El motivo que ha llevado a Tamara Falcó a visitar un cementerio en su último viaje a París

La marquesa de Griñón ha vuelto a hacer de París uno de sus destinos más emotivos y significativos. Tamara Falcó y su actual marido, Íñigo Onieva, viajaron el pasado 4 de octubre a la capital francesa, pero esta vez no solo para disfrutar del encanto de la ciudad o su gastronomía. Según ha revelado la revista ‘Diez Minutos’, el motivo del viaje iba mucho más allá de una simple escapada de pareja romántica.

En concreto, la familia Falcó tenía un propósito especial y emotivo. El grupo familiar, compuesto por una docena de miembros, entre los que destacaban Álvaro Falcó e Isabelle Junot, así como Manolo Falcó y su hija Manuela, acompañaron a Tamara en una visita muy íntima al cementerio de Montmartre, uno de los barrios más encantadores de la ciudad del amor.

El motivo es porque allí descansan los restos de Luis Mariátegui y su hija María de la Luz, antepasados maternos de Carlos Falcó, padre de Tamara, fallecido en el año 2020. La visita al cementerio fue un momento de recogimiento y homenaje a sus raíces familiares, un gesto que habría emocionado profundamente a su padre, según se ha comentado en los círculos cercanos a la marquesa.

El viaje, organizado desde marzo a través de un grupo de chat familiar creado por Tamara Falcó, tuvo un componente no solo emotivo, sino también espiritual. Tras la visita a las tumbas, se celebró una misa en honor a los antepasados de la familia, lo que añadió un tono de solemnidad al encuentro. Este gesto muestra el estrecho vínculo de Tamara con su familia paterna y su intención de mantener viva la memoria de aquellos que les precedieron.

A pesar de la melancolía del momento, el viaje también tuvo espacio para el disfrute en pareja. Tamara e Íñigo, que continúan en su proceso de fertilidad para cumplir su sueño de ser padres, aprovecharon para disfrutar de un lujoso hospedaje en el Hotel Costes, ubicado en la Plaza Vendome. De este modo, la pareja no dejó de lado su pasión por la gastronomía, almorzando en el afamado restaurante del hotel, conocido por su exquisita cocina con cinco estrellas Michelin.