Dieta de las 19 horas o la importancia del momento del día para adelgazar

A la hora de comenzar una dieta para perder peso tendemos a mirar lo que comemos con mayor atención, escogiendo alimentos saludables, bajos en calorías y que nos ayuden a sentirnos saciadas, pero lo que ponemos en el plato no es lo único que debemos tener en cuenta.

La dieta de las 19 horas defiende que, tan importante como lo que comemos, es el momento del día en el que lo hacemos, porque nuestro organismo funciona diferente a primera hora del día o a última y lo que tenemos que hacer es ayudarle a ser más efectivo, sobre todo si queremos adelgazar.

Por ello diferencia dos fases del día, que afectan a nuestro organismo: la matutina y la nocturna. La energía que necesitamos a lo largo del día, para poder dar lo mejor de nosotras mismas, no es la misma que necesitamos por la noche, cuando nuestro cuerpo descansa, y por ello deberemos adaptar nuestra alimentación a estas exigencias.

Mientras que por la mañana nuestros niveles de cortisol son altos para afrontar las exigencias del día, por la noche la situación es completamente diferente y es la melatonina la que alcanza niveles más elevados, ayudándonos a conciliar el sueño y descansar.

Adaptando nuestra alimentación a los cambios hormonales que produce el cuerpo en relación con el sueño y la vigilia, o con el día y la noche, podremos adaptar nuestra alimentación para conseguir que esta sea más efectiva y el cuerpo la asimile de una forma más eficiente, favoreciendo una vida más activa y saludable y, por tanto, una pérdida de peso.

Por la mañana se incrementan los niveles de cortisol que, junto con la serotonina, son las hormonas encargadas de ayudarnos a plantarle cara al día. Conforme avanza la jornada estos niveles van descendiendo hasta que alcanzan su nivel más bajo hacia las 19 horas de la tarde.

Si durante el día no hemos comido de forma adecuada, puede que a partir de esta hora sintamos más hambre y nuestro cuerpo nos pida hidratos de carbono, que suponen un chute de energía a la hora en la que nuestro cuerpo debería estar preparándose para el descanso.

Por eso es importante desayunar correctamente, esta ingesta debe incluir hidratos de carbono, proteínas y grasas saludables. Si aumentamos la cantidad de carbohidratos en el desayuno y de proteínas, fibra y grasas saludables en la comida estaremos evitando que el cuerpo nos pida hidratos a partir de las 19 horas.

La cena debe ser ligera, formada por proteínas y fibra y dejando de lado los hidratos y las grasas, pero también temprana, lo ideal es que sea entre las 18 y las 21 horas, pero siempre unas tres horas antes de irnos a dormir, evitando comer nada entre esa hora y las cinco de la mañana del día siguiente porque estaremos alterando el ciclo natural de nuestro cuerpo.

Según la dieta de las 19 horas, escogiendo con cuidado los alimentos que consumimos, las cantidades más adecuadas y, sobre todo, las horas del día en las que las tomamos, podremos ayudar a nuestro cuerpo a trabajar a pleno rendimiento, aprovechando lo que comemos para convertirlo en energía en lugar de acumularlo en forma de grasas.

Estos consejos pueden ser muy útiles a la hora de perder peso, pero para conseguir adelgazar de forma efectiva es indispensable que todos los cambios que realicemos en nuestra alimentación cuenten con la supervisión de un médico o especialista en nutrición por lo que antes de comenzar una dieta de estas características, es esencial consultar con un experto.