino por recorrer.
Ángel Martín
A Ángel Martín podemos considerarle uno de los pioneros en hablar abiertamente sobre los problemas de salud mental que atravesó y que, asegura, superó. Todo está en su libro, 'Por si las voces vuelven', una forma cruda y sincera de contar su proceso que además ha servido como referencia a mucha gente, según nos cuenta: "Una de las cosas que me pasaron al publicar el libro es que me llegaban mensajes de personas que me decían que les había servido que gente popular contara que había pasado por estas movidas. No tanto por el hecho de que públicamente de repente se hablara del tema, sino porque de alguna manera se veía que son cosas por las que pasa absolutamente todo el mundo, sin excepción. Y además lo interesante era ver que a pesar de haber pasado por ciertas cosas, se remonta. Eso de alguna manera genera -es una palabra muy grande, pero nos entendemos- cierta esperanza. El hecho de que alguien popular mencione que ha pasado por algo así cuando ya lo ha superado sirve de algo. Por lo menos en mi caso".
Al presentador, humorista, encargado de darnos cada mañana el 'Informativo matinal para ahorrar tiempo', habla, como ven, sin tapujos y de manera muy cruda. Es consciente de que cada caso es un mundo, por eso insiste en que todo lo que nos ha contado, es solo hablando de él y de su experiencia. Al contrario de otros testimonios que hemos recogido, no relaciona directamente el superar los problemas con poder acceder a una buena atención médica, que en muchos casos depende de la economía de cada uno.
"Yo no tuve que recurrir a nada", nos dice. "Tuve tres sesiones con un psicólogo que fueron tétricas y decidí dejarlo porque el tío era idiota. Pero mi economía no ha influido en mi recuperación. De hecho, mucha gente con la que hablo en el podcast y que han pasado por este tipo de procesos no han tenido que recurrir a ayuda profesional. Que hay pocas herramientas y recursos a nivel público, es indiscutible. Pero también es importante entender que eso no significa que no vayas a poder remontar. En mi caso, no recurrí a psicólogos para superar los problemas que tuve".
Y con este mensaje de esperanza nos da las claves que a él le han servido para que su bienestar emocional haya sido lo mejor posible en estos cinco años, desde que tuvo que ingresar en el Hospital Puerta de Hierro: "Probablemente el no pararme en ningún momento a pensar en lo que había sucedido. Tener la certeza de que era imprescindible remontar. Lo que más me ha servido ha sido no pararme a pensar y hacer, hacer, sin excepción. Mi vida básicamente consiste en ser honesto conmigo mismo y estar bien".
Anne Igartiburu
En su caso, no tenemos que hablar de que haya atravesado procesos complicados. La presentadora está más en el otro lado, en el de los profesionales, siempre desde la distancia y el respeto. Conoce muy bien el ámbito del bienestar emocional tras haberse formado como coach tanto a nivel nacional como internacional. El resultado es una 'ventana' a este complicado mundo que ha abierto tanto en sus redes sociales como en ‘Mi latido de más’, un canal de YouTube dedicado a la salud mental.
Un rincón en el que encontramos casi 400 charlas y encuentros con profesionales -psicólogos, psiquiatras, terapeutas, autores de libros de neurociencia, coaching y filosofía- que hablan abiertamente de cuidar la parte emocional, el bienestar y la salud mental, además de entrevistas con personas conocidas que cuentan cómo han gestionado momentos delicados de su bienestar emocional.
Así que Anne sabe de lo que habla cuando comparte con nosotros su opinión sobre el peso y la importancia de la salud mental: “Es algo que está más en auge, es cada vez más evidente la necesidad de cuidar nuestra salud mental y la carencia que tenemos en nuestro sistema médico sanitario. Todo lo que nos está pasando últimamente, los cambios que ha habido en los últimos años en la sociedad, cambios vitales en la existencia, en la gestión de la imagen y de la autoestima con la exposición de las redes sociales, ha hecho que vaya todo de forma muy precipitada, sin digerirlo del todo bien y pasando por encima de la importancia de cuidar nuestra salud mental. Algunas personas lo gestionan mejor porque tienen quizá una mejor base, recursos emocionales o la capacidad de acceder a una ayuda médica, y hay otros que quizá ni siquiera se han dado cuenta de lo que necesitan”.
