La salida nocturna del rey Juan Carlos y su hija Elena: el restaurante y la cena que degustaron
Tras disfrutar de una sesión de entrenamiento a bordo del Bribón, don Juan Carlos y la infanta Elena se desplazaron hasta Cambados junto a Pedro Campos
Como siempre que acude a Sanxenxo, el rey Juan Carlos está aprovechando al máximo el tiempo de su estancia en la localidad gallega.
Este pasado viernes disfrutó de una sesión de entrenamiento a bordo del Bribón de cara a la regata que está prevista este fin de semana, la primera serie de la Liga española de la clase 6 metros.
Junto a él se encontraba su inseparable hija, la infanta Elena, que no sólo comparte el gusto por este deporte con él. Tanto a su padre como a ella les encanta también disfrutar de la gastronomía local y eso es lo que hicieron precisamente ese mismo día por la noche.
Juntos acudieron a Cambados acompañados del amigo del emérito Pedro Campos, en cuya casa se aloja el padre de Felipe VI, y la mujer de este, Cristina Franze. Allí escogieron la marisquería Ribadomar para degustar una cena.
Los cuatro llegaron en coche, donde se les vio charlando animadamente, hasta el establecimiento y fueron saludados y atendidos personalmente por Manolo Ribadomar, el propietario y chef del local. Para la ocasión, el rey vistió unos pantalones oscuros combinados con un jersey azul marino, camisa blanca y una cazadora azul para combatir el frío. Su hija lució pantalones azules combinados con una chaqueta marrón de cuadros.
Don Juan Carlos, la infanta Elena y sus acompañantes se sentaron en el comedor junto a otros clientes que también escogieron este restaurante para cenar.
Según desvela 'La Voz de Galicia', el Rey emérito y su hija prefirieron dejarse aconsejar por Manolo Ribadomar a la hora de escoger un plato y finalmente se animaron a probar el salpicón de lumbrigante, que acompañaron con otro plato de marisco y un postre.
No es la primera vez que un rostro conocido de nuestro país escoge Ribadomar para comer o cenar. Personalidades como Amancio Ortega o Mariano Rajoy ya lo hicieron antes que el Rey emérito. A pesar de ello, Manolo Ribadomar ha confesado en el medio de comunicación gallego que era la primera vez que alguien de la familia real visitaba su local y que esto le provocó cierto nerviosismo. Finalmente, don Juan Carlos y la infanta Elena abandonaron el establecimiento muy satisfechos con la comida degustada.
La cena fue la guinda final de un día que el emérito aprovechó al máximo. Tras su sesión de entrenamiento a bordo del Bribón en Sanxenxo, abandonó las instalaciones del Real Club Náutico después de saludar a algunos curiosos que se acercaron hasta el lugar para ver al rey de cerca.
Antes de trasladarse a Cambados junto a sus acompañantes, don Juan Carlos tuvo tiempo de descansar en la casa de su anfitrión, de la que salió en torno a las ocho de la tarde para acudir al restaurante.
Como siempre que acude a Sanxenxo, el rey Juan Carlos está aprovechando al máximo el tiempo de su estancia en la localidad gallega.