Nueva lección de estilo de Carey Mulligan en la Berlinale: un vestido de pasarela que llevó Irina Shayk

Es complicado, pero Carey Mulligan ha logrado en tiempo récord un doble triunfo: es una de las actrices más talentosas de su generación y, al mismo tiempo, uno de los referentes de estilo que pone de acuerdo a la crítica mundial. Los directores se la rifan y su caché como interprete sube como la espuma. Es el nuevo ojito derecho de Hollywood y, en esa carrera por conquistar el 'star system', ha acertado de pleno con sus looks. Su armario es considerado uno de los más interesantes del momento, de eso no hay duda.

A la espera de que se celebre la 96ª edición de los Premios Oscar el próximo 10 de marzo y ver con qué impecable estilismo acude (recordemos que está nominada en la categoría de mejor actriz), Mulligan sigue acumulando aciertos y, de rebote, regalándonos nuevas lecciones de estilo. La última ha tenido lugar en la Berlinale.

Hasta Berlín se ha desplazado el reparto de 'Spaceman', Kunal Nayyar, Carey Mulligan, Adam Sandler y Paul Dano, para presentar la película en el marco de su festival de cine. Sin grandes puestas en escena en lo que va de edición, salvo el look de Lupita Nyong'o para la gala inaugural, la actriz británica ha devuelto el glamour a la alfombra roja con un vestido de pasarela. Gracias, Carey.

Recién salido del horno donde la casa Schiaparelli cocina sus grandes éxitos. El de Carey Mulligan en Berlín es un diseño que Daniel Roseberry, actual director creativo de la maison francesa, incluyó en la última colección de alta costura presentada en París a finales del mes de enero. De la pasarela, directo al armario de la británica.

Bajo el título de 'The New Couture', que traducido significa 'La nueva costura', expuso una línea con tintes futuristas y vestidos tecnológicos adornados con elementos y gadgets en desuso, y entre tanta robótica, el vestido en cuestión con Irina Shayk como modelo.

Confeccionado con dos tejidos diferentes, la silueta principal en terciopelo y los adornos que decoran el bajo y la espalda con un material fluido de gasa con plisado por todo el corte, el contraste se acrecienta aún más con los colores: negro frente a nude.

De escote palabra de honor redondeado, el cuerpo se ciñe a la figura hasta la altura de las rodillas. El aire dramático llega con el panel que brota de las sisas y envuelve el vestido hasta culminar en el bajo. Un efecto que continúa por la espalda y que Carey ha defendido así.

Incondicional del menos es más, la intérprete, asesorada por su estilista de confianza, Andrew Mukamal, ha acompañado el vestido de Schiaparelli con unos zapatos de salón en color negro. No necesitaba nada más.

Analizando sus últimos looks sobre las alfombras rojas, la casa de moda francesa se posiciona como una de las favoritas en su vestidor. Apostó también por ella para asistir a los Globos de Oro, desempolvado un vestido en clave joya de los archivos de la firma datado en el año 1949. Solo el tiempo nos dirá si será la elegida para los Premios Oscar.