Berta Bernad
Su caso es uno de los ejemplos que muestran cómo la presión de las redes sociales, en ese momento su forma de vida, pueden pasar factura a una persona hasta hacer que se resienta mucho su salud mental. Ella tomó medidas radicales y cerró de la noche a la mañana su cuenta de Instagram en un momento en el que su proyección como influencer era muy importante, tanto a nivel nacional como internacional. Ella misma nos cuenta que supo que algo pasaba cuando prefería vivir como el resto de sus amigas. Así que cortó por lo sano: "Incluso me quité Whatssap durante un año. Lo necesitaba. Ahora tengo una cuenta de trabajo, otra para mi agencia de marketing y otra para mi marca de ropa, pero en ninguna de ellas publico nada personal y para mí, ahí está la clave. No digo que sea lo mejor, sino que es lo que a mí me funciona para vivir de forma equilibrada".
Berta recurre a profesionales -"desde que tengo uso de razón", nos dice-, aunque también cuenta con pequeños 'trucos' para que haya un equilibro entre su salud mental y su ritmo de vida: "Soy una persona que vive de una forma muy consciente. Escribo muchos diarios y analizo mucho cómo me siento". Y aunque sabe que queda mucho camino por recorrer, también reconoce que las cosas en el ámbito de la salud mental están cambiando: "El covid fue un momento clave donde se puso en valor todo este tema y lo bueno es que notas cómo las nuevas generaciones hablan con mayor facilidad de sus sentimientos. Sin duda es un gran avance para la sociedad y para nosotros como seres humanos, ya que se puede detectar mucho antes cuando alguien está mal. El hecho de admitirlo sin tapujos es ya un paso enorme".
Inés Hernand
Es la cara televisiva de moda. Lo mismo la vemos en 'La resistencia' que como presentadora del Benidorm Fest, quizá el trabajo que la puso en la palestra y la hizo conocida a nivel nacional. Pero también escribe, hace podcast y un montón de cosas más sin despeinarse. Tantas facetas le sirvieron para estar entre las 25 caras más influyentes de la televisión del estudio que hizo Vanitatis el pasado junio; pero además, el estar ahora en un momento profesional excelente ha ayudado, y mucho, a su salud mental. Y es que, en su caso, no dudó en recurrir a una psicóloga cuando se lo pudo permitir, un matiz importante.
"Cuando estás en una situación precarizada, nunca ves solución para dejar de estarlo. Y aunque intentes paliar esa circunstancia con un entorno saludable, se te atascan muchas cosas y en esos momentos no tienes acceso a una atención mental pública que te permita descongestionarte un poco. Al final, la salud mental la sostiene tu entorno. En mi caso, en cuanto tuve ingresos para poder permitirme una psicóloga, acudí y sigo con ella. No es una cuestión de solucionar problemas, sino obtener herramientas para el autoconocimiento y para la gestión de conflictos".
Inés lo tiene claro al reflexionar sobre si la atención mental está al alcance de todos: "La respuesta es taxativa: no. Aunque en los presupuestos se ha aumentado la inversión para el ámbito de la salud mental, desde una perspectiva de clase es inasumible para muchas familias. Y precisamente ellas son muchas veces las que más lo necesitan, la gente sin recursos. Aunque hay asociaciones que intentan paliar el problema, no se les puede prestar la continuidad que necesitarían. La salud mental tiene que estar cubierta también en edades tempranas, donde se pueden reconocer ciertas cosas que a lo mejor no son tan visibles para un no profesional. Hay un problema de acceso muy grave".
Además de acudir periódicamente a una psicóloga, también la presentadora nos da algunas claves que a ella le ayudan con su bienestar emocional: "Procuro trabajarlo bastante, conversando con mi entorno, intentando hacer las cosas de forma honesta, hablando mucho desde el corazón. Hay que aprender cómo estás, cómo te encuentras, en qué situación, a dónde te diriges, de dónde vienes… De viajar a momentos traumáticos se aprende muchísimo y te da una mayor flexibilidad a la hora de tomar decisiones, ser comprensivo y empatizar".
