Cristina Cifuentes, más celebrity que nunca: nueva vida, nuevo look

Cristina Cifuentes se enfrenta a la que será una de sus semanas más complicadas: hoy declaran como investigados varios de los implicados en el escándalo de su máster en la Universidad Rey Juan Carlos. Aún así, ella está tranquila y de vacaciones. A través de sus redes sociales no solo se ha dedicado durante los últimos días a retransmitir la paz de su nueva vida alejada de la política, sino que además se ha desprendido de una de sus señas de identidad: su larguísima melena rubia.

Y es que, tras su polémica dimisión de la presidencia de la Comunidad de Madrid, la que fuera uno de los pesos pesados del Partido Popular (ahora podría estar batiéndose el cobre en las primarias) ha decidido reorganizar su vida, sus prioridades y ya de paso su imagen.

Lo más llamativo, su cambio de look. Cristina aprovechó la calma del fin de semana para visitar el salón de su querida amiga (y estilista) Mara Amandi, a cuyas manos de experta le confió el corte de melena (a lo torero) tan simbólico para enfrentarse a su nueva etapa vital. Ya no luce su impecable pelo largo que casi siempre llevaba recogido en una pulida coleta. En su lugar, ahora lleva una melena por encima del hombro bastante favorecedora.

Una it girl apellidada Cifuentes

Una nueva Cifuentes que nos recuerda más a Fiona Ferrer que a Cospedal (y eso que comparte corte de pelo con ambas). Su faceta de it girl parece cada día más solvente y desde luego maneras no le faltan.

Y es que, en lugar de publicar fotos relacionadas con el desarrollo de su actividad política, ahora que aún no se ha incorporado a su puesto de funcionaria en la Complutense (lo hará después del verano) se ha convertido en toda una influencer.

Donde antes había fotos de plenos, ahora las hay de sus tres gatos, Julio, Catalina y Olimpia, haciendo monerías. Y las de reivindicaciones varias han sido sustituidas por recomendaciones de libros en las que luce una pedicura perfecta y por fotos artísticas de lo que come mientras descansa bucólicamente en un jardín. Solo le falta enseñar su casa en una revista de decoración.

¿Nos encontramos ante los inicios del ‘fenómeno Cifuentes’?