Envejecimiento capilar: ¿cómo mantener el cabello en su mejor versión?

Los asuntos capilares nos traen de cabeza. En un sentido profundo y literal… Las redes sociales o el índice de búsquedas en Google, son un claro ejemplo. Lo cierto es que la temática da para mucho: coloración, cortes de pelo favorecedores, tendencias de cuidado… Y, cómo no, la importancia del envejecimiento capilar.

Porque lo cierto es que no es inmune al paso del tiempo y, más allá del evidente signo de las canas, hay infinidad de síntomas que le afectan. Miriam Quevedo, fundadora de la firma Miriam Quevedo, nos da las claves sobre ello.

Así, la experta reconoce que el primer paso es ser conscientes de que, cuando hablamos de envejecimiento capilar, partimos de un par de ideas esenciales. La primera es que cuando hacemos referencia al concepto 'capilar', nos estamos refiriendo tanto al cuero cabelludo, como a los folículos y a la fibra, que son las tres partes que forman la melena. La segunda es que un alto porcentaje de su estructura (y de lo que le sucede) no está a la vista, por lo que “estos signos de envejecimiento no siempre son visibles, lo que se traduce en un peligro, ya que no percibimos su impacto devastador de inmediato”.

No podemos olvidar que el cuero cabelludo (junto con los folículos) es el origen de una melena bonita, así que necesitamos que esté sano. En palabras de la experta, “libre de toxinas, residuos e impurezas, asegurándonos que no se asfixie y haya una buena microcirculación con el fin de que el oxígeno y los nutrientes penetren bien en el cabello y fluyan por la fibra”. Del mismo modo, si nos centramos en la fibra capilar, nos podemos olvidar que cuando no se encuentra en su mejor momento, las cutículas se muestran más abiertas, lo que facilita que el pelo se deshidrate más fácilmente y se fragilice. Eso implica que “haya más riesgo de rotura, que se vea menos brillante, que se reseque…”.

¿Cómo envejece una melena?

La profesional hace hincapié en que es importante diferenciar esos síntomas visibles de los no visibles. Entre los más evidentes, en función de la parte del cabello que se ve afectada, destacan:

• Cuero cabelludo: Puede presentar sensibilidad y rojeces, lo que fácilmente se traduce en descamación y picores, una saturación por toxicidad, exceso de sequedad o de grasa o una falta de flexibilidad en la piel.
• Folículo capilar: Entre los posibles efectos puede haber una disminución de melanina, debilidad o propensión a la caída, lo que puede derivar en una falta de densidad capilar o, incluso, alopecia.
• Fibra: El resultado es un pelo quebradizo con puntas abiertas, que da lugar a un aumento de la sequedad y de porosidad, lo que puede implicar que se muestre mate, sin vida, con afinamiento de la fibra, más encrespamiento e, incluso, una pérdida general de volumen o cambios en textura y color.

Si nos centramos en las 'arrugas capilares' no visibles, que pueden ser un quebradero de cabeza para cualquier parte de tu melena, Miriam Quevedo enumera una larga lista, entre los que resalta la inflamación interna, los radicales libres, la acumulación de desechos tóxicos, un aumento del pH, ciertos desequilibrios del microbioma, la disminución del grosor de la piel, la oxidación de proteínas, la degradación del colágeno, falta de oxigenación o la rotura de enlaces capilares.

Los orígenes del envejecimiento…

Un factor que es importante tener presente es que los síntomas de envejecimiento del cabello, pueden aparecer en cualquier edad, como el proceso prematuro que se produce en la piel. Así, los elementos que afectan a su calidad pueden ser intrínsecos y extrínsecos. Entre los primeros destaca el propio envejecimiento biológico, el 'inflammaging' (cuando “al envejecimiento biológico se le une el impacto de factores estresantes, promoviendo una respuesta del sistema inmunitario en forma de inflamación interna crónica que afecta al folículo”) o el denominado desgaste que supone que “no se puede ejecutar una correcta reparación del ADN, por el intensivo daño celular producido por la exposición al estrés oxidativo”.

El grupo de factores extrínsecos, la experta los agrupa en medioambientales (generan radicales libres y un buen ejemplo es la exposición a radiaciones UV que impactan sobre los aminoácidos en la fibra, degradando la queratina), químicos (“los tintes y decoloraciones dañan la capa natural lípidica, la queratina y las cutículas, transformando el pelo en poroso”) o mecánicos ('brushings' intensivos, usos de herramientas de calor… “Tienen un impacto negativo sobre los enlaces y el cuero cabelludo, provocando deshidratación, sensibilidad e inflamación interna o externa que se percibe a través de rojeces”).

¿Se puede frenar el envejecimiento capilar?

Miriam Quevedo asegura que existe una serie de elementos que te pueden ayudar en esta misión. Así, nos traduce cuáles serían los mandamientos de una rutina anti-aging capilar:

1. Elegir limpiadores con acción preventiva y reparadora. La clave es que eliminen eficazmente la suciedad y, en la medida de lo posible, también ofrezcan un tratamiento de manera respetuosa, protegiendo a nivel celular y restaurando y mimando las fibras. “Es importante que preserven la barrera de protección natural del cabello, no dejen residuos que puedan asfixiar al cuero cabelludo o mantengan lo máximo posible el equilibrio de su Ph”, sostiene la experta.
2. Exfoliar el cuero cabelludo una vez a la semana con el fin de remover todos los residuos que se quedan en su superficie para asegurar una correcta penetración del oxígeno y de los nutrientes, así como una buena circulación. Importante: aclarar bien cada paso de la rutina.
3. Realizar siempre un doble enjabonado es clave para detoxificar y acabar con los residuos en profundidad. En este punto, el consejo experto es que te fijes bien en que tu champú no contiene agentes agresivos, priorizando a las fórmulas que añaden activos de tratamiento.
4. Jamás renunciar a la hidratación, a través del uso del acondicionador o la mascarilla.
5. Proteger la cabellera, a través de productos de acabado, contra los rayos UV y las herramientas de calor. La experta recuerda que los sombreros son grandes aliados para los días de sol y, uno de sus trucos, es “acordarse de moverse la raya unos centímetros para cambiar la zona de piel que esté más expuesta”.
6. Peinarte suavemente, empezando por las puntas y subiendo hacia las raíces, para no acumular enredos (si aplicas un sérum previamente, evitarás roturas). También es importante hacerlo antes de dormir con el fin de “quitar el polvo, algunos residuos y los cabellos muertos antes de la renovación celular nocturna”. Para ello, lo ideal es seleccionar peines y cepillos hechos con materiales suaves (toma nota: las puntas de metal finito pueden irritar el cuero cabelludo y el plástico que puede crear electricidad estática).
7. Intentar mantener una dieta equilibrada, rica en mega 3, 6, hierro, vitamina C, A, E natural y que te ayude a controlar la inflamación. Esencial: no te olvides de beber mucho agua.