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La sorochka, la camisa que llevó la reina Letizia y ha triunfado en Eurovisión
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La sorochka, la camisa que llevó la reina Letizia y ha triunfado en Eurovisión

La prenda tradicional ucraniana es reconocible por su tradicional bordado que ahora sirve como gesto reivindicativo

Foto: La reina Letizia, en la X Convocatoria Anual de Ayudas a proyectos sociales de la Fundación Mutua Madrileña. (EFE/Chema Moya)
La reina Letizia, en la X Convocatoria Anual de Ayudas a proyectos sociales de la Fundación Mutua Madrileña. (EFE/Chema Moya)

La ropa es una herramienta de comunicación no verbal muy potente. Cuando se dice que lo que llevamos puesto habla por nosotros, no es una exageración ni tampoco una cuestión baladí. Y lo saben muy bien las personalidades públicas, que construyen su imagen personal teniendo en cuenta que el armario tiene una incidencia capital en ello. Esto se multiplica por mil cuando se trata de mensajes puntuales, ya sean reivindicaciones, críticas o muestras de solidaridad. Así lo hizo a comienzos de marzo la reina Letizia en un acto que presidió en la Fundación Mutua Madrileña, cuando acudió con una blusa estilo sorochka, la prenda que se ha convertido en un símbolo de apoyo y cariño hacia el pueblo ucraniano.

placeholder La reina Letizia luce la camisa simbólica del momento. (Limited Pictures)
La reina Letizia luce la camisa simbólica del momento. (Limited Pictures)

Hace unos días, en la visita de la familia real al completo a las instalaciones del Centro de Recepción, Acogida y Derivación (CREADE) en Pozuelo de Alarcón, donde se da actualmente servicio a los refugiados ucranianos llegados a España después de la invasión militar rusa de su país, la princesa Leonor también lució una blusa inspirada en esta camisa tradicional ucraniana que también se conoce con el nombre de su característico bordado, vyshyvanka. Ninguna de las dos prendas eran diseños originales de firmas o creadores ucranianos, pero es indiscutible su parecido, por un lado, y la carga simbólica de la elección de la reina Letizia primero y, semanas después, de su hija mayor.

placeholder La reina Letizia.(EFE/Chema Moya)
La reina Letizia.(EFE/Chema Moya)

En España, este doble look en clave ‘royal’ ha acrecentado el interés por un tipo de blusa que ya se puso de moda hace ocho años, en el año 2014, cuando Rusia invadió y se anexionó la península de Crimea, hasta entonces territorio de soberanía ucraniana. Entonces, iconos de estilo ucranianos como Daria Shapovalova, cocreadora de la firma DRESSX junto a Natalia Modenova y fundadora de iniciativas del sector de la moda como los Kiev Fashion Days, y diseñadores locales como Vita Kin reivindicaron la fuerza simbólica de la vyshyvanka. En poco tiempo, pasó de ser una prenda asociada a un tiempo pasado, tradicional, alejado del contexto y los códigos de estilo actuales, a copar titulares en algunas de las revistas de moda más prestigiosas a nivel internacional.

Desde entonces, la sorochka ha mantenido su influencia en la moda, aunque sea a pequeña escala, hasta que en este comienzo de 2022 ha vuelto a emerger como un símbolo de apoyo, solidaridad y reivindicación. La gran diferencia, y de ahí su mayor alcance en la actualidad, es que esta vez lo hace de la mano de personajes públicos de renombre no nacidos en Ucrania como la citada reina Letizia.

Cómo es la sorochka

Esta blusa tradicional ucraniana, que también tiene vinculaciones culturales con otros países del este de Europa como Bielorrusia, es el contrapunto del estilo y personalidad de los diseñadores ucranianos contemporáneos, que suelen apostar por una moda vinculada al futurismo, repleta de creatividad. Curiosamente, la vyshyvanka tiene en común esta última característica, la originalidad, ya que existen infinidad de bordados en función de la procedencia del diseño. Cada región, ciudad e incluso familia en algunos casos tiene asociado su propia sorochka y, de hecho, es una forma de reconocer el origen concreto de una persona en caso de que vista la prenda. Bien es cierto que en los últimos años, con el repunte de popularidad, la variedad de bordados ha aumentado, e incluso firmas internacionales han tomado nota para crear sus propias versiones.

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La princesa Leonor. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

Diseñadores contemporáneos como el citado Vita Kin apuestan también por este estilo para sus creaciones actuales, pero lo cierto es que poco a poco se ha ido imponiendo el formato blusa, más corto, para poder llevarlo con pantalones. El fondo blanco sirve de lienzo para que el bordado convierta a la vyshyvanka en la prenda única que es. Los patrones pueden ser de distintas formas geométricas, animales y vegetales. Algunas figuras recurrentes son los diamantes, símbolo de fertilidad y prosperidad; las rosas, como señal de juventud; o las hojas de roble, entre otras.

Excepcionalmente se pueden ver diseños alternativos al blanco en colores como el negro, el verde o el rojo también, pero la blanca es la más extendida y tradicional. Suele incorporar una abertura amplia a la altura del cuello y, a veces, presenta dos cordeles con flecos del cuello. Pero no es este un detalle indispensable y, de hecho, aunque no haya documentos históricos que lo confirmen, es muy probable que este sea un detalle incorporado no hace demasiado tiempo.

Además de la evidente carga simbólica que implica siempre la tradición histórica de la prenda, la sorochka es especial por el factor místico. Bordadas a mano –las de mayor calidad y las que respetan al 100% la historia, salvo las de producción industrial–, hay quien las asocia a cuestiones como la salud, la felicidad o la buena suerte. Por este motivo es habitual que se vistan en días señalados, a modo de protección, como superstición; por ejemplo, en algunas bodas tradicionales. Es decir, es una especie de amuleto personal y familiar, ya que el mismo dibujo se ha ido transmitiendo de generación en generación. Es tal el arraigo social de la vyshyvanka en la sociedad ucraniana que incluso tiene asignado su propio día, que se celebra cada tercer jueves de mayo, entre el 15 y 20 de dicho mes. Este día, que se festeja desde el 2006, el hábito principal consiste en vestir, con independencia del contexto y del sexo –esta es una prenda unisex que tampoco entiende de edades– una sorochka para reivindicar el folclore tradicional ucraniano.

La ropa es una herramienta de comunicación no verbal muy potente. Cuando se dice que lo que llevamos puesto habla por nosotros, no es una exageración ni tampoco una cuestión baladí. Y lo saben muy bien las personalidades públicas, que construyen su imagen personal teniendo en cuenta que el armario tiene una incidencia capital en ello. Esto se multiplica por mil cuando se trata de mensajes puntuales, ya sean reivindicaciones, críticas o muestras de solidaridad. Así lo hizo a comienzos de marzo la reina Letizia en un acto que presidió en la Fundación Mutua Madrileña, cuando acudió con una blusa estilo sorochka, la prenda que se ha convertido en un símbolo de apoyo y cariño hacia el pueblo ucraniano.

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