Tania Llasera
Si por algo se caracteriza Tania Llasera es por hablar sin tapujos de cualquier tema, desde la maternidad hasta las tallas grandes, siempre con un mensaje body positive, pasando por su día a día. También, por supuesto, ha hablado en numerosas ocasiones de la salud mental y de aquellas ocasiones en las que la suya no ha ido tan bien como ella creía que debería ir, algunas veces motivadas por sus circunstacias familiares y la presión -externa y propia- de ser madre: "Varias veces en mi vida. Lo noto cuando doy vueltas al mismo problema en mi cabeza y no encuentro solución. 'Pensamiento de centrifugado' le llamo yo".
Cómo Inés, Tania también está de acuerdo en que la atención médica no está al alcance de todos y que depende mucho de las circunstancias económicas: "Aunque con la ayuda de la terapia online la accesibilidad ha mejorado mucho, es algo que debería de estar al alcance de todos. O al menos ayudarnos de jóvenes y niños a tener las herramientas emocionales adecuadas para no necesitar tanta terapia de mayores". Y reconoce que aunque queda mucho camino por recorrer, se han dado pasos importantes: "Pienso que ya está mucho mejor visto. Hay más información y la gente se abre más sobre el tema. Así que se entiende mucho mejor. Ir a terapia ya no es estar ‘loca’".
La salud mental, desde la perspectiva profesional
Después de conocer las vivencias en salud mental de estos rostros conocidos, casualmente casi todos ligados al mundo de la televisión, abordamos el ámbito de la salud mental a través de sus profesionales. Para eso, nos acercamos al Centro de Día de Soporte Social de Hortaleza, gestionado por la asociación Candelita y perteneciente a la red de atención social para personas con enfermedad mental grave de la Comunidad de Madrid. Nos atienden tres de sus profesionales, Sara de Pablos, terapeuta ocupacional, María Casado, psicóloga y coordinadora del centro, y Laura López, educadora.
¿Cuál es el principal objetivo que debería perseguirse en el ámbito de la salud mental?
El objetivo sería revertir las cifras. Para el año 2030 se estima que la principal causa de discapacidad en el mundo será un problema de salud mental. El objetivo es revertir esto, creando sociedades donde se potencie el bienestar y la salud mental, dando importancia a factores con un buen sistema sanitario, dando visibilidad y apoyo a aquellos proyectos encaminados a mejorarla.
¿Qué factores son los que actualmente afectan negativamente en la salud mental de la población?
Uno de ellos es la soledad no deseada que afecta a muchas personas, habiendo colectivos que son más vulnerables, como pueden ser personas mayores y, precisamente, las personas con problemas de salud mental. También el individualismo que hay en nuestra sociedad fomenta ese aislamiento. La sobreexigencia del mundo laboral, los problemas de conciliación… Esto genera muchas veces un estrés fomentado también por el ritmo que llevamos. Por supuesto, las situaciones de riesgo y de exclusión que hace a colectivos como las personas sin hogar mucho más vulnerables a los problemas de salud mental.
¿Qué hace falta desde las instituciones, medios de comunicación, organizaciones, etc., en el ámbito de la salud mental?
Se necesita mucha inversión. Hay que dotar de más presupuesto a la red que soporta la salud mental. Hay una ratio de profesionales realmente baja. Ahora se está hablando mucho de salud mental, pero no se dota a la red que existe de más profesionales y más recursos, con lo cual también hay un desbordamiento. Listas de espera muy largas, profesionales sobrecargados… También necesitamos que se haga bastante hincapié en la prevención. Si se previene, el nivel de asistencia no es tan alto. Es algo que se puede trabajar desde la etapa infanto-juvenil. Igual que se trabajan las matemáticas, por qué no trabajar las emociones y hacer a los niños más resilientes para que de adultos no tengan tantos problemas de salud mental.
