Costilla de ternera y un vino reserva, la experiencia perfecta en Tatel Madrid

Sin duda, una de las paradas obligadas de los amantes de la alta cocina es Tatel Madrid. Un restaurante que, desde que se abrió en 2014 ha querido trasladar el carácter de la gastronomía española en sus platos. Una apuesta a la que se suma su cuidada decoración, inspirada en los clubs clandestinos que surgieron con la ley seca americana, música en vivo a diario y uno de los mejores ambientes de la noche madrileña.

Al frente de la cocina ejecutiva del grupo Mabel Capital (cuyos socios son Abel Matutes, Manuel Campos, Rafael Nadal o Pau Gasol, entre otros) se encuentra Juan Antonio Medina. El chef formado en Zalacaín, restaurante donde empezó a trabajar en 1996, nunca ha dejado de aprender. Su ilusión y vocación le han llevado a conocer las cocinas de grandes restaurantes de España: como la de Arzak, El Racó de Can Fabes o el Bulli. Su último trabajo fue en el equipo de cocina de Quique Dacosta en el hotel Mandarin Oriental Ritz. Junto a David Rodríguez, Head Chef de Tatel Madrid, busca cada día deleitarnos con su expertise frente a los fogones.

El éxito de este espacio reside en la mezcla perfecta entre alta gastronomía con un concepto de ocio único. Y por eso, es uno de los lugares visitados por el presidente fundador de la Academia Internacional de Gastronomía, Rafael Ansón, que elegirá uno de los platos estrella de Tatel para maridar uno de los vinos de Marqués de Riscal.

La costilla de Tatel Madrid

Deliciosa, cocinada a baja temperatura y una salsa que te hará querer rebañar el plato, la costilla de ternera es el plato elegido de Tatel para buscar su binomio perfecto con Marqués de Riscal. Como explica Rafael Ansón, "se trata de un plato asequible y fácil de comer, por lo que el vino que le iría es el Barón de Chirel 2017 Marqués de Riscal, un vino elegante y joven que no le añade contundencia a un plato que de por sí lo es".

Para esta receta, con una carne jugosa y tierna, este vino encaja a la perfección. Procedente de una variedad de uva tempranillo, marida bien con jamón y quesos curados, carnes rojas, aves, guisos de caza como la perdiz, el conejo, venado, jabalí o corzo. Con una crianza de 22 meses en barrica de roble francés Allier, las uvas de este vino proceden de la zona de Elciego y Laguardia, de los pagos de Garcimoracho, Tapias, San Pelayo, Vialva y La Collada.

De un precioso color rojo cereza con matices violáceos, estamos hablando de un vino tremendamente expresivo, de gran intensidad aromática de frutos negros (arándanos, grosellas, casis, ciruelas damascenas), grafito, notas de terruño minerales, regaliz, sutiles matices de flores azules (violetas), sotobosque (hojarasca, musgo) y ligeros cueros al inicio que se marchan con la oxigenación.

Cuando lo pruebes descubrirás por qué es el elegido por Rafael Ansón para este plato: la entrada en boca es poderosa, larguísimo y persistente, elegante con una formidable acidez. La fruta está presente, así como las flores azules. Una combinación deliciosa que te recomendamos probar en el restaurante de moda de la capital.

Además, es un vino que puede permanecer abierto durante tres o cuatro días en los que no solo no pierde su esencia, sino que gana en complejidad y equilibrio.