Lo que no sabes de la boda de Elena Tablada y Javier Ungría

Elena Tablada y Javier Ungría han celebrado su boda religiosa este pasado día 8 de diciembre en La Habana. En agosto ya se habían comprometido civilmente en Miami. Durante una semana, amigos y familiares han compartido las actividades lúdicas que la pareja organizó en la isla para que el viaje resultara inolvidable para todos. La nostalgia para muchos de los presentes, que habían salido de Cuba cincuenta años antes con la llegada del castrismo, fue una vuelta a sus orígenes.

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Los abuelos de Elena, el doctor Tablada y Elena Moure, se hicieron novios a los 15 años en La Habana y estuvieron juntos “hasta que la muerte los separó”. La relación de la novia con sus abuelos fue tan intensa que quiso homenajear al doctor eligiendo la iglesia San José de Letrán, la misma donde ellos se casaron cuando la abuela tenía 19 años. Ella, la hija de Bisbal, tuvo un protagonismo especial, igual que el recuerdo al abuelo fallecido que ejerció de padre con las hermanas Tablada.

Eligieron para el banquete nupcial La Divina Pastora, muy cerca de la fortaleza de San Carlos de la Cabaña. Es uno de los lugares más privilegiados de la ciudad con vista a la bahía. Hubo un cóctel previo al almuerzo compuesto por platos típicos cubanos y langosta, una de las especialidades de la casa. El restaurante tiene su propio acuario. Hubo tarta de boda y baile hasta el amanecer.

En la ceremonia religiosa, adornada con flores blancas, hubo un recuerdo para el doctor Tablada, un prestigioso cirujano que escapó con lo puesto cuando comenzó la revolución. Estuvo detenido un tiempo hasta que consiguió salir con su mujer, Elena Moure, y Vivian, una de sus hijas. Elenita (así se la conoce), madre de la novia, también fue detenida y al cabo del tiempo, gracias a su marido francés, consiguió salir de la isla hacia Miami.

La abuela, Elena Moure, prometió que nunca más volvería a Cuba, donde aún tiene su casa, que ahora es propiedad del Estado. El chalet se mantiene en buenas condiciones gracias a una empresa internacional que tiene la vivienda alquilada. Mami (como la conocen todos) rompió su promesa: a sus 90 años volvió a su país. La boda de su nieta le sirvió para rememorar con nostalgia los años felices.

Los padres de él

Los padres del novio, Marisa García Brines y Javier Ungría López, mantienen una buena relación. Se divorciaron hace años y el empresario y abogado volvió a casarse dos veces más y es padre de cinco hijos. Con Beatriz, su última esposa, tiene una niña de nueve años. Todos los hermanos arroparon a Javier en el día más feliz de su vida, como él mismo reconoció cuando celebró su boda civil en Miami.

En principio la familia del novio tenia intención de hacer el viaje en barco, al menos así se planteó en el mes de septiembre cuando ya hubo fecha de boda. Al principio no sentó muy bien que el enlace se celebrará en La Habana por los problemas logísticos que suponía el desplazamiento de tantas personas. No por cuestiones económicas, sino por conciliar la agenda de todos ellos.

En contra de lo que se ha dicho, los padres de Javier están encantados con Elena y su familia, a la que conocen de siempre de La Moraleja. Todos ellos vivían en esta urbanización. Los novios tenían amigos comunes, pero no tuvieron trato hasta varios años después de la separación de Tablada y Bisbal. Al no conocer a su mujer en las distancias cortas, el perfil público de Elena no era el de Javier, un chico muy discreto con una familia aún más discreta.

Los anfitriones organizaron actividades para sus amigos y familiares tanto en Miami como en La Habana. Muchos de ellos, incluidos los españoles, viajaron desde esta ciudad. El vuelo dura dos horas y los billetes de avión son más baratos. El domingo regresaron por partes, unos a España y otros se quedaron en Miami para aprovechar el viaje. La madre, Elenita Tablada, eligió volver a su casa de Miami mientras la abuela y la tía Vivian lo hacían su domicilio de La Moraleja.