Los 21 años de Amalia de Holanda, la única princesa heredera sin obligaciones y con sueldo millonario
La hija de los reyes Guillermo y Máxima está este sábado de celebración. Un día festivo que puede contrarrestar las críticas que recibe por su poca presencia oficial
A tres días de volver a participar en un acto oficial, formando parte de la visita de Estado que realiza el presidente de Portugal a Países Bajos, Amalia de Holanda tiene mucho que celebrar. La heredera llega este sábado a los 21 años disfrutando de una vida royal y que cualquiera quisiera: sin obligaciones, pero recibiendo un sueldo millonario, a diferencia de otras princesas de su generación.
Y es que, en tres casos similares, vemos que la forma de proceder de las correspondientes casas reales es muy distinta. Estamos hablando de tres herederas de edades parecidas, ya que la hija mayor de los reyes holandeses cumple 21 años, mientras que Leonor de Borbón llegaba a los 19 el pasado octubre y Elisabeth de Bélgica tiene 23, también cumplidos no hace mucho.
Las tres se convirtieron en herederas al trono entre el 2013 y el 2014, después de que sus respectivos padres asumieran sus coronas por la abdicación de los entonces monarcas, Beatriz de Holanda, Alberto de Bélgica y Juan Carlos I. Pero, mientras las carreras hacia el reinado de Elisabeth y Leonor han tenido muchos puntos en común, incluyendo el Bachillerato Internacional en el internado de Gales, la de la princesa holandesa ha sido muy diferente.
Porque la tanto Princesa de Asturias como su homóloga belga han asumido funciones institucionales desde hace años. Elisabeth fue la más precoz de las dos, debutando a los 10 años en un acto oficial y pronunciando su primer discurso dos años después. Leonor se estrenó en 2019 en los premios que llevan su nombre y afrontó su primer compromiso en solitario en marzo de 2021.
Además, en cuanto a formaciones de cara a asumir un futuro trono, también ambas van a combinar vida académica y vida militar. Elisabeth ha realizado ya varios cursos en el ejército, estudió la licenciatura de Historia y Política en Oxford y cursa un máster en Harvard. Mientras, Leonor está en su segundo año en el ejército y hay que esperar a que termine el curso en la Academia General del Aire, en 2026, para que comience sus estudios superiores.
La formación militar de Amalia no está ni se la espera y además la Casa Real no ha sido demasiado transparente en cuanto a sus estudios, ya que confirmaron que había estado durante muchos meses en el IE de Madrid el pasado abril, mucho tiempo después. Por supuesto, la carrera universitaria ha venido después de un año sabático, del que ha disfrutado de principio a fin.
Cierto es que la Corona neerlandesa no va ligada con el ejército, a diferencia de las monarquías española y belga, pero esa no es la única diferencia notable entre las tres princesas. Una bastante sustanciosa -en las dos acepciones que recoge el diccionario castellano- es el sueldo, ya que ni Elisabeth ni Leonor tienen asignación. Amalia, por contra, sí. Y bastante cuantiosa, además de polémica.
Porque lo que fue un gesto muy aplaudido en su momento se ha convertido, tres años después, en objeto de controversia. En 2021, Amalia escribía una carta a Mark Rutte, entonces primer ministro, anunciando que renunciaba a su paga "hasta el final de sus estudios", ya que no se sentía cómoda recibiendo esa cantidad de dinero cuando otros jóvenes de su edad tienen verdaderas dificultades económicas.
No era un paso novedoso en las monarquías europeas, ya que su homóloga belga había hecho lo mismo unos meses antes. Ambas respondían así a la determinación de sus respectivos padres de que no asumieran funciones institucionales hasta que no terminaran sus estudios y no consideraban justo cobrar a cambio de nada.
Pero, mientras Elisabeth de Bélgica sí ha seguido con el plan, en el caso de Amalia de Holanda, eso no ha sido así. La heredera cambió de opinión y decidió reclamar esa paga anual, con el consiguiente revuelo. La princesa explicó entonces que devolvería los 300.000 mil euros que le correspondían para gastos personales, pero no 1,2 millón restante. Quería guardarlo por si dentro de un tiempo le hace falta para su formación de cara a un futuro en el trono.
Ni el fondo ni la forma convencieron a los holandeses, entre los que la Casa Real goza de cada vez menos popularidad. Desde luego, el gesto de pedir ese millón y medio de euros anuales no ayudó, principalmente porque la princesa no cumplía las condiciones por las que, supuestamente, había renunciado a su asignación. Es decir, ni ha acabado sus estudios ni tiene obligaciones oficiales.
Porque solo hay que ver su vida pública y oficial para entender por qué las críticas no paran de llegar. Sus apariciones públicas siguen siendo prácticamente igual de escasas que hace años, más allá de los dos posados familiares -que no se consideran actos oficiales-, el Día del Rey y el Prinsjesdag, en el que lleva participando unos años, los dos últimos con su hermana Alexia.
Sí es cierto que ya ha participado en alguna visita de Estado de la que sus padres han sido anfitriones, como la que realizaron los reyes Felipe y Letizia el pasado abril o la que realizará la semana que viene el presidente de Portugal.
Pero todos estos actos tienen algo en común que también se ha convertido en objetivo de críticas. Y es que el comentario generalizado es que los intereses de Amalia se encaminan más hacia las joyas, el glamour y los vestidos de gala que hacia las obligaciones puramente institucionales.
Ahora bien, cierto es que el empeño de Guillermo y Máxima de Holanda siempre ha sido que sus tres hijas vivan su niñez, adolescencia y juventud con absoluta normalidad, como otras chicas de su edad. Pero claro, el millón y medio de euros que recibe cada año no cuadra mucho con esos ideales, ya que no todos los jóvenes disponen, como la princesa Amalia, de un sueldo millonario sin ningúna obligación.
A tres días de volver a participar en un acto oficial, formando parte de la visita de Estado que realiza el presidente de Portugal a Países Bajos, Amalia de Holanda tiene mucho que celebrar. La heredera llega este sábado a los 21 años disfrutando de una vida royal y que cualquiera quisiera: sin obligaciones, pero recibiendo un sueldo millonario, a diferencia de otras princesas de su generación.
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