Las imágenes desconocidas de la tiara más especial de la Casa de Alba: Sofía Palazuelo posa con la corona ducal

Sofía Palazuelo se casó el 6 de octubre de 2018 con el heredero de la Casa de Alba, Fernando Fitz-James Stuart y Solís, tras un largo noviazgo. Un enlace que la convirtió en duquesa consorte de Huéscar y que se celebró por todo lo alto en el palacio de Liria, residencia de su suegro, el duque de Alba, en Madrid.

Aunque las quinielas apuntaban a que podría elegir una de las grandes coronas y tiaras del joyero de la desaparecida Cayetana de Alba para casarse, lo cierto es que, siendo fiel a su perfil discreto, se decantó por un original tocado de plumas elaborado por Teresa Briz.

Ahora, casi seis años después de su ‘sí, quiero’, han salido a la luz unas fotos pertenecientes a una sesión privada en las que Sofía Palazuelo homenajea a la abuela de su marido posando con una de las grandes joyas de la casa: la espectacular corona ducal, solo a disposición, como su propio nombre indica, de las duquesas de la familia. Ahora mismo, la tía de su marido, Eugenia Martínez de Irujo, y ella son las únicas en ostentar este privilegio. Las fotos adornan desde hace unas semanas algunas de las salas a las que pueden acceder los ciudadanos que visitan el palacio de Liria.

En otras fotos de la misma serie aparece Sofía vestida con un espectacular vestido vaporoso en un favorecedor color verde a juego con las gemas de la joya, protagonista del look. Las fotos, que fueron tomadas antes de que hubiera ningún rastro de su segundo embarazo -su benjamina, Sofía, nació el pasado mes de octubre-, tienen también como protagonistas a su marido y su primogénita, Rosario, llamada a ser algún día duquesa de Alba.

Para la ocasión, Fernando también vistió sus mejores galas luciendo el tradicional uniforme de casaca roja de maestrante de Sevilla, el mismo con el que se casó unos años antes. Unos retratos oficiales con aire clásico realizados con la intención de que no envejezcan jamás.

La joya, que puede colocarse en distintas posiciones, no era fotografiada desde la última vez que se la puso la duquesa de Alba. Desde entonces, no había vuelto a salir del joyero ducal tras la muerte de Cayetana, hace casi una década. De hecho, a nuestra manera de ver, se trata de un auténtico homenaje de Sofía a la gran duquesa de Alba. Tanto por la pose de la duquesa de Huéscar como por el tratamiento de la imagen, en blanco y negro, que tanto recuerdan a la famosa fotografía que tomó Juan Gyenes de Cayetana de Alba con esa misma joya hace más de medio siglo.

La pieza, consistente en una base de gemas sobre la que reposan ocho florones en forma de hojas de apio confeccionados también en piedras preciosas, está elaborada con diamantes y 8 esmeraldas de gran tamaño y sigue la estructura heráldica de las aureolas ducales, que la diferencia de otro tipo de coronas. Esta es la misma estructura que tiene la corona ducal que Franco compró a la familia Medinaceli de florones de diamantes y rubíes como regalo de boda para Fabiola de Bélgica, casada con Balduino de Bélgica, y que tantas veces lució a lo largo de su vida como reina.

Su primera propietaria fue María Francisca de Sales Portocarrero, conocida como Paca Alba y consorte del XVI duque de Alba, Jacobo Fitz-James Stuart y Ventimiglia. Tal y como relata 'Vanity Fair', fue un regalo que recibió de su hermana, la emperatriz de Francia Eugenia de Montijo.

Una alhaja muy especial que Cayetana de Alba lució por primera vez en su puesta de largo en el palacio de las Dueñas, el que fuera uno de sus lugares favoritos del mundo. Tan original como siempre demostró ser, eligió un traje de gitana para debutar en sociedad aquel 28 de abril de 1943. Lo combinó, como decíamos, con la corona ducal que en aquel entonces pudo lucir ya que ostentaba el título que hoy lleva su hija, duquesa de Montoro.

Desde entonces, la lució en multitud de ocasiones, siendo una de sus joyas favoritas. Ya como duquesa de Alba -su padre había fallecido siete años antes-, la primera vez que la usó fue en la primavera de 1960, durante la fiesta que el Real Círculo de la Amistad de Córdoba ofreció con motivo de la Feria de Mayo.

Ahora, 80 años después de la primera vez que la llevó Cayetana, Sofía ha posado con ella colocada de una manera a la que nunca recurrió la duquesa de Alba y que recuerda a la forma en la que la lució su madre, María del Rosario de Silva y Gurtubay, que siempre se la colocó reposada sobre la frente, al dictado de la moda de los años 20. Un gesto que no ha pasado desapercibido para los expertos en aristocracia consultados por Vanitatis, quienes han visto en estos retratos un auténtico homenaje a su familia política.