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Desde los medios de comunicación es necesario que se traten las informaciones con rigor y veracidad, ya que hay veces que las noticias pueden provocar que se estigmatice a las personas con enfermedades mentales. Por ejemplo, las personas con un diagnóstico no son más violentas; al contrario, en todo caso tienen más riesgo de hacerse daño a sí mismas. De hecho, un número muy bajo de delitos son cometidos por personas que tienen un diagnóstico.
¿Por qué hay enfermedades mentales, como la depresión, que se siguen minimizando o incluso frivolizando?
Es un término que se utiliza muy a la ligera, por ejemplo para describir estados de tristeza y no con un diagnóstico de depresión. Y muchas veces se utilizan expresiones de una forma cómica, sin valorarse como problemas reales, como la ansiedad o la angustia.
Da la impresión de que no se toma en serio a alguien que dice que está mal si no hay un diagnóstico o un tratamiento. Como profesionales, ¿notáis que esto empieza a cambiar?
Hay que señalar que los diagnósticos son una ayuda para que los clínicos entendamos qué le puede pasar a una persona. Pero es importante saber que dos personas con un mismo diagnóstico no tienen por qué parecerse entre sí ni responder al mismo tratamiento o tener las mismas necesidades. Además, las etiquetas diagnósticas pueden no hacer referencia a cómo uno se siente en un determinado momento. Por eso siempre es muy importante pararte en la persona, más allá de ese diagnóstico. También es importante saber que en las sociedades van cambiando los diagnósticos. Por ejemplo, hace cien años no había casos diagnosticados con trastornos de alimentación. Por eso, el diagnóstico es importante, pero no es el único objetivo. De hecho, a veces incluso supone cierta barrera.
¿Qué ha cambiado para que ahora no se frivolice desde fuera a la hora de hablar de problemas como la depresión? ¿Se toma menos a la ligera que hace unos años?
Sobre todo a raíz de la pandemia, parece que sí ha cambiado. Antes no parecía que hubiera un problema de salud mental y desde 2020 han aumentado las consultas. Por otra parte, el hecho de que personas conocidas hayan manifestado sus problemas de salud mental lo ha visibilizado.
¿Se puede decir que los problemas de salud mental pueden superarse? ¿O es algo con lo que una persona que los padece debe convivir toda la vida?
Aquí habría que hablar de dos cosas diferentes. Hay algunos problemas que se pueden superar, primero pidiendo ayuda, algo muy importante, y después, con un tratamiento. No solo farmacológico, sino también con terapias de intervención psicosocial. Ojo, a veces esta ayuda no tiene por qué ser solo de profesionales. Las personas de confianza, amigos, familia, etc., pueden hacer que se alivien esos síntomas que estamos experimentando. Por eso es tan importante mantener nuestra red social.
Después, hay enfermedades que son crónicas, no se curan. Pero dentro de esa cronicidad, pueden mejorar. Lo fundamental es aprender a convivir con ellas y que nos limite de forma mínima.
¿Existen pautas para que una persona pueda identificar que su salud mental no va tan bien como debería?
La clave es entender que un malestar se convierte en un problema de salud mental cuando nos provoca un dolor intenso, se alarga durante mucho tiempo o nos impide realizar nuestras actividades del día a día.
¿E indicaciones y recomendaciones para abordarlos a tiempo antes de que vayan a más?
Lo primero, pedir ayuda. No tener vergüenza de lo que se está sintiendo. Abordar lo que nos pasa con la expresión de ese malestar. Podemos aconsejar en este sentido que haya un equilibrio entre las responsabilidades y las exigencias del día a día con nuestro autocuidado: hacer actividades de ocio que nos gusten, tener tiempo para nosotros mismos, tener un estilo de vida lo más saludable posible, con una buena alimentación, ejercicio físico, una buena higiene del sueño, etc.
Parece que la atención médica mental no está al alcance de todos y depende mucho de la economía personal de cada uno. ¿Estáis de acuerdo?
