Eugenia y Gonzalo, cada uno en su mundo

Casi cinco años de noviazgo con rupturas más o menos complicadas y reencuentros de película. La relación sentimental de la pareja fue al principio una especie de montaña rusa con sus picos y bajadas capaces de quitar la respiración, como ocurre con la atracción de feria. Unas veces gusta esa sensación y otras, todo lo contrario. El interés público que despertaba su relación era alto.

 

Con el tiempo, el interés y curiosidad de los primeros años se fue diluyendo al comprobar que la relación era exactamente igual a la de cualquiera. Y como también suele ocurrir -aunque no es de obligado cumplimiento- al principio se comparte todo o casi todo y con el tiempo cada uno alterna lo común con lo individual. Gonzalo y Eugenia salían a cenar, viajaban, iban al fútbol, al cine, de vacaciones e incluso hubo momentos muy concretos en que hasta compartían photocall. Gonzalo, con más tablas salía airoso. Sonreía, contestaba lo que le daba la gana y a otra cosa mariposa. A Eugenia le costo lo suyo, pero con el tiempo y las clases particulares de Gonzalo se hizo experta en eso de “decir sin decir”.

 

Estos cinco años han dado para mucho. Dos rupturas oficiales contando con esta, más rumores varios que ninguno de los dos ha desmentido y confirmado nunca (Ver ‘¿Por qué han roto Eugenia y Gonzalo?’) con palabras y sí con hechos. Hace unas semanas volvió el rumor sobre el momento vital de la pareja. A diferencia de otras ocasiones, en que hubo lágrimas y reproches, esta vez cada uno se ha ido a su mundo con sus parcelas de privacidad donde no casaban ambas personalidades.

 

A Gonzalo le gusta hacer deporte, jugar al  fútbol con sus amigos y salir poco entre semana. No por nada, sino porque se levanta como los gallos, al alba. Si la jefa Concha García Campoy madruga el resto tienen que estar en estado de revista para la primera reunión del programa. Eugenia no tiene esa obligación profesional, pero sí llevar a la hija al colegio. Cada vez está más involucrada con los Tous y ser imagen de la firma supone viajes y reuniones. Y suele ocurrir que cuando en una pareja hay que contabilizar las horas que comparten es el principio del fin. O quizá Gonzalo y Eugenia son como los protagonistas de la copla. “Ni contigo ni sin ti tienen mis males remedio. Contigo porque me matas, sin ti porque me muero”.