Buen rollo (sin contacto físico) entre Meghan Markle y Kate Middleton en el cierre del Megxit

Cuando se anunciaron los diferentes compromisos que tendrían los duques de Sussex en estos días antes de su salida definitiva de la Casa Real, había una cita que acaparó toda la atención y que ha tenido lugar este lunes en la abadía de Westminster. Se trata de la misa que cada año se celebra por el Día de la Commonwealth, un servicio que preside la reina Isabel acompañada del núcleo duro de la familia real. No solo supone el último acto oficial de Meghan Markle y el príncipe Harry como miembros de alto rango de la Casa Real, sino que también ha dado lugar a una imagen que no veíamos desde noviembre: la de la duquesa de Sussex y la duquesa de Cambridge juntas.

Y lógicamente, tanto Kate Middleton como su cuñada han acaparado la gran mayoría de los focos, tanto a su llegada a la abadía de Westminster como en el interior, donde han esperado a la reina Isabel desde sus asientos, sin acompañarla en el desfile a la entrada, como sí sucedió el año pasado. Otra de las grandes diferencias es que, por primera vez, a la misa no ha asistido el príncipe Andrés, una ausencia significativa pero lógica después de su renuncia hace unos meses a sus deberes reales por el escándalo Epstein.

Los primeros de la familia en llegar han sido los condes de Wessex, Eduardo y Sophie, seguidos del príncipe Harry y Meghan Markle, que se han sentado junto a ellos en el interior del templo, por cuestiones de protocolo. Tras ellos, el príncipe Guillermo y Kate, seguidos del príncipe Carlos y Camilla, duquesa de Cornualles, todo acompañado por el sonido de las gaitas y las campanas del templo, que no han dejado de tocar con la llegada de la familia real. Ha sido entonces cuando hemos tenido la imagen más esperada, la de las dos cuñadas juntas, en el interior de la abadía de Westminster, testigo de algunos de los momentos más importantes de la historia de los Windsor. Y este seguro que también queda para el recuerdo.

Con la alarma por el coronavirus sobrevolando cada acto público y haciendo caso a las recomendaciones, no ha habido apretones de manos ni besos, pero sí un saludo entre las dos parejas, con un 'Hey' de Meghan Markle para dar la bienvenida a sus cuñados. Los cuatro han intercambiado algunas palabras antes de que llegara la reina Isabel, momento para el que todos permanecían en pie. Desde entonces, cada uno desde su asiento, han estado atentos a lo que pasaba en el púlpito, los discursos, los rezos y las actuaciones musicales, que también las ha habido, como el tema 'Ain´t no mountain high enough', sonando entre las paredes de la abadía. La familia real al completo ha cantado las canciones religiosas del repertorio, cancionero en mano.

Todos ha seguido el guión previsto, sin contratiempos y con la habitual puntualidad británica, por lo que la misa acababa justo una hora después de haber comenzado. Entonces, los miembros de la familia real sí hacían el desfile junto a la reina Isabel hacia la salida. No volvíamos a ver más intercambio de palabras entre los duques de Sussex y los duques de Cambridge, ya que además se iban en vehículos separados. Primero lo hacían Guillermo y Kate. Minutos después, Meghan y Harry, dando así por finalizada su vida oficial.