El luto del rey Felipe en Perú por la muerte de Menchu Álvarez, abuela de doña Letizia

Este martes, nos enterábamos del fallecimiento de Menchu Álvarez del Valle, la abuela de la reina Letizia. El destino quería que la noticia llegara casi a la vez que el rey Felipe aterrizaba en Perú, hasta donde viajaba el mismo martes para asistir a la toma de posesión del nuevo presidente electo, el profesor Pedro Castillo. Y aunque el monarca pisaba suelo limeño ataviado con un traje de chaqueta en color gris oscuro, camisa azul y corbata añil, no tardaba en cambiarse. De ahí que unas horas más tarde viéramos al rey Felipe de luto por la muerte de Menchu, su abuela política.

Así, durante su encuentro con el presidente electo peruano, que tuvo lugar por la tarde —entrada la noche en nuestro país— en el Palacio Presidencial, el monarca mostró su duelo con un traje de chaqueta negro, corbata del mismo color y camisa blanca. Una forma de expresar su tristeza por el fallecimiento de la abuela de doña Letizia, a la que la Reina estaba muy unida. Aunque no se hizo ninguna referencia a la pérdida durante esta reunión bilateral, ya que se trataba de un pequeño encuentro para conocerse y que el rey Felipe pudiera trasladar sus felicitaciones al nuevo mandatario peruano.

La noticia de la muerte de Menchu le sorprendía, tanto a él como a su equipo, nada más llegar a la capital peruana, por lo que el Rey ha sido uno de los grandes ausentes en la despedida de la periodista y locutora de radio, que ha tenido lugar este mismo miércoles por la mañana, y a la que solo han asistido una docena de personas, incluyendo a los dos hijos de Menchu. Además, la toma de posesión de Pedro Castillo tendrá lugar también este miércoles y, dada la diferencia horaria, no se espera al monarca en suelo español hasta mañana jueves.

El detalle del traje negro y la corbata del mismo color para mostrar el luto del Rey nos recuerda a uno de los pasajes más importantes en la vida de Isabel II, quizá el que ha marcado su vida. Y es que, en 1952, mientras se encontraba de viaje en Kenia con el duque de Edimburgo, recibió la noticia de la muerte de su padre y, por tanto, que ella era la nueva monarca del Reino Unido. Al volver a suelo británico, no pudo bajar del avión hasta que un miembro de su equipo pudo facilitarte un atuendo negro, para hacer su primera aparición ante la prensa.

Desde entonces, es una regla no escrita que todos los miembros de la familia Windsor deben llevar un traje negro en su maleta si salen fuera del país, por si, desgraciadamente, sucede algo parecido y tienen que volver precipitadamente. Y no sabemos si la familia real española hace lo mismo, pero, si no es así, desde luego el rey Felipe se las ha ingeniado de alguna forma para lucir un atuendo de luto y poder mostrar así su tristeza por la muerte de su abuela política.

Como decíamos, es muy poca la información que se tiene de este triste fallecimiento, más allá de la despedida íntima que se ha celebrado. Como estaba previsto, Menchu descansa ya en el cementerio de El Carmen de Ribadesella, con la discreción que la caracterizó en vida. Eso sí, no han faltado los homenajes para una persona muy querida y respetada en este pueblo asturiano.

El primero llegaba el mismo martes por la tarde, cuando repicaron las campanas de la iglesia de San Salvador de Moru en su memoria. Y tampoco han faltado las condolencias de personalidades relevantes de la comunidad asturiana. El presidente del principado, Adrián Barbón, trasladaba en redes sociales su pésame a la familia de doña Letizia por la muerte de su abuela paterna, "una de las voces más conocidas y reconocidas de la radio asturiana", con una "trayectoria vital ligada a la comunicación" y "muy querida por la sociedad asturiana".

Y el antiguo director de la Fundación Princesa de Asturias, Graciano García, escribía "con lágrimas en los ojos y mucha tristeza", porque se querían "mucho", que hace unos días habló con ella por teléfono y que al final sintió "que era una despedida hasta la eternidad". La relación entre ambos era estrecha y rara vez Menchu se perdía la entrega de los Premios Princesa de Asturias, siendo una de las personas presentes en el teatro Campoamor de Oviedo cuando debutó Leonor.