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La norma british por la que los tenistas en Wimbledon solo pueden vestir de blanco
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La norma british por la que los tenistas en Wimbledon solo pueden vestir de blanco

¿Por qué todos los tenistas que participan en el torneo de Wimbledon tienen que vestir de blanco? Hay una razón que data del primer año que se celebró este certamen

Foto: Rafa Nadal, en el torneo Wimbledon 2022. (Getty/Julian Finney)
Rafa Nadal, en el torneo Wimbledon 2022. (Getty/Julian Finney)

Hay muchas normas en el tenis, menos que en algunas comunidades de vecinos, pero aun así muchísimas. La mayoría las conocemos y hacen referencia concreta al juego: cómo se puntúa (15, 30, 40), cuántos botes de pelota se permiten, el juego de red, el tie-break y hasta el famoso 'match point', casi más conocido por la película de Woody Allen que por el punto de partido en sí mismo. Lo dicho, muchas normas y muy diferentes. De lo que no se habla tanto es de las normas de estilo de los tenistas y por qué en algunos Grand Slam los jugadores tienen que acatar determinadas normas o código de vestimenta, precisamente lo que pasa en Wimbledon con el color blanco.

placeholder Jannik Sinner, en el partido de Wimbledon en el que ganó a Carlos Alcaraz. (Reuters/Hannah Mckay)
Jannik Sinner, en el partido de Wimbledon en el que ganó a Carlos Alcaraz. (Reuters/Hannah Mckay)

Los tenistas que participen en este torneo tienen que ir vestidos de blanco. Impoluto y radiante blanco, y nada más. No está permitido el uso o aparición de ningún tono distinto al impoluto color nieve durante sus partidos, y las razones se deben más a una casualidad que al hecho concreto que afecta al juego.

¿Por qué los tenistas tienen que vestir de blanco en Wimbledon?

El torneo de Wimbledon tuvo su nacimiento en el año 1877, con un campeonato inaugural masculino. En aquella ocasión, el All England Lawn Tennis and Croquet Club, institución que aún se encarga de albergar el campeonato, no impuso ninguna norma de vestimenta a los jugadores; sin embargo, los 22 que participaron aparecieron uniformados de blanco, casi como si hubiese sido un criterio estético hecho adrede pero, en realidad, sin serlo.

placeholder Elise Mertens, durante Wimbledon 2022. (Reuters/Toby Melville)
Elise Mertens, durante Wimbledon 2022. (Reuters/Toby Melville)

La curiosidad que aúna que todos los participantes se vistieran de blanco se debe a, como tantas otras veces en moda, un criterio de clase. El blanco, ahora y entonces, era un color considerado como pulcro y pocas personas podían permitirse vestirlo sin preocupaciones y, sí, precisamente eran aquellos jugadores de clase alta, ya que, poco preocupados por ensuciarse sus uniformes, se podían permitir el lujo de vestir de ese impoluto (y tan difícil de mantener sin mancha) color.

Tal fue la constante de esta tradición en Wimbledon que en 1963 la organización decretó, con el objetivo de preservar la costumbre, que la vestimenta de todos los jugadores debía ser blanca y a partir de 1995, y a causa de que algunos tenistas utilizaban diferentes tonalidades, se estipuló como ley del torneo que únicamente podía usarse el 'blanco puro' en la equipación.

placeholder Hubert Hurkacz habla con Roger Federer tras vencerlo en los cuartos de final de Wimbledon 2021. (EFE/EPA/AELTC/Edward Whitaker)
Hubert Hurkacz habla con Roger Federer tras vencerlo en los cuartos de final de Wimbledon 2021. (EFE/EPA/AELTC/Edward Whitaker)

A partir de 2014, la regla comenzó a contemplar también los accesorios, prendas íntimas y hasta las suelas de las zapatillas de los jugadores, aunque (como pasa con todas las reglas) también hay excepciones. Esta contempla, precisamente, la de los colores de los logos de las marcas que patrocinan a los jugadores que tan necesarias como conocidísimas son ya en este deporte.

placeholder Detalle de la zapatilla del tenista suizo Roger Federer durante el partido en primera ronda de Wimbledon en junio de 2013. (EFE/Gerry Penny)
Detalle de la zapatilla del tenista suizo Roger Federer durante el partido en primera ronda de Wimbledon en junio de 2013. (EFE/Gerry Penny)

Sonados han sido algunos encontronazos con esta regla como, por ejemplo, lo que ocurrió en junio de 2013 cuando Roger Federer, que habló en varias ocasiones de su querencia por flexibilizar esta norma, tuvo que cambiar sus zapatillas de suelas naranjas por unas aptas para el torneo. También André Agassi se ausentó del torneo por no querer cambiar los colores de su vestimenta, aunque años después regresó y ganó allí su primer Grand Slam en 1992.

Hay muchas normas en el tenis, menos que en algunas comunidades de vecinos, pero aun así muchísimas. La mayoría las conocemos y hacen referencia concreta al juego: cómo se puntúa (15, 30, 40), cuántos botes de pelota se permiten, el juego de red, el tie-break y hasta el famoso 'match point', casi más conocido por la película de Woody Allen que por el punto de partido en sí mismo. Lo dicho, muchas normas y muy diferentes. De lo que no se habla tanto es de las normas de estilo de los tenistas y por qué en algunos Grand Slam los jugadores tienen que acatar determinadas normas o código de vestimenta, precisamente lo que pasa en Wimbledon con el color blanco.

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