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Michael Jackson abrió Neverland para una española
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Michael Jackson abrió Neverland para una española

“Me pareció una persona frágil y muy educada. Tenía ese punto diferente característico de los grandes artistas. Hay mucha gente que lo definía como un hombre

Foto: Michael Jackson abrió Neverland para una española
Michael Jackson abrió Neverland para una española

“Me pareció una persona frágil y muy educada. Tenía ese punto diferente característico de los grandes artistas. Hay mucha gente que lo definía como un hombre extravagante pero considero que esas peculiaridades tenían que ver con su genialidad. Conmigo fue muy agradable y detallista. Me invitó a su rancho de Neverland y realmente para mí fue una experiencia única”, explica a Vanitatis la pintora Nati Cañada, la única española que ha tenido relación directa con el desaparecido 'rey del pop'.

“A través de un amigo suyo, el doctor Hoefflin, contactó conmigo. Vio su retrato, le preguntó que quién lo había realizado y le dijo que si era posible que le pintara a él. Y yo, encantada. Era un personaje con una imagen pública sorprendente y, por lo tanto, sentía una gran curiosidad por conocerlo personalmente”.

En este caso, el interés de Nati no tenía que ver con la mitomanía, sino con la simple intriga. Cañada tiene un currículo lo suficientemente importante como para no dejarse impresionar por los grandes divos. Además de a la Familia Real española al completo, ha pintado a otros coronados y a personalidades nacionales e internacionales del mundo de la cultura, el arte, la ciencia y la política.

“Pintar a Michael Jackson no fue ningún reto. No me impuso nada. Ni colores, ni posturas, ni nada de nada. Se quedó encantado con mi interpretación y quiso que le explicara el porqué de cada detalle. Estaba muy interesado con mi trabajo y las técnicas que utilizaba”. Cuenta que se encontró con una persona distante “pero no altiva. Es decir, su lejanía tenía que ver con su timidez y con esa ausencia que acompaña a los superdotados y que los hace diferentes”.

La pintora relata que no tuvo problemas en sus encuentros. “Las dos veces que estuve con él  me saludó tanto a la llegada como a la salida con un apretón de manos. No iba enguantado e incluso cuando nos fotografiaron juntos. Él puso una mano sobre mi hombro”.

La pintora aragonesa forma parte del selectísimo grupo de elegidos que han disfrutado de su  hospitalidad. “Me invitó a su mansión de Neverland y realmente era un lugar donde sentí una energía muy positiva. Él no estaba, pero dejó todo dispuesto para que me encontrara cómoda”. Llegó al rancho y la recibió una relaciones públicas que la llevo hasta el parque de atracciones.  “Me dijeron que el patrón -así lo llamaban- había ordenado que todo estuviera abierto y funcionando”. Y la pintora se encontró como usuaria única.

“Había un tren azul que recorría las instalaciones, caballitos, coches de choque, balancines y hasta un kiosco de palomitas como en los parques de verdad. Y todo perfecto como en Disneyland. Nada fuera de su sitio. Los macizos, sin flores ni hojas marchitas y todo recién regado. Resultó una vivencia muy especial”.

Después visitó la residencia y almorzó también sola. “Me hicieron pasar al comedor y aparecieron tres cocineros con sus gorros blancos que me preguntaron qué quería comer. Y me ofrecieron una amplia carta. Elegí un arroz con camarones y verduras y un postre que no recuerdo”.

Fueron tantas las emociones, que al cabo del tiempo se quedó con lo esencial. Y lo esencial fue también el recorrido turístico por las habitaciones de Neverland. Primero le mostraron un salón lleno de esculturas de mármol y antigüedades que impactaron a la pintora. Después, los cuartos infantiles: uno lleno de juguetes exclusivos para niñas con muñecas de porcelana, peluches, vestiditos.. Y la versión masculina con construcciones, mecanos, cochecitos… Cuando finalizó la jornada le entregaron una carpeta con material de escritorio -pegatinas, sobres, papel timbrado…- que Nati Cañada guarda con mucho cariño.
 

“Me pareció una persona frágil y muy educada. Tenía ese punto diferente característico de los grandes artistas. Hay mucha gente que lo definía como un hombre extravagante pero considero que esas peculiaridades tenían que ver con su genialidad. Conmigo fue muy agradable y detallista. Me invitó a su rancho de Neverland y realmente para mí fue una experiencia única”, explica a Vanitatis la pintora Nati Cañada, la única española que ha tenido relación directa con el desaparecido 'rey del pop'.