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Kate Middleton o cómo cargarse la credibilidad de la Corona con una sola foto
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FAMILIA REAL BRITÁNICA

Kate Middleton o cómo cargarse la credibilidad de la Corona con una sola foto

La máxima de Isabel II de "nunca quejarse, nunca dar explicaciones" se desvanece en una institución que, desde su muerte, ha entrado en una perpetua crisis

Foto: Las portadas de la prensa británica tras la publicación de la fotografía de Kate junto a sus hijos. (Getty Images)
Las portadas de la prensa británica tras la publicación de la fotografía de Kate junto a sus hijos. (Getty Images)

Desde la obsesión de Stalin por eliminar a Trotski de muchas fotografías en su lucha por el poder no se había hablado tanto de la edición de una imagen como de la de Kate Middleton con sus tres hijos, George, Charlotte y Louis, para celebrar el Día de la Madre. ¿Qué oscuros secretos esconde esa manga de la chaqueta, esa cremallera cortada, ese pelo alterado, esos dedos en posición tan extraña?

La instantánea con la que el Palacio de Kensington pretendía frenar la creciente histeria en torno a la princesa de Gales ha terminado siendo un gol en propia meta, un error sin justificación alguna de su equipo de comunicación, de la que al fin y al cabo es su brigada especial de guardias. Porque, hasta el fin de los tiempos, la institución de la monarquía dependerá del apoyo popular.

Y si el pueblo deja de creer en ellos porque teme que no les están contando la verdad, ¿qué queda? “Si no podemos confiar en una fotografía, ¿cómo podemos creer lo que nos dicen?”, asegura la experta en realeza Emily Andrews ante los últimos acontecimientos de declive de la Casa Windsor. Los medios británicos han pasado del silencio sepulcral a afilar armas.

En esta ocasión, no son rumores, no son 'fake news'. La propia Kate ha reconocido haber editado la fotografía publicada el domingo en una reacción más que insólita por parte de Palacio. "Como muchos fotógrafos aficionados, de vez en cuando experimento con la edición. Quería expresar mis disculpas por cualquier confusión que haya causado la fotografía familiar que compartimos ayer. Espero que todos los que celebran hayan tenido un muy feliz Día de la Madre", ha escrito la princesa en las redes sociales.

La máxima de Isabel II de “nunca quejarse, nunca dar explicaciones” se desvanece en una institución que, desde su muerte, ha entrado en una perpetua crisis.

La manera más fácil que habría para afrontar la gran polémica sería publicar la foto original. Pero Palacio se niega, por lo que los rumores, por inverosímiles que sean, no harán más que crecer perjudicando peligrosamente la imagen de la Firma. Aquellos que antes no creían en historias infundadas ponen ahora todo en duda.

El consultor de relaciones públicas y crisis Mark Borkowski asegura que si realmente quieren recuperar algún tipo de confianza, deberían publicar la foto sin editar. “No puede ser tan malo si como dicen solo hicieron algunos ajustes”, señala a 'The Telegraph'. “No parece haber mucho pensamiento estratégico ahora mismo en el corazón de la familia real. Es una organización muy difícil de gestionar en términos de relaciones públicas”, añade.

¿Por qué Palacio no muestra la foto original? ¿Tienen algo que ocultar? Las fotografías de la familia real han sido manipuladas o retocadas habitualmente para mostrarles de la mejor manera posible, y esto es una parte aceptada (aunque no siempre bienvenida) de la relación entre ellos, los medios y el público en general. Sin embargo, la ineptitud con la que, según los expertos, está actuando ahora el Palacio de Kensington es preocupante.

“Si el Palacio quiere retomar la iniciativa, su única opción ahora es actuar con una mayor franqueza, por más embarazosa e intrusiva que pueda ser. De lo contrario, esta debacle solo alimentará informaciones sensacionalistas que podrían terminar siendo existencialmente perjudiciales para la reputación de la institución”, asegura la revista conservadora 'The Spectator.'

La realidad es que, desde los primeros años de la reina Isabel II, la familia real británica se ha validado a través de la publicidad. No siguió a la mayoría de las monarquías europeas. No trató su estatus como puramente ceremonial. La reina presentó su monarquía en plena majestuosidad histórica, representada por una extensa familia de tíos, tías y primos con un patrimonio de palacios, títulos y funciones. La gran fotografía de todos saliendo al balcón de Buckingham en las ocasiones especiales era el sello de identidad.

placeholder La foto de Kate con sus hijos en la portada de los periódicos británicos. (Reuters)
La foto de Kate con sus hijos en la portada de los periódicos británicos. (Reuters)

Solo había una forma de legitimidad en este enfoque: que fuera popular. Se convirtieron en una especie de celebrities adoradas a ambos lados del Atlántico. Estados Unidos tiene Hollywood, pero no tiene tiaras en la vida real. Y eso es algo que siempre ha sabido explotar muy bien la Casa Windsor.

El problema es que deja muy poco margen a la privacidad. “Puede haber simpatía. Puede haber comprensión. Pero no puede haber ningún secreto. Las columnas y los sitios web, una vez cobran vida, anhelan ser llenados. Les duele aún más hoy, galvanizados por unos medios digitales indisciplinados y no regulados, libres de verter su veneno en un mundo donde las mentiras son dinero en efectivo”, asegura Simon Jenkins, columnista de 'The Guardian'.

La moraleja es sencilla: decir la verdad. Cuando abundan las noticias y las imágenes falsas, las teorías de conspiración, hay que explicar cuál es realmente el problema. Es más probable que eso sea lo que genere el respeto que buscan ante una situación cada vez más complicada.

Desde la obsesión de Stalin por eliminar a Trotski de muchas fotografías en su lucha por el poder no se había hablado tanto de la edición de una imagen como de la de Kate Middleton con sus tres hijos, George, Charlotte y Louis, para celebrar el Día de la Madre. ¿Qué oscuros secretos esconde esa manga de la chaqueta, esa cremallera cortada, ese pelo alterado, esos dedos en posición tan extraña?

Kate Middleton
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