El caso contra Francis Franco, suma y sigue

Desde que el 3 de junio de 2009, el nieto mayor de Franco, conocido por ser el familiar más polémico del dictador, protagonizó un triste incidente en la Estación de Delicias de Zaragoza, al tratar de alcanzar el AVE instantes antes de que éste partiera y saltándose las medidas de seguridad, el empresario no ha dejado de ser noticia.

Tras denunciar a Francis Franco por vulnerar la ley de seguridad ciudadana y, a su vez, increpar y empujar a dos azafatas, que terminaron en el suelo, y a una guardia de seguridad de origen sudamericano que sufrió lesiones, Esta última, Gabriela Rufanacht, solicitó a la citada estación las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad. Algo que, meses después, le fue denegado sin mayor explicación. Con este panorama, Rufanacht y su marido, Pablo Piñero, acudieron al programa ‘Sin ir más lejos’, de la televisión autonómica de Aragón, y más tarde a otras cadenas, sin recibir ninguna compensación económica, con el único objetivo de dar a conocer la verdad sobre los hechos. Y es que no hay que olvidar que Franco, pocos días después del altercado, acudió a ‘DEC’, programa que presenta Jaime Cantizano en Antena 3, donde, según el matrimonio aludido, “mancilló nuestro honor y nuestro trabajo”. (Ver vídeo)

No contento con eso, y tal y como publicó Vanitatis en su día, Francis Franco pasó de ser denunciado a denunciante al presentar su propia versión de los hechos en una comisaría del centro de Madrid seis días después del altercado, datos que, por supuesto, no concuerdan ni con la declaración de Gabriela Rufanacht ni tampoco con las que él mismo realizó en televisión.

Última hora: Eulen despide a Pablo Piñeiro

Ocho meses más tarde, la historia continúa y hoy se ha hecho público un nuevo capítulo. Pablo Piñero, marido de Gabriela Rufanacht, ha sido despedido por la empresa Eulen de seguridad para la que también trabajaba como guarda. Eulen se acoge al art.55.13 del Convenio Colectivo Estatal de Empresas de Seguridad, alegando que “durante los últimos dos meses, la calidad de su trabajo ha disminuido y aun habiéndole requerido para que actúe con mayor diligencia, las quejas han seguido produciéndose”, y en el documento de despido añaden que “las tareas asignadas no se realizan con el ritmo de trabajo exigible, y esto repercute en el correcto funcionamiento del servicio”. Eulen reconoce tal despido como improcedente y le ha ofrecido al trabajador la correspondiente indemnización. (Ver documentos)

Pero esto es sólo lo que pone en los papeles. Lo que cuenta Pablo Piñero es muy diferente. Y es que en su alegación por posible despido, dirigida al Director Provincial del Grupo Eulen, el Sr. José Luis Cubelos Martín, Piñero asegura: “Nunca me han comunicado ni notificado ninguna queja o reclamo por mi desempeño profesional, sino que por el contrario, lo que sí me han comunicado es que soy muy buen trabajador, responsable, constante […]. Por ello que ni yo, ni los compañeros de trabajo a quienes comenté la sanción que me intentan imponer, podemos entender a qué responde y que debe tratarse de un error […]”. A esto hay que añadir que Pablo Piñeiro cuenta con la formación adecuada al servicio, participando activamente en las propuestas formativas de la empresa, por lo que este tipo de probadas buenas conductas “no son fáciles de relacionar con las supuestas causas del posible despido que se intenta realizar”.

Al preguntarle si considera que los contactos del nieto Franco han podido influir en el desarrollo de este asunto y en su despido, Pablo Piñero ha declarado a Vanitatis que “es el único motivo que encuentro, ya que la empresa no tenía razón alguna para despedirme”, y continúa asegurando que “poco después de perder el tren aquel día, Francis Franco nos amenazó con que tenía acciones en seguridad privada y que todos acabaríamos en la cárcel”.

Enlaces relacionados

- Francis Franco, de acusado a acusador

- Declara la mujer a la que agredió el nieto de Franco

- Francisco Franco organiza un bronca en Zaragoza

- El otro Francisco Franco