Esto pasa de siempre. El no tener una atención pública de calidad hace que la gente tenga que optar por el circuito privado, lo que supone un coste económico que no todo el mundo puede permitirse. Una persona necesita respuestas y atención que puede no encontrar en el sector público porque hay una lista de espera muy larga, porque el ratio de profesionales es pequeño, porque las citas se necesitan con mayor frecuencia de lo que ofrece la red pública… Eso hace que se tire del circuito privado. Es una tendencia que continúa.
¿Deberíamos erradicar de nuestro lenguaje habitual adjetivos en tono peyorativo que hacen referencia a la salud mental?
Es importantísimo cuidar el lenguaje para no utilizar esas etiquetas peyorativas que estigmatizan a aquellas personas que tienen un problema de salud mental. Por eso, es conveniente que la población tenga información real sobre las enfermedades mentales. Aún circulan muchos mitos que no son ciertos y generan un gran estigma. Además, hay mucha confusión sobre enfermedades que afectan a nivel neurológico y no son mentales, como una demencia o discapacidades intelectuales. Terminan metiéndose en el mismo saco y no debería ser así.
También sigue llamando mucho la atención el hecho de que una cara conocida hable sobre su salud mental. ¿Llegará algún momento en el que esté normalizado al 100%?
Sería muy deseable equiparar las enfermedades mentales a las físicas. Parece que una enfermedad física no es tan vergonzosa. Incluso a lo largo de la historia se ha escondido a las personas que tenían determinado tipo de trastorno. El hecho de que una persona conocida lo manifieste da mucha visibilidad y se eliminan muchos tabúes, se anima a que se hable de ello.
El ocio, una cuestión importante
María, Sara y Laura quieren resaltar un proyecto que se lleva a cabo desde hace unos años. Es un "proyecto donde se pone de manifiesto la necesidad de tener un ocio saludable. Parece una tontería, pero el ocio de una persona es muy importante. Todo el mundo necesita romper sus rutinas y disfrutar de este tiempo de ocio. Algo aparentemente sencillo, como hacer una escapada fuera, no lo es tanto para gente con una enfermedad mental grave. Y los datos lo avalan. Mejorar las condiciones de salud mental en este sentido es primordial. Lo que queremos es que todas las personas con dificultades relacionadas con su salud mental puedan acceder a todos los recursos de ocio para poder superar la escasa red social que tienen y el grave aislamiento. Que tengan esa oportunidad y un derecho a una mejor salud mental".
Y este año pueden conseguirlo a través del 'Giving Tuesday', un movimiento global que quiere incentivar y multiplicar las buenas acciones de las personas. El objetivo es dedicar un día en todo el mundo, este año el 29 de noviembre, a celebrar la acción de dar, ya sean alimentos, dinero, tiempo (voluntariado), objetos de segunda mano, etc. Uno de los beneficiarios de la próxima edición es, precisamente, el Centro de Día de Soporte Social de Hortaleza, y va enfocado a que los pacientes tengan un tiempo de ocio de calidad, dándoles posibilidades, por ejemplo, de realizar esa escapada soñada a la que de otra forma no pueden acceder.
La edición de este año se apoyará en una lectura guiada de la novela 'La madre de Frankenstein', novela de Almudena Grandes. Será su viudo, el poeta Luis García Montero, quien inaugure la lectura. Continuará con usuarios, profesionales y público en general. Todo el que quiera participar, puede hacerlo realizando un donativo a la asociación y mandando el vídeo con la lectura de una de las páginas, en la que también participarán Pedro y Agustín Almodóvar, además de la cantante Rozalén.
¿Qué es la salud mental? Si nos vamos a la definición de la OMS, vemos que es un "estado de equilibrio entre una persona y su entorno socio-cultural que garantiza su participación laboral, intelectual, las relaciones para alcanzar un bienestar y calidad de vida". Algo que parece tan sencillo, no lo es. Y menos cuando de manera histórica ha existido un estigma para aquellas personas que han padecido algún tipo de enfermedad mental. Son muchos los matices y recovecos que tiene el ámbito del bienestar emocional; tantos, que es difícil enumerar unos cuantos sin quitar importancia a los demás.
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