Sergio Ramos y Pilar Rubio dan la bienvenida a su tercer hijo, Alejandro

Sergio Ramos no estaba muy centrado el pasado viernes durante el encuentro de la selección española y Alemania. Era un partido amistoso, su rendimiento no era decisivo y su mente estaba junto a Pilar Rubio, cuyo avanzado embarazo hacía indicar que en cuestión de horas le convertiría en padre por tercera vez. Él, pese a su despiste en el terreno de juego, tenía la premonición de que la buena nueva tendría lugar el domingo y no se equivocó, porque a última hora de la noche pudo dar la bienvenida al pequeño Alejandro y confirmar que todo había salido según lo previsto.

“Con enorme alegría os presentamos a Alejandro. Ha nacido (el domingo de Ramos) a las 18:24 horas y ha pesado 3,1 kg. La mamá y el pequeñajo están estupendamente. Gracias a todos. Te quiero, @Pilar Rubio_”, anunciaba el jugador del Real Madrid, tanto en español como en inglés, mostrando no solo su orgullo de padre o el amor que siente por su chica, sino también su característico sentido del humor, haciendo la gracia que año tras año suele colar en sus redes sociales en cada domingo de Ramos. Eso sí, ahora con más motivo.

El jugador no fue el único en mostrar su alegría tras haber completado la familia numerosa. Una familia que, como ya decía Pilar Rubio cuando dio a conocer que estaba de nuevo embarazada, tan solo parece acoger “espartanos”, al tratarse todos ellos de varones. “Os presentamos a Alejandro. Ha llegado a nuestras vidas a las 18:24 h, todo ha salido bien y el papá, Sergio Jr, Marco y yo estamos muy felices. Gracias mi amor, @SergioRamos por no soltar nunca mi mano y gracias a todos por el cariño que nos estáis demostrando”, escribía la presentadora, que también hizo alarde de su inglés traduciendo su mensaje para sus fans internacionales.

Pilar Rubio siempre ha mostrado su determinación de tener al final una niña, lo que ha tenido que esperar con la llegada de un nuevo niño. Ahora bien, habrá que esperar para saber si tiran la toalla y se plantan con sus tres hijos o si, por el contrario, echan la suerte por última vez y cruzan los dedos para que el destino no les bendiga con otro niño, porque al final formarán su propio equipo de fútbol.